lunes, 19 de noviembre de 2018

Jardines escondidos II.

Jardin de la casa museo Benlliure.


  El museo Benlliure de Valencia, se encuentra situado en la calle de Blanquerías, en el barrio del Carmen, en el centro histórico de la ciudad, desde la calle se accede al edificio, que data de 1883, se trata de un edificio de carácter ecléctico, compuesto por planta baja con vivienda, entresuelo, piso principal con balcón-mirador (hoy desaparecido), piso alto para arrendar y ático destinado al servicio domestico y el tejado está adornado con cráteras de piedra, se trata de un edificio con una típica tipología de casa burguesa de clase acomodada de finales del siglo XIX y refleja una estratificación social en cada uno de sus niveles propia de la época. Desde la planta baja se accede a un pequeño jardín Mediterráneo de 760 mts2, que fué diseñado por el propio artista, en el que podemos encontrar un gran número de paneles cerámicos que van desde el siglo XVI al XX, objetos en piedra recuperados de iglesias y conventos ya desaparecidos, ya que el artista los atesoraba con gran cariño, y al fondo de éste se alza un sencillo pabellón de pintura que data de 1902, junto al pequeño edificio que hace de estudio del pintor se encuentra una cocina huertana propia del época.

  Un poco de historia, el edificio, el jardín y el estudio posterior, se alzan sobre terrenos del antiguo “huerto grande” del convento del Carmen, y a raíz de la desamortización de Mendizabal de 1835, el huerto fué adquirido por Aniceto Victor Miranda en 1845. Mas tarde, en 1880 su propietario era Juan Bautista Garelli, quién le encargó al maestro de obras Vicente Miquel Viñuelas la construcción de un edificio, obras que finalizó en 1883. Posteriormente en 1896, el edificio lo compró José Benlliure Gil, (pintor nacido en el barrio de El Cabanyal y hermano del también conocido escultor Mariano Benlliure), al propietario de ese momento Miguel Pardo Gómez, pasando desde entonces a ser su domicilio familiar aunque él personalmente pasaría largas temporadas en Roma. Por último el pabellón de pintura del fondo del jardín, fue construido en 1902 por Vicente Alcayne Armengol, cabe destacar la puerta de entrada, enmarcada con una portada gótica, y elementos originales interesantes, ya que las arquivoltas de la arcada proceden del desaparecido convento de San Francisco. El inmueble y sus colecciones fueron donados al Ayto. de Valencia por la hija del artista, María Benlliure Ortiz, en 1957.


  La arquitectura, en la actualidad en su calidad de Casa Museo, la original distribución interior de la casa ya no se aprecia, ya que el edificio se ha acondicionado como espacio expositivo, por lo tanto, en su planta baja recrea diversas estancias domésticas, con interesantes obras de artistas del momento, como Sorolla, Muñoz Degraín, Rusiñol, Luna Novicio, Nagy, etc., el entresuelo muestra una selección de obras de José Benlliure, en la planta primera se exhiben trabajos de su hijo, José Benlliure Ortiz “Peppino”, y del escultor Mariano Benlliure y en la segunda planta se ubica la sala de exposiciones temporales, así como bocetos y elementos relacionados con Mariano Benlliure.
Al fondo del jardín se alza el estudio de don José y una recreación del estudio de Peppino Benlliure, el exterior del estudio está realizado con diversos elementos que recoge una cierta reminiscencia gótica con una mezcolanza de elementos recopilados. 
 

  En el jardín, también encontramos, un gran número de paneles cerámicos que van desde el siglo XVI al XX, objetos de piedra recuperados de los derribos de iglesias y conventos ya desaparecidos, así como el busto en bronce de Juan Antonio Benlliure Tomás realizado por su hijo Mariano Benlliure en 1904 que preside el jardín, está situado en la parte posterior de una bancada realizada en cerámica adosada a un murete central, flanqueado por los dos accesos al jardín y otros dos muretes bajos laterales que enmarcan la terraza anexa a la casa, junto al pequeño pabellón de pintura se encuentra otro monumento dedicado a su hijo “Peppino” y al fondo en el lateral izquierdo una cocina huertana.


