jueves, 20 de diciembre de 2018

Cubiertas verdes, II.

Las cubiertas ajardinadas.

  Las cubiertas ajardinadas o vegetales son aquellas que contienen elementos vegetales vivos como parte integral del sistema de la cubierta, esto es lo que las diferencia de las terrazas ajardinadas o los huertos urbanos, ya que las plantas colocadas en recipientes no forman parte integral de la cubierta y por lo tanto no son cubiertas ajardinadas, el diseño de las cubiertas ajardinadas ayuda a la protección del medio ambiente disminuyendo el impacto negativo que tiene éste en el desarrollo humano en grandes poblaciones, ciertamente, su instalación contribuye a crear edificios y espacios urbanos que mejoran el medio ambiente, ya que purifican el aire, limpian el agua y ahorran energía, entre otras ventajas, se puede decir que la vegetación en el techo del edificio reemplaza a la que fue destruida para construirlo. Como todos los techos, la función más importante de un techo verde es la protección contra el agua y el soleamiento y debido al aporte al medio ambiente que les rodea, y al ahorro energético que le brindan al edificio, los techos verdes son un elemento importante a la hora de diseñar y construir una arquitectura sostenible.


  A diferencia de lo que ocurre en la naturaleza, donde las plantas arraigan profundamente en la tierra y de ella reciben el agua y los nutrientes que necesitan, las plantas de las cubiertas carecen de un sustrato profundo y de esta alimentación natural.
Muchas firmas comerciales han desarrollado sistemas que suplen la carencia de tierra natural y permiten crear un espacio vital sostenible para muchas y variadas formas de vegetación. Todas las cubiertas, ajardinadas o no, necesitan mantenimiento, el mantenimiento de las cubiertas verdes va intrínsecamente ligado al tipo de vegetación utilizado y a la correcta evacuación de las aguas sobrantes. El tipo de vegetación condicionará el tipo de trabajo que deberemos desarrollar y la frecuencia con que deberá realizarse, ya que no es lo mismo una plantación extensiva con sedums y vivaces, que una extensiva con herbáceas, o herbáceas y sedums, o herbáceas, sedums y aromáticas, una plantación semi-extensiva, o una plantación intensiva.


 Por lo general, todas las instalaciones se estructuran en:

1. Las láminas antirraíz
protegen la impermeabilización de perforaciones por las raíces.
2. Las mantas protectoras
protegen las láminas antirraíz de daños producidos por golpes y retienen agua y nutrientes para las plantas.
3. Las capas drenantes
almacenan agua de la lluvia y del riego en las cavidades superiores de las placas y conducen el agua sobrante de manera rápida y segura a los sumideros de la cubierta a través de sus canaletas inferiores. Al tiempo que aseguran una adecuada oxigenación de la tierra vegetal y de las plantas.
4. Las capas filtrantes
evitan que los granos finos de la capa adhesiva superior se corroan y aseguran al mismo tiempo una capa portante estable y un funcionamiento seguro del drenaje.
5. La capa vegetal.
6. La capa del sustrato.
7. Soporte estructural.


  Normalmente es muy común la combinación de las cubiertas ajardinadas junto a instalaciones de agua caliente sanitaria mediante paneles solares, las grandes instalaciones de energía solar las encontramos mayormente en zonas áridas de escasa utilidad para la agricultura, pero en las ciudades, contamos con miles de metros cuadrados de terrazas de escaso uso que se prestarían perfectamente para instalaciones de paneles solares. Y otra ventaja que ofrecen los sistemas combinados de cubierta verde y energía solar es, que la temperatura ambiental de los materiales en los colectores solares influye sobre el rendimiento de las células solares, ya que a medida que aumenta la temperatura del material, disminuye el rendimiento, en las cubiertas verdes está comprobado que se suaviza la temperatura ambiental y con ello baja la temperatura superficial de los paneles y por lo tanto aumentan su rendimiento.


  En cuanto al riego, de entrada, en un clima seco y cálido, como el Mediterráneo, todos los tipos de cubiertas verdes necesitan riego, incluso las extensivas con Sedums, no tenemos que olvidar, sin embargo, que el objetivo de las cubiertas extensivas es que se naturalicen y dependan lo menos posible de la intervención humana, por lo que deberemos utilizar el riego para asegurar una correcta implantación de la vegetación, reduciéndolo paulatinamente hasta el punto de que solo tengamos que aportar agua en casos de sequía extrema. Por lo tanto, la sostenibilidad de la cubierta verde a largo plazo dependerá en gran medida de la correcta gestión del riego, ya que un exceso en el aporte de agua no permite a la vegetación adquirir la rusticidad necesaria para sobrevivir por sí sola y favorece la aparición de especies oportunistas, aumentando así las necesidades de mantenimiento.

