Aster, una planta de otoño.
Se conocen vulgarmente como, Estrellada, Áster italiano, Amelio o Áster de otoño. Pertenece a la familia de las Asteraceae, el género Aster está formado por unas 600 especies de hierbas perennes o anuales y son originarias de Asia, Europa y América del Norte. Las especies más comunes son, Aster amellus, Aster alpinus, Aster novi-belgii, Aster squamatus (Aster divaricatus), Aster cordifolius, Aster novae-angliae, Aster tataricus.
Las aster son plantas herbáceas perennes de porte erguido y finos tallos rojizos y algo velludos, suelen tener un porte de 50-70 cm de altura. Cuentan con unas hojas de color verde oscuro, de forma ovado-lanceolada y una disposición alterna. Cuenta con unas atractivas flores radiales de unos 5 cm de diámetro tienen el centro amarillo y los pétalos pueden tener una coloración variada, como azul, violeta, blanco o lila. La floración es al final del verano o durante el otoño.
A las Aster les gusta una exposición de pleno sol o de ligera sombra, y son resistentes al frío y las heladas. El suelo tiene que ser suelto, tiene que estar bien drenado y con bastante materia orgánica.
El riego tiene que ser abundante pero sin encharcar, de tal forma que la tierra siempre esté algo húmeda. Cada primavera habrá que abonar con estiércol o compost y con un fertilizante mineral cada 15 días durante la primavera y el verano. Es conveniente que tras la floración las podemos ligeramente para mantenerlas compactas y favorecer la floración del año siguiente.
Son fáciles de cuidar, aunque en ocasiones, pueden ser atacadas por pulgones y hongos como roya y oidio. La mejor manera de evitar la roya es la prevención, hay que retirar y quemar todas aquellas hojas infectadas del año anterior y seguidamente tratar nuestras plantas con aceite mineral combinado con fungicida, a fin de eliminar las esporas que se depositaron antes del otoño. En cuanto al oidio a modo de prevención debemos evitar la humedad y la densidad, seguidamente aplicar azufre y cobre ya que ambos son fungicidas efectivos, también se puede aplicar una colada de cola de caballo por los mismos motivos y sus propiedades antimicóticas.
Su multiplicación puede ser por división de mata preferiblemente en primavera o en otoño o a partir de semillas sembradas también en primavera en semilleros cubiertos con cristal.
Son muy apreciadas en jardinería por aportar un toque de color en el otoño, ya que su abundante floración las hace muy interesantes para utilizar en macetas y jardines, para borduras, en rocallas, o en parterres formando grupos densos y también para flor cortada.
Aunque también tenemos mas opciones para el otoño, como crisantemos, dalias, farolillos, hortensias o zinias entre otras, (Ver el art. Flores para el otoño).
Ramón Gijón, educador medioambiental.
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