  El jardín, situado en la parte posterior de la casa se extiende un bonito jardín de traza Mediterránea y con cierto aspecto decadente y romántico, este jardín fue diseñado por el propio José Benlliure, lo que hace que sea mas interesante, al salir del edificio nos encontramos con una terraza con un suelo de canto rodado y argamasa, enmarcada por un murete con pilastras en la parte central que acoge una bancada realizada en cerámica adosada al murete, en los dos laterales tenemos otros dos muretes bajos con rejas de forja que alojan sendas jardineras, formando el conjunto un semicírculo con dos huecos que dan acceso al jardín.

  
  El diseño es un jardín familiar típicamente Valenciano, su parte central es llana, está articulada en torno a tres sendas longitudinales enladrilladas con inserciones de azulejería de Manises, que en la parte central se cruzan con otra senda transversal, las dos laterales cuentan con pérgolas y una bordura de aspidistras, y la central termina en una fuentecilla, de esta forma se forman unos irregulares parterres geométricos. Estos parterres y el semicircular de la parte posterior del murete central, que flanqueamos al acceder al jardín, están perfilados por un seto de aligustre de hoja ovalada, y en su interior vemos laurel alejandrino y cintas.


  Los parterres centrales, también están perfilados por los aligustres de hoja ovalada, el perfil bajo del interior está formado por cintas y agapantos, en los de la derecha, el perfil alto está formado por ejemplares de limonero, laurel, y palmera ornamental, y en los de la izquierda el perfil bajo es el mismo pero en el perfil alto cuentan con pino carrasco, limonero, Cica, laurel, tilo.


  Detrás de la fuentecilla tenemos una zona de sombra con dos bancos, aquí hay ejemplares de ciprés y laurel en el perfil alto y en el bajo tenemos aligustre de hoja ovalada, laurel alejandrino, calas, clivias y esparrageras rastreras.

  Para finalizar, reseñar que las líneas de diseño son las típicas de un jardín Valenciano, estas características están descritas y las podemos ver en el libro “Jardines Valencianos, de Carrascosa Criado, editado en 1932”, es una ocasión única para poder contemplar un jardín familiar que se puede visitar, pero sin duda el entorno monumental y museístico y el pequeño jardín escondido, nos trasladan a una época pasada romántica y entrañable.



Ramón Gijón, delineante proyectista.
Fuente: valenciabonita.es y www.jdiezarnal.com

domingo, 11 de noviembre de 2018

El esqueje de hoja.

La reproducción de ejemplares, el esqueje foliar o de hoja.

  La reproducción por esquejes de hoja es posible en plantas tropicales y subtropicales con hojas carnosas, es una técnica de reproducción sencilla aunque no es muy usual y necesita una temperatura mínima de 24ºC, una humedad relativa entorno al 50% y luz tamizada, existen dos tipos de esquejes de hoja; el esqueje de pecíolo y el esqueje de nervio.

  En el esqueje de pecíolo foliar, utilizamos la hoja con su pecíolo o tallito, para llevar a buen término esta técnica, primero cortaremos una hoja jóven y sana pero totalmente crecida incluyendo su pecíolo o tallito.
Seguidamente recortaremos un poco la parte superior de la hoja y cortaremos al bies el pecíolo a 1cm de la base de la hoja, previamente se habrá preparado una maceta de unos 10 cm de altura con un sustrato compuesto a partes iguales por perlita y vermiculita para enraizar, realizaremos un hoyo utilizando un clavo de albañilería o algo similar e insertaremos el pecíolo en el sustrato compactándolo bien. Para lograr el enraizamiento de los esquejes, y esta es la parte mas delicada del proceso, debemos aportar calor (23ºC o más) y humedad, para conseguir esto, es conveniente trasladar el esqueje al interior, protegido de la luz intensa y el sol, y para mantener la humedad es conveniente cubrir la maceta con una botella de plástico transparente que levantaremos varias veces al día para permitir la aireación, con suerte y paciencia los esquejes de pecíolo foliar comenzarán a crecer y a desarrollar raíces tras cuatro meses mas o menos.
Después de este tiempo, se podrán trasplantar las nuevas plantitas a una maceta con sustrato fértil una vez sean lo suficientemente grandes como para no dañarlas al manipularlas.