  Partiendo de esta base, deberemos elegir el sistema de riego automático según el tipo de cubierta y sus condicionantes particulares, y dado que las cubiertas, en general, se ven afectadas por el viento, el tipo de riego más comúnmente utilizado es el riego localizado (riego por goteo), éste nos permite aportar agua de forma controlada sin desplazamientos ni pérdidas, y tiene además la ventaja de reducir el consumo de agua.

  De todo lo expuesto en este artículo, se deduce claramente que su implantación paulatina en las grandes ciudades, se traduce en una serie de ventajas a nivel ambiental, a nivel social y a nivel económico, prueba de ello es la legislación al respecto en países como Francia, Holanda, o Alemania entre otros en Europa o Canadá en Norteamérica, a modo de ejemplo, podemos enumerar algunas de ellas como:


 Las cubiertas verdes, ya sean huertos urbanos o cubiertas ajardinadas, además de influir en la mejora del clima de la ciudad, también optimizan el aislamiento térmico y el aislamiento acústico, ya que conservan mas el calor en el edificio, además estos edificios son considerados a largo plazo, más económicos que los que disponen de cubiertas convencionales.
  Las cubiertas ajardinadas, nos llevan en esencia, a una construcción ecológica y económica, ya que este tipo de cubiertas son capaces de retener hasta el 90% de la precipitación, una gran parte de esta agua es devuelta a la atmósfera, el resto fluye de forma retardada a los sistemas de desagüe.
  Mejoran del clima urbano, ya que reducen el calentamiento atmosférico y humedecen el ambiente urbano creando así un clima más agradable.
  Reducen la contaminación, ya que actúan como un filtro que retiene elementos tóxicos, por lo que contribuyen a reducir la contaminación atmosférica. Del mismo modo, el sustrato filtra el agua de la lluvia reduciendo en ella las sustancias nocivas.
  Mejoran la protección contra el ruido, reduciendo la reflexión sonora hasta 3 dB y son capaces de mejorar la insonorización hasta 8 dB. así, son ideales para edificios rodeados de focos ruidosos.
  Nos ofrecen un espacio vital adicional, ya que compensan gran parte de las zonas verdes perdidas a causa de la urbanización, siendo los ajardinamientos extensivos son los que ofrecen mayores posibilidades de compensación.
  Favorecen el reciclaje, ya que los elementos de drenaje de las cubiertas ajardinadas están fabricados con materiales reciclados, como el caucho y el polietileno, contribuyendo así a preservar materias primas.
  Tampoco hay que olvidar que las hierbas silvestres en el techo verde generan aromas agradables y dan alojamiento a insectos y escarabajos, además de ser estéticos, por lo que influyen positivamente en el buen estado de ánimo y en la distensión de las personas.

  Por lo tanto, las cubiertas ajardinadas o los huertos urbanos, como ya vimos en el mes anterior, hacen que el entorno urbano sea mas humano y eco-sostenible, haciendo que encontremos un equilibrio entre el agresivo medio urbano y nuestra salud y bienestar, por lo que también podríamos encuadrarlos en la filosofía de los jardines terapéuticos, tema que trataré mas adelante en otro artículo.


Ramón Gijón, delineante proyectista.

martes, 11 de diciembre de 2018

Plantas en Navidad.

Plantas Navideñas.

 Cuando llega la época Navideña, repetimos una serie de rituales como comprar frenéticamente como si se fuera a acabar el mundo, otros recuerdan que tienen familia o que hay muchas injusticias en el mundo, a otros les dá por engalanar sus hogares, es decir, ponen el árbol de navidad, el belén o adornan ventanas y chimeneas, pero además de todo esto, en Navidad es una época en la que florecen gran cantidad de plantas que pueden quedar muy bien en nuestro hogar o nuestro jardín. Como muestra, voy a exponer algunas plantas típicas de Navidad, teniendo en cuenta que muchas no son originarias de aquí, pero todas tienen en común que su gran belleza suele tener su punto álgido en el invierno, dando una nota de color y de optimismo.

  Flor de Pascua, o Poinsetia, su nombre científico es Euphorbia pulcherrima, y aunque está muy extendida en España es originaria de México, llegó a Europa en 1834, pero su cultivo no se extendió hasta principios del XIX, la Poinsetia es una planta de interior, aunque durante en verano puede vivir en el exterior, necesita estar situada a la luz pero no al sol directo y se multiplica por esqueje en verano. Es la planta de Navidad por excelencia ya que vive su momento de esplendor de diciembre a enero y sustituyó al Eléboro negro como planta de Navidad, su gran aceptación radica en la belleza de sus hojas de color rojo, aunque también la podemos encontrar en otras tonalidades como blancas o amarillas.

  Acebo, su nombre científico es Ilex aquifolium, es originaria de la zona sur y oeste de Europa, desde donde se extendió hacia el norte de Alemania y Australia, es una especie de sombra o semisombra, ideal para plantar bajo los árboles o en lugares soleados en las regiones mas frías. Se puede propagar por semilla, estacas, injertos de púa o de yema, acodado y por división. El acebo es otra de las plantas típicas de Navidad utilizada en todo el mundo. Su gran aceptación radica en la belleza de sus características hojas espinosas de tonos vivos, además de sus bayas de color rojo intenso, pero mucho cuidado, es una planta tóxica, (ver art. "Plantas tóxicas de interior") nociva para las personas y los animales domésticos.

 Muérdago, su nombre científico es Viscum album, su orígen es Europa, siendo una especie espontánea de la Península Ibérica, se trata de una especie parasitaria que crece preferentemente en las ramas de encinas, olivos, pinos, manzanos y robles, con mucha frecuencia semiabandonados o en mal estado. Su multiplicación es por semillas, que se depositan en la corteza de la planta huésped. La gran aceptación de esta planta en Navidad, viene desde hace miles de años atrás, ya que siempre se ha creído que tiene poderes mágicos. Los druidas lo utilizaban para sus conjuros, al igual que el pueblo Celta.
 
 Eleboro o Rosa de Navidad, su nombre científico es Helleborus niger, es originaria de los Alpes y los Apeninos y es otra planta típica de Navidad, en el jardín, es ideal para macizos y borduras y florece en invierno, se multiplica por semilla o división de mata. Según una vieja leyenda, cuando los tres Reyes Magos fueron al portal a ofrecer sus regalos a Cristo, una doncella estaba afligida y sollozando por no poder ofrecer nada, entonces un ángel se apiadó de ella y le ofreció una rosa blanca para que se la diera al niño.

 Campanilla de invieno, su nombre científico es Galanthus nivalis, es una planta bulbosa de los bosques de ribera y de los claros de los hayedos entre los 700 y 1400 mts. Por lo que le gusta el frío, al final del invierno y principio de la primavera, es un regalo para los sentidos contemplar sus flores blancas. Es por lo tanto, una planta de exterior, pero en Navidad se puede ubicar en el interior de nuestro hogar, si contamos con ejemplares en contenedor y controlando la humedad.

 Rosa de alabastro o Echeveria, su nombre científico es Echeveria elegans, es una planta suculenta originaria de México, su característica forma de roseta, sus florecillas y la multitud de variedades y tonalidades, hace que sea una opción ideal para decorar nuestro hogar durante las fiestas Navideñas como centro de mesa, es buena para cubrir pequeñas superficies entre rocas o piedras de colores y para macetas, es de fácil multiplicación y no le gusta el frío.



Ramón Gijón, delineante proyectista.

martes, 4 de diciembre de 2018

Grupos de plantas, V.

Las plantas bulbosas.

 Es conveniente aclarar que se les denomina plantas bulbosas a todas las plantas que se cultivan a partir de cualquiera de estos órganos, ya que pueden ser bulbos, cormos, raíces tuberosas o rizomas, aunque el nombre de plantas bulbosas, se refiere más estrictamente a las que poseen bulbos, en jardinería todas están englobadas ya que tienen el mismo comportamiento y las mismas características, todas las plantas bulbosas son vivaces que en algunos casos pueden llegar a vivir muchos años, existe una gran variedad de especies bulbosas y son muy empleadas en jardinería debido a su facilidad de cultivo, a sus pocos cuidados y a su gran atractivo.

 De esta forma, tenemos a plantas con bulbo, como el Tulipán, Jacinto, Narciso, Muscari, Azucena, Fritillaria, Iris, Azucena, Nardo, Tigridia, Hemerocalis, Hippeastrum, Nerine, o la Clivia.
A plantas con cormos, como el Crocus, Fresia, Gladiolo, Ixia, entre otros.
A plantas con raíces tuberosas, como la Anémona, Dalia, Begonia, Cyclamen, Agapanto, o el Ranúnculo.
A plantas con rizomas, como la Caña de las Indias, Cala, Lirio (algunos Iris), Convallaria o el majalis.
Por lo tanto, disponemos de una gran variedad de ejemplares donde elegir.

 Una de las características que definen a este tipo de plantas es que en invierno lo pasan sin hojas, y cuando llega la primavera rebrotan de nuevo, gracias ha estos órganos que están bajo tierra y que sirven para acumular las reservas nutritivas que fabricarán las hojas, siendo a partir de estos bulbos, cormos, raíces tuberosas y rizomas, y tras el período de reposo vegetativo en que la planta permanece oculta bajo tierra donde brotará y se originará una nueva planta cada año.

 Otra de la características de estas plantas es su atractivo floral, ya que la mayoría de bulbosas dan flores muy atractivas para el jardín y es posible contar con flores durante todo el año gracias a que existen bulbosas de otoño y de primavera que brotan y florecen en distintos meses pudiendo mantener florido el jardín durante casi todo el año, siendo muy fáciles de cultivar en macetas, de esta manera, tenemos en primavera al Tulipán, Jacinto, Narciso, Lirio, Anémona, Fritilaria, Ranúnculo, entre otros, en verano a la Begonia, Caña de las Indias, Dalia, Fresia, Gladiolo, Azucena, Crocosmia entre otras, en otoño a las Amarilis, Nerine, o el Azafrán otoñal, y en invierno a los Ciclamen, Escila, Dicentra, Campanilla de invierno, Muscari o Nazareno entre otras.

  La movilidad y la renovación del jardín, es otro de sus atractivos, ya que las plantas bulbosas se pueden trasladar de sitio con mucha facilidad desenterrando el bulbo cuando la planta se encuentra en reposo vegetativo y situándolo en otra zona del jardín en la necesitemos reforzar la presencia de flores y follaje, de hecho, en zonas de mucho frío, para evitar la muerte de la planta, es habitual retirar el bulbo de la tierra al final de su floración y guardarlo en un lugar protegido durante su período de reposo vegetativo.

 Cabe reseñar que hay varias especies que segun algunos autores no se las consideran plantas bulbosas porque en invierno conservan sus hojas, como en el caso del Agapanto, los Lirios, la Hemerocalis y el Liriope, y por tanto no cumple esa característica tan típica de las bulbosas, pero por lo demás su comportamiento es el mismo.

  Pero resumiendo, la mayoría son muy fáciles de cultivar, son ideales para reforzar una zona o crear macizos, siendo su principal atractivo las vistosas y bellas flores que poseen, podemos disponer de prácticamente todos los colores y para todas las épocas del año, tienen como inconvenientes que en la mayoría de las especies, estas flores duran poco tiempo y que donde tenemos los bulbos tenemos que acotarlos para no plantar otra especie encima, con lo que nos quedarán algunos claros.





Ramón Gijón, delineante proyectista.

lunes, 19 de noviembre de 2018

Jardines escondidos II.

Jardin de la casa museo Benlliure.


  El museo Benlliure de Valencia, se encuentra situado en la calle de Blanquerías, en el barrio del Carmen, en el centro histórico de la ciudad, desde la calle se accede al edificio, que data de 1883, se trata de un edificio de carácter ecléctico, compuesto por planta baja con vivienda, entresuelo, piso principal con balcón-mirador (hoy desaparecido), piso alto para arrendar y ático destinado al servicio domestico y el tejado está adornado con cráteras de piedra, se trata de un edificio con una típica tipología de casa burguesa de clase acomodada de finales del siglo XIX y refleja una estratificación social en cada uno de sus niveles propia de la época. Desde la planta baja se accede a un pequeño jardín Mediterráneo de 760 mts2, que fué diseñado por el propio artista, en el que podemos encontrar un gran número de paneles cerámicos que van desde el siglo XVI al XX, objetos en piedra recuperados de iglesias y conventos ya desaparecidos, ya que el artista los atesoraba con gran cariño, y al fondo de éste se alza un sencillo pabellón de pintura que data de 1902, junto al pequeño edificio que hace de estudio del pintor se encuentra una cocina huertana propia del época.

  Un poco de historia, el edificio, el jardín y el estudio posterior, se alzan sobre terrenos del antiguo “huerto grande” del convento del Carmen, y a raíz de la desamortización de Mendizabal de 1835, el huerto fué adquirido por Aniceto Victor Miranda en 1845. Mas tarde, en 1880 su propietario era Juan Bautista Garelli, quién le encargó al maestro de obras Vicente Miquel Viñuelas la construcción de un edificio, obras que finalizó en 1883. Posteriormente en 1896, el edificio lo compró José Benlliure Gil, (pintor nacido en el barrio de El Cabanyal y hermano del también conocido escultor Mariano Benlliure), al propietario de ese momento Miguel Pardo Gómez, pasando desde entonces a ser su domicilio familiar aunque él personalmente pasaría largas temporadas en Roma. Por último el pabellón de pintura del fondo del jardín, fue construido en 1902 por Vicente Alcayne Armengol, cabe destacar la puerta de entrada, enmarcada con una portada gótica, y elementos originales interesantes, ya que las arquivoltas de la arcada proceden del desaparecido convento de San Francisco. El inmueble y sus colecciones fueron donados al Ayto. de Valencia por la hija del artista, María Benlliure Ortiz, en 1957.


  La arquitectura, en la actualidad en su calidad de Casa Museo, la original distribución interior de la casa ya no se aprecia, ya que el edificio se ha acondicionado como espacio expositivo, por lo tanto, en su planta baja recrea diversas estancias domésticas, con interesantes obras de artistas del momento, como Sorolla, Muñoz Degraín, Rusiñol, Luna Novicio, Nagy, etc., el entresuelo muestra una selección de obras de José Benlliure, en la planta primera se exhiben trabajos de su hijo, José Benlliure Ortiz “Peppino”, y del escultor Mariano Benlliure y en la segunda planta se ubica la sala de exposiciones temporales, así como bocetos y elementos relacionados con Mariano Benlliure.
Al fondo del jardín se alza el estudio de don José y una recreación del estudio de Peppino Benlliure, el exterior del estudio está realizado con diversos elementos que recoge una cierta reminiscencia gótica con una mezcolanza de elementos recopilados. 
 

  En el jardín, también encontramos, un gran número de paneles cerámicos que van desde el siglo XVI al XX, objetos de piedra recuperados de los derribos de iglesias y conventos ya desaparecidos, así como el busto en bronce de Juan Antonio Benlliure Tomás realizado por su hijo Mariano Benlliure en 1904 que preside el jardín, está situado en la parte posterior de una bancada realizada en cerámica adosada a un murete central, flanqueado por los dos accesos al jardín y otros dos muretes bajos laterales que enmarcan la terraza anexa a la casa, junto al pequeño pabellón de pintura se encuentra otro monumento dedicado a su hijo “Peppino” y al fondo en el lateral izquierdo una cocina huertana.


  El jardín, situado en la parte posterior de la casa se extiende un bonito jardín de traza Mediterránea y con cierto aspecto decadente y romántico, este jardín fue diseñado por el propio José Benlliure, lo que hace que sea mas interesante, al salir del edificio nos encontramos con una terraza con un suelo de canto rodado y argamasa, enmarcada por un murete con pilastras en la parte central que acoge una bancada realizada en cerámica adosada al murete, en los dos laterales tenemos otros dos muretes bajos con rejas de forja que alojan sendas jardineras, formando el conjunto un semicírculo con dos huecos que dan acceso al jardín.

  
  El diseño es un jardín familiar típicamente Valenciano, su parte central es llana, está articulada en torno a tres sendas longitudinales enladrilladas con inserciones de azulejería de Manises, que en la parte central se cruzan con otra senda transversal, las dos laterales cuentan con pérgolas y una bordura de aspidistras, y la central termina en una fuentecilla, de esta forma se forman unos irregulares parterres geométricos. Estos parterres y el semicircular de la parte posterior del murete central, que flanqueamos al acceder al jardín, están perfilados por un seto de aligustre de hoja ovalada, y en su interior vemos laurel alejandrino y cintas.


  Los parterres centrales, también están perfilados por los aligustres de hoja ovalada, el perfil bajo del interior está formado por cintas y agapantos, en los de la derecha, el perfil alto está formado por ejemplares de limonero, laurel, y palmera ornamental, y en los de la izquierda el perfil bajo es el mismo pero en el perfil alto cuentan con pino carrasco, limonero, Cica, laurel, tilo.


  Detrás de la fuentecilla tenemos una zona de sombra con dos bancos, aquí hay ejemplares de ciprés y laurel en el perfil alto y en el bajo tenemos aligustre de hoja ovalada, laurel alejandrino, calas, clivias y esparrageras rastreras.

  Para finalizar, reseñar que las líneas de diseño son las típicas de un jardín Valenciano, estas características están descritas y las podemos ver en el libro “Jardines Valencianos, de Carrascosa Criado, editado en 1932”, es una ocasión única para poder contemplar un jardín familiar que se puede visitar, pero sin duda el entorno monumental y museístico y el pequeño jardín escondido, nos trasladan a una época pasada romántica y entrañable.



Ramón Gijón, delineante proyectista.
Fuente: valenciabonita.es y www.jdiezarnal.com

domingo, 11 de noviembre de 2018

El esqueje de hoja.

La reproducción de ejemplares, el esqueje foliar o de hoja.

  La reproducción por esquejes de hoja es posible en plantas tropicales y subtropicales con hojas carnosas, es una técnica de reproducción sencilla aunque no es muy usual y necesita una temperatura mínima de 24ºC, una humedad relativa entorno al 50% y luz tamizada, existen dos tipos de esquejes de hoja; el esqueje de pecíolo y el esqueje de nervio.

  En el esqueje de pecíolo foliar, utilizamos la hoja con su pecíolo o tallito, para llevar a buen término esta técnica, primero cortaremos una hoja jóven y sana pero totalmente crecida incluyendo su pecíolo o tallito.
Seguidamente recortaremos un poco la parte superior de la hoja y cortaremos al bies el pecíolo a 1cm de la base de la hoja, previamente se habrá preparado una maceta de unos 10 cm de altura con un sustrato compuesto a partes iguales por perlita y vermiculita para enraizar, realizaremos un hoyo utilizando un clavo de albañilería o algo similar e insertaremos el pecíolo en el sustrato compactándolo bien. Para lograr el enraizamiento de los esquejes, y esta es la parte mas delicada del proceso, debemos aportar calor (23ºC o más) y humedad, para conseguir esto, es conveniente trasladar el esqueje al interior, protegido de la luz intensa y el sol, y para mantener la humedad es conveniente cubrir la maceta con una botella de plástico transparente que levantaremos varias veces al día para permitir la aireación, con suerte y paciencia los esquejes de pecíolo foliar comenzarán a crecer y a desarrollar raíces tras cuatro meses mas o menos.
Después de este tiempo, se podrán trasplantar las nuevas plantitas a una maceta con sustrato fértil una vez sean lo suficientemente grandes como para no dañarlas al manipularlas.

  En el esqueje de nervio foliar, utilizamos los nervios de la hoja, para llevar a buen término esta técnica, primero cortaremos una hoja jóven y sana pero totalmente crecida.
Seguidamente recortaremos el pecíolo o tallito por la base de la hoja, se le dá la vuelta a la hoja y se coloca sobre una tabla de cortar, en el revés de la hoja y con mucho cuidado, realizaremos varios cortes sobre los nervios más grandes, con unos 2 cm de separación entre corte y corte, después espolvorearemos una fina capa de hormona de enraizar sobre los cortes utilizando un pincel pequeño.
Previamente se habrá preparado una maceta de unos 10cm de altura con un sustrato compuesto a partes iguales por perlita y vermiculita para enraizar, se coloca la hoja boca arriba sobre el sustrato y la fijaremos bien para que los nervios cortados se mantengan en contacto con el sustrato.
Para lograr el enraizamiento de los esquejes, y de nuevo, esta es la parte mas delicada del proceso, necesitaremos temperaturas superiores a 23ºC para enraizar, así como una humedad relativa elevada, por lo tanto, tendremos que recurrir de nuevo a la botella de plástico, si todo vá bien, las nuevas plantitas brotarán sobre las secciones de hoja parental desarrollando raíces y hojas.


 Finalmente, trasplanteremos las nuevas plantitas a macetas individuales con tierra rica en humus en cuando tengan varias hojas y sean lo suficientemente grandes como para no dañarlas al manipularlas.



Ramón Gijón, delineante proyectista.
Fuente: jardinerosenaccion.es