jueves, 23 de diciembre de 2021

El mundo vegetal, curiosidades.

Curiosidades de las plantas.

 

  Hablamos de seres vivos que han existido desde hace más de 500 millones de años, ya que tienen una asombrosa capacidad para la adaptación y la supervivencia en climas y altitudes hostiles, así como de asociarse y defenderse, son seres vivos de los que dependemos para vivir, para respirar y hasta para hacernos la vida más feliz. Pero en realidad constituyen un reino, que en general está muy poco estudiado, no deja de ser paradójico que ha pesar de los siglos de convivencia con ellas, siguen guardando muchos secretos, ya que que se desconocen muchas especies y sus propiedades y como veremos colmado de curiosidades.

  Las plantas son capaces de reconocer a sus congéneres (de la misma especie) y les darán un trato preferente (altruismo), cuando están entre sus “hermanas” son menos competitivas con los recursos como puede ser el espacio para la raíz, que cuando están rodeadas de plantas extrañas.

  La cafeína se desarrolló en la Naturaleza como un insecticida natural ya que es capaz de paralizar y matar a los insectos que intentan alimentarse de las plantas que contienen dicha sustancia química.



  El olor a hierba recién cortada es en realidad una llamada de socorro que las plantas emiten. La idea es que el compuesto químico cuyo olor nos resulta tan agradable, “llame” a depredadores vecinos para que vengan a defenderla de quien la está atacando.

  Es lo mismo que sucede cuando algunas plantas están siendo devorados por las orugas; su método de defensa es enviar determinadas señales químicas que son captadas por las avispas que acuden en su auxilio y atacan las orugas.

  Las plantas “sienten” aunque de manera diferente a los demás seres vivos. Adoran cierto tipo de música, está comprobado que les gusta la música clásica, parece ser que grabaciones de grillos antes de un periodo lluvioso, también las estimula, se comunican entre ellas mediante señales químicas, velan por la supervivencia de su especie y según varios estudios científicos hay especies que son capaces de “suicidarse” si las condiciones les son adversas.



  Hay plantas que tienen un comportamiento realmente sorprendente, a modo de ejemplo tenemos a la denominada rosa de Jericó, o la que "vive sin agua". Su denominación científica es Selaginella lepidophylla, es originaria del desierto de Chihuahua, y puede resucitar luego de un período de desecación que puede durar varios años. Ante la falta total de líquido, entra en un estado de vida latente en el que puede sobrevivir aún perdiendo el 95 % del agua. Al volver a disponer de un mínimo de humedad, en pocas horas la planta puede resucitar asombrosamente recobrando su metabolismo y sus hojas que parecían muertas vuelven a ponerse verde y abrir.


 

  Otro ejemplo sorprendente es la mimosa púdica, que tiene un mecanismo de defensa curioso, ya que al sentirse amenazada por el mínimo roce, reacciona plegando sus hojas hasta cerrarse como si estuviera muerta. Por ello es conocida como la planta tímida o vergonzosa.



 Otro ejemplo es el bambú y su floración, esto tiene desconcertada a la comunidad científica, ya que los bambús florecen pocas veces durante su vida y se desconoce por completo cuando lo harán. Lo que sí se sabe es que la floración debilita enormemente a los bambús y en muchos casos, llega a provocarles la muerte. Además, es frecuente que cuando una especie florece, lo haga al mismo tiempo en muchas zonas del mundo, lo que ha provocado que algunas especies de bambú hayan estado a punto de la extinción en el planeta tras un episodio de floración.



Fuente: ecoticias.com

Ramón Gijón, educador ambiental.

jueves, 16 de diciembre de 2021

Parque urbano, sectores 13,14 y 15.

Parque del Túria, sectores 13,14 y 15.



 Los sectores 13, 14 y 15 forman una extensa franja que se extiende hasta el cruce del ferrocarril interurbano. Las intervenciones responden a un mismo proyecto, estos sectores arropan una escenografía icónica de la ciudad de Valencia, ya se encuentra la ciudad de las artes y las ciencias, por consiguiente la característica de estos sectores son la arquitectura y la prolongación de la Alameda. Esto es porque no existe pretil y la extensión del histórico Paseo de la Alameda se funde con el Jardín del Turia por el margen norte. De forma que el sector 13 no está en el cauce, sino que es el tramo de la Alameda entre el puente del Ángel Custodio y la Plaza de Europa.

 


 La conexión de los sectores 14 y 15 con su predecesor el sector 12, se produce de una manera muy fluida continuando sus recorridos pero se va perdiendo la geometría y el clasicismo y da paso a un jardín mas al estilo paisajista inglés, con un trazado que respeta el agua en movimiento mediante un cauce de agua central. Se recrean los históricos meandros con pequeñas islas de lentisco, accesibles únicamente para aves propias de las zonas húmedas. Aquí predomina la vegetación mediterránea con gran variedad de aromáticas, combinadas con bosques subtropicales de ficus y eucaliptos en sus extremos, cuya misión es atenuar la presencia de los puentes así como los efectos del tráfico que soportan.


 De esta manera, junto al Palau de les Arts se traza una rosaleda en forma de macla esférica en cuyo centro se dispone la llamada rosa “Valencia”. Junto al Museo de las Ciencias Príncipe Felipe, haciendo referencia a la tecnología histórica valenciana relacionada con los temas de cultivo, regadío y sus trabajos artesanales, se traza un recorrido sinuoso de esculturas rodeadas de frutales como, naranjos, limoneros, ciruelos, almendros, olivos, algarrobos, melocotoneros, azufaifos o datileras entre otros. En los bordes del cauce hay profusión de arbustos y tapizantes como enebros, Lantanas o Cotoneaster, que combinan con elementos de porte arbóreo llorón, como la falsa pimienta y ciprés, que aportan profundidad visual al jardín.

 


 En el margen sur del cauce se localiza el sector 15, como he comentado, se trata de una extensa área dedicada a la cultura, que se inicia en el Palau de les Arts o Palacio de la Ópera, continúa con l’Hemisfèric, el Museo de la Ciencias, el Ágora y finaliza con el Parque Oceanográfico. Este conjunto de edificios está enmarcado por amplios estanques de agua y delimitado al sur por el Jardín de l’Umbracle. El resto del cauce fluvial se completa con bosquetes de frondosas caducas, creando composiciones cromáticas en los momentos de floración, creando grupos de gran belleza. Las especies arbóreas más representadas son los arces, olmos, moreras y alisos.

 


 Mas al sur y en el nivel de circulación, tenemos el Jardín de l’Umbracle, que está formado por una sucesión de arcos fijos y flotantes de 18m de altura. Sobre ellos crecen plantas enredaderas, lo que proporciona sombra a lo largo de todo el paseo ajardinado, que acoge bajo su cubierta una gran variedad de plantas de diferentes especies, así como una galería de arte con esculturas y exposiciones itinerantes. Su jardín esta rodeado de palmeras y naranjos amargos, con gran variedad de arbustos y plantas trepadoras, tapizantes y aromáticas como jaras, lentiscos, budleias, plumeros o plumbagos, galán de noche, madreselvas, buganvilleas, lotus, agateas, lantanas, aptenias, romeros y lavandas.




Fuente: jardinesvalencia.es

Ramón Gijón, delineante proyectista.