viernes, 8 de marzo de 2019

Jardines escondidos, (IV)

Jardín del Palau de Forcalló.

  El palacio y su jardín albergan la sede del Consell Valencià de Cultura, que se encuentra en el corazón del barrio del Carmen, antiguo suburbio de intramuros de trazado típicamente morisco y uno de los conjuntos urbanos más emblemáticos de la Ciutat Vella de Valencia, formado por un laberinto de calles estrechas y tortuosas, notablemente pintoresco y con edificios de un gran interés arquitectónico e histórico.


  Este edificio fue completamente restaurado en el año 2000 para habilitarlo como sede del Consell Valencià de Cultura, el Palacio de Forcalló es una típica residencia señorial de estilo academicista, construida en 1864 en uno de los entornos histórico-artísticos más característicos de Valencia. Se trata de un edificio exento, de dos alturas y planta poligonal con una ordenación que nos recuerda a la domus Romana, con un espacioso vestíbulo-corredor entre el portal de la calle y la amplia puerta diáfana sobre el jardín posterior. La fachada se ordena con un eje central coincidiendo con el de la puerta y ventanas de parte a parte acabadas con arcos escarzanos. Un suave almohadillado contribuye al ritmo del conjunto, remarcado por los dos tonos de la pintura.


  Una escalera “a la catalana” con barandilla de hierro da acceso al primer piso, en el que está la “sala noble“, decorada con pinturas del repertorio neoclasicista sobre un zócalo jaspeado, las paredes se ordenan en una serie de paneles rectangulares vacíos enmarcados por pilastras con cenefas y motivos geométricos y florales y medallones centrales con diversas alegorías.


  El jardín del Palacio de Forcalló ocupa el patio posterior cerrado con grandes muros al estilo de los “hortus conclusus”, al igual que otros jardines ocultos que he visitado, es de tradición clásica y Mediterránea. Cuando accedemos al jardín vemos un estanque octogonal situado en la intersección de los dos paseos empedrados que dividen el conjunto en cuatro partes, en el jardín aún se aprecian las acequias adosadas a los lados que rememoran los jardines interiores de inspiración árabe, los parterres en su perfil bajo, están enmarcados por setos de aligustre, en su interior podemos ver hiedras, cintas, acantos o Strelitzias entre otras, en el perfil alto, hay numerosos árboles ornamentales de sombra entre los que podemos ver, casuarinas, moreras, naranjos o cipreses, entre otros.


  No es un jardín de grandes dimensiones, pero las pérgolas laterales con gran follaje, las fuentecillas y los grandes tiestos con laureles, naranjos enanos o aspidistras entre otros, así como el aislamiento y recogimiento que nos proporcionan los grandes muros, forman un conjunto armonioso, agradable, fresco y apacible, propio de los jardines Valencianos de otros tiempos.



Ramón Gijón, delineante proyectista.
Fuente: cvc.gva.es

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