  En el esqueje de nervio foliar, utilizamos los nervios de la hoja, para llevar a buen término esta técnica, primero cortaremos una hoja jóven y sana pero totalmente crecida.
Seguidamente recortaremos el pecíolo o tallito por la base de la hoja, se le dá la vuelta a la hoja y se coloca sobre una tabla de cortar, en el revés de la hoja y con mucho cuidado, realizaremos varios cortes sobre los nervios más grandes, con unos 2 cm de separación entre corte y corte, después espolvorearemos una fina capa de hormona de enraizar sobre los cortes utilizando un pincel pequeño.
Previamente se habrá preparado una maceta de unos 10cm de altura con un sustrato compuesto a partes iguales por perlita y vermiculita para enraizar, se coloca la hoja boca arriba sobre el sustrato y la fijaremos bien para que los nervios cortados se mantengan en contacto con el sustrato.
Para lograr el enraizamiento de los esquejes, y de nuevo, esta es la parte mas delicada del proceso, necesitaremos temperaturas superiores a 23ºC para enraizar, así como una humedad relativa elevada, por lo tanto, tendremos que recurrir de nuevo a la botella de plástico, si todo vá bien, las nuevas plantitas brotarán sobre las secciones de hoja parental desarrollando raíces y hojas.


 Finalmente, trasplanteremos las nuevas plantitas a macetas individuales con tierra rica en humus en cuando tengan varias hojas y sean lo suficientemente grandes como para no dañarlas al manipularlas.



Ramón Gijón, delineante proyectista.
Fuente: jardinerosenaccion.es

martes, 6 de noviembre de 2018

Los jardines en China.

El jardín Chino.

  El oficio de la jardinería para los Chinos es un arte y tiene la misma consideración sagrada que la escritura o la poesía; Para los Chinos el jardín es, a la vez, parte de su hogar y lugar de recreo, un lugar “mágico”, un cosmos en miniatura en el que se procura recrear la imagen de una naturaleza ideal; Para ellos, el jardín representa un compromiso constante entre las dimensiones estéticas y simbólicas, los jardines Chinos responden, por lo tanto, a una serie de códigos que, si se omiten, dan como resultado una interpretación muy parcial de su significado o de lo que el artista quiso expresar.

  La historia de la jardinería en China es más que milenaria, el jardín tuvo en principio, un origen místico, el filósofo Zhuangzi así lo afirmaba y se basaba en un discurso del pensador y filósofo Confucio en el que se mencionaba el parque de Xiwei, que fué un soberano legendario anterior al Emperador Amarillo, personaje mítico del II milenio antes de nuestra era; El jardín Chino tradicional simboliza el paraíso en el mundo, según las antiguas leyendas Chinas, este paraíso se hallaba en la cumbre de una gran montaña que estaba en unas lejanas islas que se hallaban en medio del mar, allí se encontraba el elixir de la "eterna juventud", que permitía acceder a la inmortalidad, esta leyenda explica la gran importancia que la montaña, el mar y las islas tienen en la simbología de los jardines Chinos.

  La jardinería se desarrolló durante el período de la dinastía Hand, (206 a.C. hasta el 220 d.C), en estos primeros jardines, lo que se buscaba, no era su concepción estética, más bien estaban orientados al descanso y a la caza; Un ejemplo de estos jardines lo tenemos en el parque Bechaï, que se realizó en el 104 a.C. posteriormente fué ampliado y reformado. A partir del 960, el entorno de los jardines, tanto interior como exterior, comenzó a tener una creciente importancia en la concepción de los jardines, de esta forma, entre los años 1368 y 1636, los jardines Chinos fueron adquiriendo una dimensión artística y una belleza impresionantes y alcanzaron su plenitud, de hecho, cuando se mencionan los jardines Chinos, se hace referencia a los jardines creados durante ese período.

