domingo, 23 de enero de 2022

El ciclo del agua.

El ciclo del agua.


  Se conoce como el ciclo del agua o ciclo hidrológico y es el circuito biogeoquímico más importante del planeta Tierra, en el cual el agua sufre una serie de transformaciones y desplazamientos fruto de reacciones físico-químicas, atravesando los tres estados de la materia: líquido, sólido y gaseoso, por lo tanto, es el proceso cíclico de circulación del agua en los diferentes estados, ya sea en estado líquido, sólido o gaseoso. La mayoría del agua que se encuentra en la tierra está en formato líquido, y esta abarca los océanos, mares, ríos, lagos, lagunas, aguas subterráneas y canales. La parte sólida se encuentra sobre todo en los polos y hielos continentales, y en una parte menos grande en las cimas de las montañas, en forma de hielo. La tercera parte es la que forman las nubes y el vapor en forma de gas líquido.

 


  Voy ha tratar de explicar de forma sencilla como funciona, al principio del proceso, el agua que se encuentra en estado líquido se evapora, se eleva a las capas altas y va formando las nubes. Al subir a alturas mayores, el vapor se enfría y condensa, formando las gotas que luego caerán de nuevo a la tierra en forma de lluvia o de nieve, una parte caerá directamente sobre mares y ríos, mientras que otra caerá en la tierra, que a su vez se filtrará por las capas y volverá a formar parte de las aguas internas de la tierra. A su vez los hielos que cubren determinadas zonas de la superficie terrestre también forman parte de este proceso.

  Existe otro ciclo complementario, denominado ciclo interno. En este caso todo sucede internamente, y el calor de la tierra hará que el agua salga al exterior en forma de aguas termales. Por lo tanto, las fases del ciclo del agua están compuestas por la evaporación, la condensación, la precipitación, la escorrentía, la circulación subterránea, la fusión y la solidificación. Pero veamos con mas detalle que son cada una de ellas.

 


Evaporación, La evaporación es el paso del estado líquido a gaseoso. En el caso del agua, este proceso se produce por la acumulación de energía, más concretamente del calor que proporciona la energía solar a través de sus rayos.

Condensación, El agua que se encuentra en estado gaseoso tras la evaporación vuelve a su forma líquida. Este proceso de condensación se puede comprobar claramente cuando en una casa se calienta lo suficiente el ambiente y la humedad del espacio se evapora y al contacto con las ventanas frías, crean una condensación que la devuelve a su estado líquido. En el caso del ciclo del agua, en el medio natural es cuando los gases se vuelven a transformar en agua, formando las nubes, la neblina o el rocío.

Precipitación, Tras la condensación, el agua vuelve a la superficie terrestre en forma de precipitación. Esta incluye las distintas formas que entran de la categoría de precipitación, tanto la lluvia como las lloviznas, la nieve, el aguanieve y el granizo.

Escorrentía, Se conoce como escorrentía al proceso de drenaje de las aguas procedentes de las precipitaciones en la superficie de la tierra. Esta se da por los propios canales que el agua ha ido formando sobre la capa terrestre como torrentes, ríos o lagos .

Circulación subterránea, El agua que se filtra al interior de la tierra forma una circulación subterránea. Se trata de una de las mayores cantidades de agua que se encuentra en los continentes y de la cual obtenemos en gran medida agua potable o de riego. Se encuentra bajo las rocas que forman la superficie terrestre.

Fusión, La fusión es cuando el agua que forman los hielos y los glaciares se derrite, pasando de sólido a líquido o gaseoso. El punto de fusión de la misma se produce cuando se superan los 0º.

Solidificación, La fase contraria a la fusión es la solidificación, en este caso es cuando las temperaturas disminuyen por debajo de los 0º y el líquido se transforma en sólido.

  En este proceso se omite completamente la actividad antrópica en la alteración de este proceso, ya sea con canaletas, represas y otras formas.

 


  Es importante saber que el agua es una de las sustancias más abundantes del planeta: aunque no infinita, un 71% de la superficie terrestre se halla cubierta por agua líquida, de la cual el 96,5% es agua salada de los océanos. Del agua dulce restante, el 69% se halla congelada en los casquetes polares; al mismo tiempo, entre un 1% a 4% de los gases de la atmósfera corresponden a vapor de agua.

  Por consiguiente, el ciclo del agua es vital para el mantenimiento y la estabilidad de la biodiversidad de nuestro planeta, no sólo para la vida tal como la conocemos, impensable sin acceso a este líquido vital, sino también para la regularidad del clima, de la temperatura mundial y de otras condiciones que determinan el funcionamiento de nuestro planeta.


