Una planta es un ser
vivo perteneciente al reino vegetal, como todo ser vivo, su finalidad
es crecer y multiplicarse para poder perpetuar su especie, los
vegetales carecen de movilidad, por lo que su subsistencia depende de
la adquisición de elementos minerales disueltos en agua del suelo
donde se asienta, así como de oxígeno, (O2) y bióxido de carbono,
(CO2) que mediante la fotosíntesis y la respiración transforma
mediante un complejo proceso en nutrientes asimilables.
Por lo tanto, su ciclo
vital se resume a nivel fisiológico en, germinación, crecimiento,
floración, fructificación y multiplicación, y para conseguir todos
estos objetivos, todas las plantas a nivel morfológico están
formadas por raíces, tallo o tronco, hojas, flores, frutos y
semillas.
A nivel morfológico,
la planta es capaz de adaptar y modificar sus órganos al medio en
que vive y de esta manera poder conseguir su pleno desarrollo,
brevemente la descripción de sus órganos es:
La raíz, es la
forma de sujetarse al suelo, pero no siempre es así, en algunas
especies las raíces pueden desarrollarse en el agua, (acuáticas) o
en el aire, (aéreas); las raíces pueden ser primarias, secundarias
o adventicias, forman el sistema radicular, que es una estructura
subterránea formada por una raíz principal y numerosas raíces
secundarias, en algunas especies de plantas, las raíces han
desarrollado formas especiales de mayor volumen, como tubérculos,
bulbos, rizomas y cormos, (tuberosas) que sirven como reservas de
nutrientes al almacenar la savia elaborada que le sobra a la planta.
La función del sistema radicular es la de absorber las sales
minerales disueltas en el agua a través de sus pelos absorbentes y
esta savia bruta transportarla desde las raíces hacia el tallo.
El tallo,
generalmente es aéreo pero puede ser acuático o subterráneo,
atendiendo a su consistencia, puede ser herbáceo, semi herbáceo o
leñoso, por lo general constituye el armazón aéreo de la planta y
generalmente está formado por un tallo principal o tronco y las
ramas o tallos secundarios, así como por yemas, nudos, hojas y
frutos, podemos distinguir tres partes diferenciadas, los nudos, los
entrenudos y el ápice vegetativo; En el interior del tallo, se
encuentran, la médula, el cambium vascular y los vasos conductores,
el xilema y el floema. Su función es sostener a la planta y
salvaguardar a los otros elementos vitales de ésta fuera del alcance
de los depredadores, así como llevar la savia bruta hasta las hojas
(xilema) y la savia elaborada hasta los frutos o en su caso, a los
órganos de reserva (floema), esta savia es la que utiliza la planta
para alimentarse o para almacenarla en los órganos de reserva, y así
poder utilizarla posteriormente en las semillas o en los frutos.
La hoja, su origen está en las
yemas o tejidos meristemáticos de los nudos del tallo (axila), se
puede definir como un órgano de nutrición especializado, en la hoja
podemos distinguir, la epidermis o cutícula (transpiración), es una
capa de protección incolora que cubre la hoja por ambas caras, el
haz, el envés, el limbo, los nervios, el peciolo con su estipula, la
vaina con su lígula y los estomas, que son células formadas por
pequeños poros que se abren al recibir luz, expulsando agua en forma
de vapor, y se cierran en la oscuridad, los estomas están rodeados
por células de protección que se encargan de regular el tamaño de
apertura del poro, equilibrando la pérdida de agua de la planta; Su
función es vital para la supervivencia de la planta, ya que son los
órganos encargados de la respiración, la fotosíntesis y la
transpiración.
La respiración, las plantas al igual que
el resto de seres vivos, necesitan respirar y lo hacen captando
oxígeno, (O2) a través del aire y expulsando dióxido de carbono,
(CO2), las hojas de las plantas respiran de día y de noche.
La fotosíntesis, las hojas funcionan como
fábricas de alimento de las plantas al transformar la savia bruta en
savia elaborada gracias a la fotosíntesis, esto tiene lugar en las
hojas de la planta durante el día, absorbiendo dióxido de carbono,
(CO2) que junto a la luz y al agua, (H2O) se transforma en hidratos
de carbono, (CH2O) y en oxígeno (O2), los hidratos de carbono sirven
de alimento para la planta y el oxígeno es liberado a la atmósfera.
La transpiración o evapotranspiración,
es el proceso por el cual la planta expulsa en forma de vapor, el
agua que no utiliza durante la fotosíntesis, la transpiración se
produce a través de los estomas de las hojas y provoca un
enfriamiento de la planta, que en invierno puede provocar heladas por
evaporación.
Pero en realidad, el proceso de transpiración es
aún más complejo e importante para la planta, ya que el propio
proceso de transpiración genera una presión muy fuerte que permite
que el agua ascienda y descienda de las raíces a las hojas y de las
hojas a las raíces, además de facilitar la absorción del agua del
suelo por parte de las raíces.
Por otra parte, la transpiración puede causar
problemas en climas cálidos y secos donde la planta puede llegar a
perder demasiada agua a través de los estomas de sus hojas, por ello
las plantas resistentes a la sequía han desarrollado hojas
especiales que reducen la transpiración, desarrollando hojas
pequeñas, hojas enrolladas, hojas con forma de púa o espina, hojas
con estomas protegidos del sol al ubicarse en el envés de la hoja
etc.
En cuanto a su forma, pueden ser simples o
compuestas y atendiendo a sus bordes, podemos clasificarlas como,
enteras, onduladas, aserradas, partidas etc.
Ramón
Gijón, delineante proyectista.
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