La cultura Romana llevó
la jardinería a un nivel de sofisticación y perfeccionamiento que
tras la caída del Imperio Romano no se volvería a conocer hasta el
Renacimiento, los jardines de la antigua Roma solían tener tres
tipologías: Parques públicos y alineaciones de árboles para el
pueblo llano, patios en las villas urbanas pertenecientes a las
clases medias y grandes jardines en las villas rurales de los ricos,
la jardinería romana comienza
ya en la época
republicana, aunque
en esta época austera de la Roma clásica, el jardín consistía
básicamente en un huerto que todas las casas patricias tenían en la
parte trasera, El llamado
“hortus”
era el sustento
básico de las familias Romanas,
incluso dentro de la ciudad, fueron
los precursores de los jardines-huerto urbanos. (un
concepto modernísimo vaya), eran
lugares de paz y tranquilidad, un refugio de la vida urbana y un
lugar lleno de significados simbólicos y religiosos, como
comenté anteriormente, formalmente
los
jardines existen desde el 2800 a.C. en Egipto, pero
fue en Roma donde se
desarrolló más el estudio de la horticultura.
El
siguiente paso se da ya en la época
imperial, desde
que Roma ha conquistado
todos los territorios de la antigua Grecia y también
el nivel económico del
patriciado aumenta rápidamente, por
lo que el jardín pasa a
ocupar el espacio
central de la vivienda patricia
y aunque se sigue manteniendo
el huerto, poco
a poco, va
ganando terreno el jardín ornamental y
al igual que en las civilizaciones anteriores, como Egipto, Persia o
Grecia, también
el carácter
espiritual y religioso (lararios), los
pórticos fueron desarrollados para conectar la casa con el exterior
y crear espacios al aire libre, el
propósito funcional de los jardines que originaron los Griegos
era cultivar fruta y dar placer, un
jardín era una parte
de la
granja, según
Catón el Viejo, cada jardín debe estar cerca de la casa y debe
tener prados de flores y árboles ornamentales, y Horacio escribió
que durante su tiempo, el tener flores se convirtió en una
indulgencia nacional. Cuando
Alejandro Magno conquistó algunas partes de Asia occidental, trajo
consigo nuevas variedades de frutas y plantas, que provocaron un
interés renovado de la horticultura entre el
pueblo Griego,
y esta pasión la adoptaron
los Romanos.
En
esta recreación
datada en 1728 de
la villa toscana de Plinio se puede ver el plano del jardín de la
villa, el
jardín como vemos no es uniforme, tiene una parte
simétrica que nos
recuerda al posterior estilo
de jardín Francés
pero tiene también la recreación de la “silva
clásica”.
En
las villas rurales de los ricos se solía reservar una parte del
jardín a recrear la naturaleza salvaje, lo
que posteriormente sería el estilo de jardín Inglés, era
el espacio místico que unía a los viejos Romanos,
ya muy civilizados, con sus ancestros y sus mitos religiosos, los
jardines Romanos son los jardines antiguos mejor documentados, estos
datos nos vienen a través de los
restos arqueológicos, planos,
una abundante literatura
Romana
que nos permiten conocer con bastante amplitud el arte de la
jardinería que aquella vieja civilización nos legó y
los frescos y las
construcciones de ciudades
Romanas como Pompeya y
Herculano, así como
algunas otras villas en Italia y otras partes del Imperio, que
son muestras visibles de la
pasión de aquellos hombres por la jardinería.
Técnicamente
se pueden definir como,
jardines cerrados dentro de la casa, son
jardines muy diferenciados del entorno, muy geométricos, predomina
la arquitectura sobre la vegetación, están
equilibrados, pues son decorativos pero también útiles (son como
salas de estar sin techo), el
agua se utiliza principalmente para regar, aunque puede haber fuentes
y estanques.
Como
he comentado antes, el
cultivo, el diseño y la ornamentación
de los jardines Romanos
llegó a una
sofisticación realmente envidiable, lógicamente
había jardines de todos los tamaños pues no era lo mismo el jardín
de una gran villa que el de una casa
urbana más humilde, también
existieron los
jardines públicos
junto a los templos y otras construcciones de uso comunitario, de
todos modos, la forma más extendida de jardín romano fue el
“xystus” (del griego ξυστός "cubierto")
generalmente colocados en peristilo, en gimnasio o en teatros y que
consistía en una serie de avenidas “ambulationes”.
Los árboles más
usados por los romanos para sus jardines no eran diferentes a los que
estamos acostumbrados a ver hoy en día, y se clasificaban en
“arbores silvestres”, que crecen espontáneamente en los
bosques como el abeto, la haya, el castaño, el pino, la encina, el
álamo o el roble y los “arbores urbanae”, los cultivados
como el olmo, el manzano, la palma, el olivo, el limonero, el naranjo
o el ciprés.
Aparece por primera vez
el “Arts Topiaria”, o arte topiario, que se basa en el recorte de
elementos vegetales dándole formas escultóricas, las plantas más
frecuentes en los jardines Romanos eran, entre otras: cipreses,
pinos, parras, boj, hiedras, laurel, narcisos, acantos y gran
cantidad de plantas aromáticas como romero, tomillo, orégano o
lavanda entre otras, como se puede ver, todas ellas han sido
heredadas por la cultura Mediterránea y son la esencia del jardín
Mediterráneo.
Fuentes: guiadejardineria.com, image.slidesharecdn.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario