jueves, 27 de febrero de 2020

Flora y fauna útil, 3

Flora y fauna útil en agricultura ecológica.
Lavandula dentata, Lavanda, espliego.

  Su nombre científico es Lavándula, pero comúnmente se le conoce con muchas denominaciones como Lavanda, Cantueso, Alhucema, o Espliego. Pertenece a la familia de las Labiadas, es un género integrado por unas 20 especies de plantas subarbustivas que proceden de las islas Azores y Canarias y del litoral Mediterráneo. Las especies más comunes son la Lavándula dentata, la Lavándula stoechesstoeches, la Lavándula lanata y la Lavándula spica. Se trata de un arbusto perenne que puede llegar a tener una envergadura de 1,5 mts. de altura con tallos leñosos que tienen una característica pilosidad grisácea, sus hojas son lineares, con mas anchura en ápice, también son lanceoladas de unos 10 cms. y con su borde revoluto, siendo las hojas jóvenes tomentosas y las adultas lisas y mas verdosas. Sus pequeñas flores se reúnen en forma de espigas de 6 a 10 flores son de un característico color violeta, siendo pegajosas al tacto debido a la gran cantidad de aceites esenciales que contiene, por lo que desprende un aroma parecido al alcanfor. Las flores se pueden recoger desde el mes de junio hasta comienzos del otoño, y en los herbolarios y tiendas de alimentación es fácil encontrar flores secas de lavanda. Esta planta se suele hibridar con la lavanda angustifolia, mas resistente y usada para la producción de aceite esencial.

Clima y suelo, Para su buen desarrollo necesita de un clima templado, con una exposición soleada y con unas temperaturas entre 15º y 25ºC., no es una planta exigente, se adapta a cualquier tipo de suelo y solamente necesita un buen drenaje ya que no soporta el encharcamiento, sobre todo en invierno,puede vivir incluso en terrenos pobres.

Cuidados y usos, Se trata de una especie rústica, por lo que no necesita de grandes cuidados, el riego siempre tiene que ser escaso, el abonado no es preciso, ya que está habituada a los suelos pobres, siendo incluso contraproducente ya que sus flores perderían aroma, tan solo en los casos en que esté en una maceta habrá que usar mínima mente un abono líquido antes de la floración, en cuanto a la poda, al comienzo de la primavera o la llegada del otoño, es decir, antes o después de la época de floración, se trata de una poda pequeña para estimular el crecimiento de las nuevas ramas y sus flores, en el caso de usarlas como bordura, tendremos que podarla en altura y darle algo de forma.


  En jardinería y paisajismo, se cultiva para aprovechar sus propiedades medicinales y aromáticas, pero también por sus propiedades ornamentales, en jardinería y paisajismo es un recurso muy habitual en borduras, macizos y setos, en el jardín o en el huerto es muy útil y beneficiosa, ya que al ser una planta aromática, sus flores atraen a los nectarios y polinizadores y los ácaros la detestan.





Ramón Gijón, delineante proyectista.

sábado, 15 de febrero de 2020

El vergel mixto.

El vergel mixto.

  Como ya se ha visto en otros artículos, uno de los pilares fundamentales en los que se basa el cultivo biológico es la variedad, y el cultivo de especies frutales se presta mucho a ello; En el ámbito familiar el cultivo limitado a diferentes especies es una práctica habitual y desde antiguo se sigue manteniendo esta forma de cultivo ya que forma parte de nuestra tradición, independientemente del tamaño de la parcela, se suelen cultivar variedades distintas de algunas especies, con el fin de garantizar una producción a lo largo de todo el año.


  A nivel estético, también es una opción muy válida, ya que los frutales también tienen floraciones de gran espectacularidad y las tonalidades de verde en su follaje también son de una variedad enorme, por lo tanto, en belleza no tienen nada que envidiar a las plantas puramente ornamentales de nuestro jardín.


  Esta variedad en especies y de variedades distintas dentro de la misma especie, nos garantiza una polinización cruzada, Hay que tener en cuenta que algunas especies que tienen flores de los dos sexos o hermafroditas no se fecundan por sí mismas, y necesitan la complicidad de otras especies polinizadoras con floración en la misma época, para ello contaremos con la inestimable ayuda de las abejas y de otros polinizadores, y en consecuencia, tendremos que favorecer su estancia en el vergel con la plantación de plantas y arbustos que sean melíferos, y que sean del agrado de la fauna útil, con lo que contaremos siempre con unas brigadas anti plagas de forma permanente (ver el art. “la lucha biológica); Esto hará que el mantenimiento del vergel sea económico y lo mas importante, ambientalmente sostenible.


  En cuanto al suelo, tendremos que usar técnicas naturales, es decir, si hubiera una cobertura de vegetación espontánea, no es conveniente trabajar el suelo, a no ser que se utilice la técnica del abono verde (ver el art. “El abono verde). En las regiones donde la climatología es muy fría, puede mantenerse la hierba, en otoño se siega y se deja cortada en el suelo, pudiendo añadir estiércol o compost, después en la primavera se remueve y se entierra, renovándose el acolchado de los árboles; Por lo tanto no hay que labrar el terreno, ya que con el acolchado las raíces están mas cerca de la superficie, hay que recordar que cuando se acolchan los árboles, la extensión ha de cubrir mas o menos la extensión de su copa, ya que su sistema radicular es mas extenso.


  En consecuencia, el mantenimiento del vergel, se limitará a la preparación de los hoyos de plantado, a la renovación del acolchado, y a la incorporación del abono orgánico en otoño y en primavera, así como las tareas encaminadas a la reproducción de especies, en las que podemos emplear, los injertos, los esquejes, o los acodos horizontales o aéreos (ver el art.”La reproducción vegetal).

  Si se opta por la compra de ejemplares ya injertados, podemos elegir entre plantas de raíz desnuda, con cepellón o en contenedor, la mejor época para plantar nuevos ejemplares, sobre todo si son de hoja caduca, será desde el otoño hasta finalizar el invierno, y si el clima es muy frío o con heladas tardías, la plantación es conveniente retrasarla hasta el principio de la primavera.


  La otra tarea mantenimiento importante es la poda, se pueden distinguir varios tipos de poda en función del objetivo que se vaya a acometer, así tendremos la poda de formación, la de limpieza y la de estimulación; en la poda formación se le da una forma determinada a la copa, en la poda de limpieza se cortan las ramas enfermas o rotas, las errantes o las cruzadas, con el objetivo de airear y sanear la copa, y por último en la poda de estimulación, si se realiza al final del verano, se eliminan los brotes para obtener yemas de flor de calidad y obtener una cosecha mejor en la siguiente temporada. En general, la poda se hará preferentemente en el periodo de inactividad vegetativa, es decir en el invierno, pero también se puede intervenir al principio de la primavera en climas benignos.



Ramón Gijón, delineante proyectista.



Las Coníferas.

Las Coníferas.

  La palabra conífera tiene su origen en el latín, “conos”, cono y “ferre”, llevar, su significado literal es, que lleva conos, ciertamente las coníferas son plantas que poseen semillas reproductivas llamadas conos, siendo un grupo grande y diverso de plantas, ya que en él podemos encontrar, árboles, arbustos y matas rastreras de diversas formas y tamaños, así como una amplísima gama de colores; Generalmente se considera a las coníferas como plantas siempre verdes, la mayoría de las especies de este grupo tienen en efecto, un follaje verde persistente, pero entre ellas existen un pequeño número como el alerce Europeo, que es de hoja caduca.

  Las coníferas son plantas originarias de climas fríos y de alta montaña, viven en latitudes altas y medias, aunque se pueden adaptar a climas templados e incluso a climas cálidos; No necesitan de cuidados especiales, aunque si hay que ser cuidadosos en sus podas, ya que son especies de lenta cicatrización y por lo tanto, son sensibles al contagio de plagas y enfermedades a través de sus heridas y también hay que aportar un suelo que esté bien drenado, puesto que la mayoría de ellas son sensibles a los encharcamientos.


