Las
plantas estoloníferas.
La
reproducción mediante
estolones, sólo
es una
modalidad
mas, de la
denominada
reproducción asexual
o vegetativa,
es
decir, en este tipo de reproducción o
propagación no intervienen las semillas, siendo muy
numerosas las
plantas que se
valen de este procedimiento para perpetuarse,
(ver
el
art. la reproducción asexual o
vegetativa)
a
este tipo concreto
de
plantas se les denomina
estoloníferas, por
lo tanto, la
función de un estolón es
la de producir clones idénticos a la planta madre
principal
con el fin de propagar nuevos ejemplares
o brotes.
Los
estolones, al
inicio de su desarrollo dependen de la planta madre para su
subsistencia y su alimentación, pero
con
el paso del tiempo adquieren autonomía y pueden generar estolones
propios, continuando así
el
proceso de expansión y la
colonización
de
grandes extensiones,
ahora
bien, este
mecanismo
que
es
extremadamente
eficaz y rápido
cuando lo
que se
busca expandir a la planta, puede
volverse en nuestra contra, ya que es un sistema invasivo y
dañino
para el desarrollo de otros
cultivos
en
huertos o
jardines, por
esto en muchos lugares les denominan
plantas corredoras, porque logran cubrir grandes áreas de terreno.
Un
estolón es
un brote lateral, es
una
porción
de tallo
que surge a partir del tallo principal, y
mas concretamente
en
la base del mismo,
puede
crecer
horizontalmente con respecto al nivel del suelo o
surge
perpendicular al suelo (epígeo), o puede
desarrollarse
de forma subterránea,
tienen
entrenudos largos y cortos alternados que generan raíces
adventicias, y
justo en la
separación de estos segmentos enraizados, es
donde se
generan
las nuevas
plántulas,
que con el tiempo serán plantas autónomas, este
tipo de reproducción es común en algunas
plantas herbáceas y
las plantas estoloníferas que mas conocemos son las
fresas, los tréboles y las cintas, otras
especies son la menta, la
hierbabuena, el
helecho, el
estragón, el regaliz, la margarita estrellada, la violeta, algunos
tipos de césped o
algunas plantas acuáticas como la vallisneria o la sagittaria.
En
el caso de las fresas, al ser sus frutos muy deseados y su cultivo
muy sencillo, sus cultivares se realizan con gran esmero; En el caso
de los tréboles, son hierbas anuales o perennes con flores de color
blanco, amarillo o blanco y purpura y debido a esa facilidad para
expandirse, es frecuente utilizarlas como forraje; En
el caso de la
menta, la menta silvestre o
la hierbabuena,
son plantas que pueden llegar a convertirse en invasoras en los
jardines, razón por la cual, se recomienda cultivarlas en macetas de
gran tamaño, que permitan un desarrollo natural de la planta o
como alternativa ha esto, colocar en el arriate unas planchas
enterradas para que los estolones subterráneos encuentren una
barrera física y poder controlar su expansión.
Por
lo tanto, a la
hora de hacer acopio de
nuevos ejemplares de este
tipo de plantas,
el procedimiento es
muy sencillo,
ya que podemos seccionar las
zonas entre nudos que contengan las raicillas, sin
ningún miedo, para separar ambas plantas, y replantar el tallo
secundario donde queramos, el
estolón puede romperse por esa nueva planta o puede seguir creciendo
y produciendo más ejemplares.
Como ejemplos mas comunes,
tendríamos con estolones aéreos, a la fresa y
las cintas y con estolones
subterráneos, a la menta y
la hierbabuena, estas
especies en concreto son muy
prolíficas
y fáciles de cultivar.
Ramón
Gijón, delineante proyectista.
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