 

  En este ciclo hidrológico intervienen diversos factores ambientales así como fuerzas internas y externas, como el viento y la luz solar. Como en en cualquier ciclo, no se inicia realmente en ningún punto determinado, sino que se trata de una continuidad de procesos que se repiten sucesivamente, movilizando cantidades de energía química. Si este ciclo por alguna razón se detuviera o alterara, los efectos serían catastróficos, por eso es vital controlar las emisiones de gases de efecto invernadero para no provocar un cambio climático irreversible en el que las regiones calientes tardarían mucho más en enfriarse, el agua se estancaría en los océanos y lagos y la vida sería muy difícil.



Fuente: concepto.de y ecocosas.com

Ramón Gijón, educador ambiental.


martes, 11 de enero de 2022

La energía solar fotovoltaica.

La energía solar fotovoltaica.

 

 


  En la actualidad la apuesta por las energías renovables es un hecho y ya es muy visible en diferentes sistemas productivos como la automoción, la industria, o el turismo entre otros y como no también en la agricultura, ya que no puede quedarse al margen de esta corriente, siendo impulsada por la FAO, hay que tener en cuenta que el mayor consumo energético en Europa se produce en la agricultura de regadío.

  Como ya se vio anteriormente, el riego por goteo y los sistemas de aspersión han permitido a los productores tener un control más preciso de su consumo de agua y un ahorro de este recurso, tan escaso en algunas zonas y en otras ocasiones, son difícilmente explotables por encontrarse en acuíferos subterráneos. También otro factor negativo es, sobre todo en los últimos años, las constantes subidas en las tarifas eléctricas, de forma que la factura energética ha aumentado considerablemente. Es por lo tanto, urgente dar un nuevo impulso que vendrá por parte del uso de las energías renovables.

  En concreto hablamos de la energía solar fotovoltaica, este tipo de riego se basa en el aprovechamiento de un recurso ilimitado, la radiación solar, para generar energía que será utilizada para alimentar a los sistemas de bombeo y los sistemas eléctricos de la instalación de riego de la explotación.

 


  De una manera esquemática y resumida, una instalación de energía solar fotovoltaica está compuesta por:

Unos paneles fotovoltaicos que convierten la energía de la radiación solar en corriente continua.

Una estructura sobre la que se disponen los paneles solares.

Un cuadro de control, que está formado por un variador de frecuencia y demás elementos que gestionan la instalación.

Un sistema de bombeo que extrae el agua y la almacena en una balsa para su posterior uso o que directamente alimenta a la red de riego.

Por último, se disponen sistemas de monitorización para tener un control completo de la instalación, así como el consumo en tiempo real. 

 


  Las ventajas de este tipo de instalaciones, son en primer lugar, son unas instalaciones que permiten aislar la explotación agrícola de la red eléctrica general, de esta manera se puede llegar a ser autosuficiente en cuanto a consumo energético se refiere. Con ello, se ahorra en la factura eléctrica de la explotación y por consiguiente aumenta la rentabilidad para el agricultor. Otra ventaja es que estos sistemas también pueden ser instalados en zonas aisladas con acceso deficiente o nulo a la red eléctrica, permitiendo con ello el desarrollo de estas áreas marginales y fijar población en el medio rural, ya que los paneles fotovoltaicos generan energía eléctrica suficiente para abastecer los diferentes motores y elementos eléctricos de la red de riego (pivotes, sistemas de monitorización, sensores, etc.).

  También, debido a la instalación y control de la monitorización, se consigue una mayor eficiencia en el uso del agua, ya que no solo se puede tener un control casi total de la instalación de riego desde dispositivos móviles, sino también acceso a un histórico de datos de uso y gasto. Si a estos sistemas les sumamos tecnologías TIC, que ajustan la disponibilidad eléctrica con las necesidades de riego, tenemos una combinación perfecta que aumenta de forma considerable la eficiencia.



  Por otra parte, una vez la instalación está en funcionamiento, mejora de forma notable la sostenibilidad de la explotación, ya que reduce la huella de carbono en transporte de cisternas así como su huella hídrica y ambiental y ademas está en consonancia con los objetivos de la política agraria comunitaria y asume las demandas de un consumidor cada vez más concienciado con el medio ambiente.


Ramón Gijón, delineante proyectista.

Fuente: la huerta digital.