  Botánicamente hablando, las coníferas agrupan a seis familias de Gimnospermas o pínidas y se encuentran con nosotros desde hace mas de 300 años, estas familias son, las Cephalotaxáceas, las Podocarpáceas, las Cupresáceas, las Taxodiáceas, las Araucariáceas y las Pináceas, todas ellas con la característica forma de sus frutos en forma de cono, con grosor y forma variables, o incluso carnosos, parecidos a las bayas o a las drupas a consecuencia de la transformación de las escamas, de las brácteas o del tegumento externo de la semilla en tejidos que no se desecan en la época de la madurez del fruto como el cefalotejo.


 Con toda esta variedad, encontramos coníferas como plantas enanas o como árboles gigantes, siendo en su mayoría de porte leñoso, sus hojas son relativamente pequeñas y reducidas a limbos lineales y aplanadas a agujas o a escamas, pueden vivir muchos años y la variedad de colores y formas que representan transmiten a los jardines que adornan un encanto y prestigio incomparables. 
 

  Es habitual diseñar espacios en el jardín utilizando mayoritariamente coníferas ya que su gran variedad de formas y su follaje persistente en casi la totalidad de sus especies con sus colores característicos desde verdes oscuros, verdes claros, plateados, azulados y amarillo-dorados, ofrecen la posibilidad de crear diseños de gran atractivo que se pueden disfrutar todo el año, pero también combinadas con otros grupos de plantas ayudan a resaltar al resto de plantas, siendo un recurso interesante por el verdor que mantienen en los jardines durante el invierno, cuando los árboles “frondosos” de nuestras regiones son todos caducos.


  Como las otras plantas, las coníferas pueden multiplicarse por semillero, por trasplantes y por injertos, muchas de ellas arraigan en estacas, pero en general necesitan mucho tiempo para enraizarse, especialmente si no se utilizan los métodos modernos de multiplicación como invernaderos, sustancias de desarrollo o niebla artificial.


  Por último y a modo orientativo, cuelgo una relación de variedades para plantar en el jardín, atendiendo a su funcionalidad.

Como pantallas contra el viento:
Chamaecyparis Lawsoniana, Cupressoncyparis leylandi, Picea omorika, Pinus nigra, Thuja plicata.

Para setos:
Chamaecyparis Lawsoniana, Cupressoncyparis leylandii, Taxus baccata, Tsuga heterophylla, Thuja plicata,Thuja occidentales.

Para jardincillos de rocalla:
Abies balsamea “Hudsonia”, Chamaecyparis Lawsoniana “Minima Aurea”, Chamaecyparis obtusa “Nana”, Chamecyparis pisifera “Nana”, Cryptomeria japonica “Vilmoriniana”, Juniperus communis “Compressa”, Picea glauca “Conica”, Picea abies “Gregoriana”,Picea abis “Nidiformis, , Picea mariana “Nana”, Pinus sylvestris “Beuvronensis”, Thuja plicata “Rogersii”.

Como cubresuelo: (semi enanas y medio postradas)
Juniperus x media “Hetzii”, Juniperus x media “Pfitzeriana”, Juniperus x media “Pfitzeriana Aurea”, Juniperus virginiana “Grey Owl”.

Como cubresuelo: (enanas y postradas o extendidas)
Juniperus communis “Remanda”, Juniperus conferta, Juniperus horizontales y sus variedades, Juniperus procumbens “Nana”.

Por sus colores de invierno:
Cedrus atlantica “Glauca”, Chamaecyparis Lawsoniana “Lane”, Chamaecyparis Lawsoniana “Minima Aurea”, Chamaecyparis Lawsoniana “Pygmaea Argentea”, Picea pungens glauca-variedades denominad., Taxus baccata “Standishii”, Thuja occidentalis “Lutea Nana”, Thuja occidentalis “Lutescens”, Thuja occidentalis “Rheingold”, Thuja plicata “Stoneham Gold”.

Para la sombra: (no utilizar las formas doradas de estos géneros)
Chamaecyparis obtusa y sus variedades, Chamaecyparis pisifera y sus variedades, Cryptomeria japonica y sus variedades, Juniperus x media y sus variedades, Taxus baccata y sus variedades.



Ramón Gijón, delineante proyectista.