jueves, 20 de mayo de 2021

Los invernaderos

El invernadero.



  Siempre tenemos en nuestra mente que un invernadero es caro, que necesitamos un gran espacio para ubicarlo, unas grandes dotes de construcción o que necesitamos un gran dominio de la jardinería para sacarle provecho, pero lo cierto es que es un elemento de jardín muy importante, y marca la diferencia si disponemos de él o no, ya que un invernadero nos vá a permitir la reproducción, el cultivo de plantones o el cuidado de hortalizas y plantas en cualquier época del año. En cuanto al precio, hoy en día, en las tiendas especializadas existen invernaderos en kit, que los podemos instalar nosotros mismos con un mínimo de herramientas y conocimientos y a un precio razonable. Podemos elegir entre una gran variedad de formas, tamaños y materiales, por lo que la ubicación en nuestro jardín o nuestro huerto no será un problema, es un elemento de jardín que se integra muy bien en el entorno, y como valor añadido, nos aportará grandes beneficios a nivel terapéutico.

  En el ámbito de la jardinería cubierta, tenemos mas opciones, ya que podemos optar por usar cajoneras frías, túneles y campanas, estas otras opciones también se adaptan a diferentes tamaños y precios y son mas versátiles en cuanto a la ubicación. Aunque en este artículo me centraré solo en los invernaderos. Cada uno de estos elementos tiene una función específica, pero no son excluyentes entre si, es decir, podemos disponer de ellas conjuntamente, de hecho es muy habitual usarlas así.

 


La estructura, en estas estructuras podemos distinguir entre las que no tienen calefacción y las que disponen de calefacción, o de otros elementos eléctricos como ventiladores, rociadores o camas calientes entre otros, por lo que necesitaremos de una acometida de agua y otra de corriente eléctrica, con el consiguiente aumento del gasto.

En las estructuras sin calefacción, tenemos invernaderos, cajoneras frías y las campanas.

En los invernaderos, podemos adelantar o alargar la estación de desarrollo de plantas resistentes o semirresistentes a las heladas.

En las cajoneras frías, podemos hacer lo mismo y además las podemos usar para atemperar plantas propagadas en invierno.

En las campanas, su uso se limita a la protección de plantas o cultivos “in situ”.

En las estructuras con calefacción, tenemos los invernaderos, de esta forma podemos ampliar la gama de plantas y cultivos, ya que se pueden incluir las plantas no resistentes a las heladas y con la mejora ambiental y su regulación, facilitamos la propagación de las plantas y se pueden tener plantas de interior o tropicales.

 

La ubicación, como norma general el invernadero se situará en un espacio despejado pero con alguna protección contra el viento, o en su defecto, crearemos nosotros una barrera cortavientos, del mismo modo, tenemos que procurar no exponerlo en el flujo de una corriente dominante de viento. En cuanto a la orientación, lo mas provechoso es situar el eje longitudinal de este a oeste, de este modo, obtendremos el máximo de iluminación, también tenemos que procurar que la instalación se mimetice en el entorno y no cree distorsiones, por lo que tendremos en cuenta la escala y la proporción, los arboles no tienen que proyectar demasiada sombra, pero si cierta protección, por lo tanto tendremos que emplear un poco de tiempo en ver que ubicación es la mejor, para ello, comprobaremos la orientación y las sombras proyectadas en invierno y en primavera de los arboles, construcciones vecinas o propias y los vientos dominantes.

 


La tipología, ya comenté al principio que disponemos de una gran variedad de formas, tamaños y materiales, en lo referente a formas, disponemos del tipo tradicional, con caras verticales y cubierta a dos aguas; tipo holandesa, igual que el tradicional pero con caras inclinadas; tipo tres cuartos, es una variante del tradicional pero adosado a una pared; tipo colgadizo, está adosado a la casa es como un porche cerrado y puede tener un diseño recto o curvilíneo; o el tipo mansarda, con caras y cubierta inclinadas y diseño curvilíneo, estos son los mas habituales. Pero no acaba la cosa aquí, también los podemos elegir en forma de cúpula, ofrecen una exposición solar óptima; de forma poligonal, a modo de cenador cerrado; el tipo alpino, una variante del tradicional mas apto para plantas no resistentes; los de conservación, con caras rectas y cubierta asimétrica e inclinada; también tenemos los minis, son de tipo colgadizo ideales para pequeños espacios y pocas plantas; y por último los politúneles, suele ser de grandes dimensiones y mas utilizados en huertos, este último grupo de invernaderos, salvo los minis, son mas costosos.



Los materiales, los tenemos con estructura de madera, de aluminio o de acero, son los mas habituales y a la hora de elegir uno tenemos que tener en cuenta una serie de cosas:

Los de madera, generalmente de cedro, secoya o pino, proporcionan un buen aislamiento, son robustos y elegantes y su coste y mantenimiento son altos.

Los de aluminio, proporcionan un buen aislamiento, son sólidos y elegantes con un coste aceptable y un mantenimiento mínimo.

Los de acero, que puede ser galvanizado o plastificado, proporcionan buen aislamiento, son los mas robustos, con un coste menor que los de madera o aluminio, pero con un mayor mantenimiento, ya que hay que pintarlos cada dos años.

En cuanto al cerramiento, tenemos el cristal o los materiales plásticos, ambas son buenas opciones pero hay que saber que:

El cristal, proporciona un buen aislamiento, no se decolora y se limpia fácilmente, con buena iluminación, pero son frágiles y precisan de mantenimiento, el coste es aceptable.

El plástico, generalmente se utilizan planchas acrílicas o de policarbonato, proporcionan un buen aislamiento, sobre todo el policarbonato, pero con el tiempo se suelen decolorar ligeramente lo que afecta a la iluminación, su coste también es aceptable.



Ramón Gijón, delineante proyectista.


No hay comentarios:

Publicar un comentario