martes, 2 de octubre de 2018

El bancal, una técnica sostenible.

El bancal escalonado.


  El uso de los bancales para uso agrícola es prácticamente universal, ha estado y está presente en casi todas las culturas, así vemos a los Griegos, los Romanos y los Árabes en el Mediterráneo, los Incas de Perú en América, y los Vietnamitas, Laosianos y Nepalíes con sus conocidas terrazas arroceras, en Asia. El origen de esta técnica agrícola parece provenir de Mesopotamia y también de Mesoamérica y los andes centrales, es decir, zonas con un origen agrícola autónomo, y en ambos casos, con un desarrollo de la agricultura en terrazas muy rico y complejo, a partir de aquí, la India y China habrían recibido influencias de las antiguas civilizaciones Mesopotámicas, creando variaciones en sus terrazas que a su vez, fueron asimiladas por otros países.

  Como he comentado, son muy comunes en la Europa Mediterránea, extendiendo su uso hasta Alemania generalmente para el cultivo de la vid, en el norte de Portugal, en su valle del Duero, presenta muchas zonas con terrazas, siendo menos utilizadas en el sur, también las podemos ver en Cerdeña, en las inmediaciones de Bosa, una región densamente poblada en la que se cultiva el olivo, son también muy comunes en el Pirineo oriental, en la Provenza, así como en Liguria, Croacia, Creta o en las islas del Egeo.


  En España parece ser que el aterrazamiento de las laderas se remonta a la Edad del Bronce, en el segundo milenio a.C., en los collados y puertos de la Contestania Ibérica, las causas que motivaron el levantamiento de bancales están vinculadas a la sedentarización o, al menos a un nomadismo sistemático, y por lo tanto, a las acciones que con ellas se relacionan, como la construcción o el urbanismo de los primeros poblados, (yacimientos de poblados en terrazas); Al incremento de la productividad del territorio y a la conservación del suelo de las laderas. Mas tarde, en los siglos XVIII y XIX fueron especialmente activos en la construcción de terrazas agrícolas, las crisis de la industria textil y de la ganadería trashumante obligaron a la roturación de tierras para compensar las rentas perdidas por la ganadería y la industria, a lo largo del siglo XX se construyen ya pocos bancales, derivando en un proceso de abandono progresivo, tanto de la producción como de las tareas de conservación, sobre todo desde los años sesenta, en que la mayor parte de los bancales han dejado de cultivarse a la vez que cesaron las tareas de conservación del suelo, desde entonces muchos de los bancales sufren un proceso de deterioro muy acusado, con pérdida de suelo e invasión de matorrales de sucesión que homogeneizan el paisaje, y disminuyen su calidad estética y constituyen una fuerte amenaza para originar y propagar incendios.

 
 En España, se pueden ver bancales en la isla de Mallorca, casi toda la Sierra de Tramuntana está llena, a causa de sus desniveles, la mayoría de ellos, ya se construyeron en la época de la dominación Musulmana de la isla, por lo que el origen proviene de los Árabes, siendo abancalamientos asociados a los riegos, esto se puede ver en Banyalbufar, (Mallorca). También los vemos en las Islas Canarias, allí el relieve también es muy abrupto y los agricultores de estas islas han construido un amplio y sofisticado sistema de bancales para poner en cultivo territorios que de otro modo no hubiera sido posible trabajar, aquí los bancales están delimitados por paredes de roca que normalmente son piedras volcánicas del entorno colocadas sin argamasa, las piedras de mayor peso son colocadas en su base y las más ligeras en lo alto, además pueden adosarse a la pared del bancal construcciones secundarias, como son escalinatas casetas y acequias, en Canarias los bancales reciben el nombre de "cadenas" y se extienden desde las más altas cotas de las islas, en donde se emplean para al cultivo cerealístico en secano, hasta las zonas costeras en donde se utilizan para el cultivo en regadío de productos tropicales. También en el levante Español, los bancales constituyen el elemento principal del paisaje en las laderas cultivadas de clima Mediterráneo, estando muy presentes en el Pirineo centro oriental, en el Maestrazgo Aragonés y en el Castellonense, en las áreas montañosas de Alicante y Valencia, aquí se utiliza mucho esta técnica, sobre todo para el cultivo de arbóreas o herbáceas, estos bancales se sujetan con sillería de piedra seca, constituyendo una de las mejores defensas contra el arrastre de tierras en las grandes avenidas otoñales y el mejor modo de dosificar las aguas pluviales, en la actualidad, una gran superficie de esta gran obra se encuentra en fase de abandono por la sustitución de la economía primaria agraria por el sector servicios turístico. En menor medida, los vemos en en algunos sectores de las cordilleras Béticas en el sureste Español, en la región de la Alpujarra, en Sierra Nevada, donde la construcción de terrazas, es un arte, o en Camero Viejo.