  En general, ya desde el siglo III, los jardines Chinos se fueron popularizando, abandonando la esfera imperial, ya que los mercaderes y los altos funcionarios, también tenían sus jardines, de esta forma, se podían encontrar jardines de grandes dimensiones y muy opulentos que fueron abiertos al público con el fin de demostrar la prosperidad de sus propietarios, otros, por el contrario, permanecían ocultos a las miradas exteriores, preservando así su intimidad, al mismo tiempo, el desarrollo del budismo y del taoísmo propiciaron que los jardines formaran parte del mundo religioso, incorporándose a los templos que los monjes construyeron alrededor de las ciudades, por lo tanto, la jardinería China se desarrolló en tres estados diferentes, el imperial, el burgués y el religioso, y fue perfeccionándose hasta el siglo XVIII.
A pesar del hermetismo Chino, la intromisión occidental, fundamentalmente de misioneros y colonizadores, introdujo el estilo de los jardines occidentales, sobre todo Franceses, el jardín Yuanming Yuan, diseñado por los misioneros Franceses, es el ejemplo más evidente de esta intromisión que puso fin, asimismo, a la jardinería China tradicional.
En la actualidad, muy pocos jardines Chinos tradicionales existen actualmente, la mayor parte de ellos fueron víctimas de incendios, fortuitos o provocados, por otra parte, los edificios tradicionales Chinos se construían con madera, por lo que no subsiste ningún vestigio, ni siquiera arquitectónico.

 Conceptualmente el jardín Chino, se puede definir como la adaptación al entorno y la imitación de otros paisajes, siendo la recreación de un mundo en miniatura, es decir, se utiliza el entorno natural para crear el jardín, pero sin intentar dominarlo, no se busca la simetría como sucede con los jardines occidentales, sobre todo, se trata de buscar una armonía general que pueda dar una apariencia natural, intentando, de alguna manera, llegar a una representación ideal de la naturaleza, y de sublimarla. (en este aspecto se parece más al paisajismo Inglés). En este tipo de jardines, la sensibilidad, el respeto a la naturaleza y el mimo por el detalle, son con mucho, pilares fundamentales en su diseño y desde luego son un regalo para los sentidos.

  La vivienda se compone de diferentes edificios separados entre sí por unos patios dispuestos según un orden convencional, en principio a lo largo de un eje (yang), sin embargo, los jardines tienen un plan libre y asimétrico (yin), en toda composición existe un espacio abierto en el cual se disponen las principales decoraciones y los pabellones más importantes dedicados a la contemplación, situados en el centro de una encrucijada de galerías, paseos y bosquecillos, por lo que el jardín es un elemento con vida propia, tiende ha imitar los mismos cambios que la naturaleza vive en las diferentes estaciones y de la sucesión de floración que la acompaña, así como de los juegos de luz y sombra proporcionados por el ciclo solar, y de las variaciones diurnas y nocturnas. A través de las incesantes y múltiples transformaciones, el jardín va adquiriendo una nueva dimensión, en el que, a cada instante, se disfruta de una visión efímera e impresiones fugaces de un universo en continuo movimiento.

  El agua y la piedra son elementos de un gran valor simbólico y constituyen, asimismo, los pilares de la estética de los jardines Chinos, los jardines Chinos tienen profundas raíces filosóficas, los elementos naturales se eligen por su significado histórico, literario o simbólico, todo el conjunto está equilibrado por una red de muros, que se abren aquí y allá, tienen puertas redondas, ventanas caladas que terminan transformando el jardín en una infinidad de diminutos jardines, rincones y puntos de vista para el visitante; Estos compartimentos estructurales, así como las aberturas practicadas en ellos, están cuidadosamente dispuestos con el fin de producir, artificialmente, un conjunto de sensaciones visuales, los elementos arquitectónicos que podemos encontrar son muchos, podemos ver pabellones, quioscos, pagodas, galerías, vestíbulos, arcos, puentes y barcas para desplazarse por los estanques.

Los animales pueden estar presentes o simbolizados por medio de esculturas, podemos ver al dragón Chino (emperador), al Fénix (emperatriz), a la tortuga (longevidad), a la carpa, (perseverancia), o el murciélago, (fortuna).

Las plantas también tienen un significado, entre las que podemos ver, el sauce llorón, (feminidad), el bambú (modestia), o el loto (pureza). En cualquier caso, nos encontramos con unos jardines muy bien elaborados de una gran belleza y armonía, y por supuesto son unos jardines que no nos dejarán indiferentes.



Ramón Gijón, delineante proyectista.