  En el resto de España, se optó por otro tipo de explotación agrícola, también universal, es la pequeña parcelación de la tierra trabajada directamente, sobre todo en valles y vegas de cualquier región, aprovechando la abundancia de agua y la calidad óptima de los terrenos lo que permite el cultivo de todo tipo de legumbres y frutales, efectivamente, en no pocos casos las laderas fueron cultivadas a partir de campos adaptados a la forma y desnivel de la vertiente (campos en pendiente), a veces con una ligera suavización del perfil de la ladera en la parte inferior, en general, estos campos pendientes coinciden con áreas de clima atlántico, como Galicia, la Cornisa Cantábrica, el tercio occidental de los Pirineos y la Sierra de la Demanda, en el Sistema Ibérico, los campos en pendiente dominan también en áreas con menos precipitaciones, como el Sistema Ibérico Aragonés o buena parte de las Béticas, relacionándose quizás con repoblaciones de gentes venidas del norte y noroeste de España.

  La construcción de bancales implica la conversión de una pendiente fuerte en una serie de escalones, con una superficie superior horizontal o casi horizontal, y taludes verticales o casi verticales, para sostener las partes horizontales se necesita algún tipo de pared, construida generalmente de piedra, y más raramente de ladrillo o de madera, para la construcción de las laderas abancaladas se quiere una inmensa cantidad de trabajo, y aunque como se ha visto, estas obras se encuentran en muchos lugares del mundo, en la mayoría de los casos, son mas un legado del pasado que el resultado de los planes de desarrollo actuales, lo que no deja de ser un error garrafal y demuestra la miopía de las administraciones, ya que el mantenimiento de esta técnica, reporta una serie de beneficios como, el aumento de la superficie cultivable, la mejora de la retención hídrica, previene el arrastre de nutrientes, (siendo la mejor técnica para la prevención de la erosión, así como en restauración del paisaje, sobre todo en minas de cielo abierto), concentra materia orgánica, humus y microorganismos, y como consecuencia lógica aumenta la fertilidad, estabiliza la acidez del suelo, y mejora la inmunidad y el control biológico.


  Los tipos de bancales que mas se usan hoy en día en la agricultura ecológica son, el abancalado circular, el abancalado de escalonamiento y el bancal profundo, ya tratado en otro artículo, (ver el bancal profundo).


El abancalado circular, consiste en muros semicirculares de mampostería los cuales retiene el suelo sobre el que crecen los árboles hacia abajo (olivos, almendros, cerezos, etc.), dispuestos en agujeros y en orden generalmente irregular, es propio de relieves poco enérgicos como colinas suaves.
El abancalado de escalonamiento, que moviliza la piedra disponible y está formado por rellanos irregulares sostenidos por muretes discontinuos, de altura variable, cuyo lienzo se adapta al relieve y a simple vista se asemeja a una escalera de peldaños irregulares en altura, es típico de la agricultura de montaña.
El abancalado profundo, o de cultivo extensivo, se basa en bancales rectangulares trabajados en profundidad y que nunca se pisan.



Ramón Gijón, delineante proyectista.

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