jueves, 7 de septiembre de 2017

El compostaje casero.

El compostaje.

  Podemos definir el compostaje casero, como una técnica que imita y acelera a la naturaleza en su ciclo de la vida y que ésta repite año tras año, al aplicar esta técnica en el proceso de transformación de la materia orgánica, dispondremos de un compost de calidad, y 5 o 6 meses después, el resultado será la obtención de un abono natural y ecológico.

  En el ciclo vital de la naturaleza, en todas las épocas del año, pero especialmente durante el otoño, las plantas dejan caer sus hojas, ramas, frutos, etc. al suelo, obteniendo como resultado una aportación importante de materia orgánica en la base del bosque. No obstante, estas aportaciones de materia orgánica no se quedan ahí, ya que se puede ver como en poco tiempo desaparecen. La pregunta es ¿a dónde van?, la respuesta es muy sencilla, ya que toda una serie de condiciones climatológicas (sol, frío, viento, calor, etc.) y un gran número de organismos de todas las clases se encargan de llevar a cabo su descomposición y de devolver al suelo lo que los árboles han utilizado para nutrirse y formar sus frutos. Este tipo de ciclo es lo que se llama ciclo vital cerrado, donde todo material utilizado vuelve a su punto de partida después de realizar la función por el que éste fue obtenido.

  Nuestra sociedad, en este caso, utiliza el proceso contrario, convirtiendo en residuo todos los recursos que utiliza para vivir y crecer, de esta manera, podemos convertir los restos de comida que produzcamos en un material apto para volver al suelo, de donde ha salido, contribuyendo de esa forma al ciclo vital cerrado, que muy a menudo, tanto nos empeñamos en romper. Esta transformación se puede llevar a cabo en cualquier casa mediante un compostador, que podemos comprar o fabricar con materiales reciclados nosotros mismos, sin ningún tipo de mecanismo, ningún motor, ni tampoco ningún gasto de mantenimiento.

  La basura diaria que se genera en los hogares, estadísticamente hablando, contiene un 40% de materia orgánica, que puede ser reciclada y retornada a la tierra en forma de humus para las plantas y los cultivos, se estima que de cada 100kg de basura orgánica se obtienen 30 kg de compost, de esta manera se contribuye a la reducción de las basuras que se llevan a los vertederos o a las plantas de reciclaje, al mismo tiempo que se consigue reducir el consumo de abonos químicos. Por otro lado, cabe también destacar que con el compostaje doméstico se emiten 5 veces menos gases de efecto invernadero que el compostaje industrial para tratar la misma cantidad de restos de cocina y jardín.

  El compost es un producto que se puede obtener en otros lugares a parte de en un compostador, un ejemplo de ello son los estercoleros o las pilas de compostaje, que se han llevado a cabo desde tiempos antiguos. No obstante, hoy en día la escasez de espacio en nuestros huertos y jardines, nos exige que les saquemos el máximo partido a éstos y que encontremos sistemas más eficaces espacialmente hablando. En un compostador, el compost estará siempre mucho más resguardado de las inclemencias del tiempo (sol, lluvia, viento) y no se secará ni se humedecerá demasiado, por lo tanto, no será necesario prestarle una atención o dedicación especial y, por todo ello, el proceso será 3 ó 4 veces más rápido, además, no se deberá desperdiciar agua para regarlo cuando esté seco y visualmente no causará ningún impacto a los miembros de la familia o vecinos más puntillosos, que no quieran ver los restos de comida y de vegetación por el jardín, por otro lado, el compostador puede instalarse en cualquier sitio, sin que pueda molestar a nadie.

  En el proceso de descomposición de los restos vegetales dentro de un compostador desprende un olor característico y agradable que podemos percibir cuando abrimos el compostador para aportar nuevos restos o al remover éstos. Recuerda el olor que desprende el bosque húmedo, esto se debe a las características técnicas de los compostadores de calidad y a que los millones de organismos que se alimentan de los restos que se depositan en el compostador no permiten que pase mucho tiempo antes de transformarlos en compost, unos 5 o 6 meses. Mezclando los restos de vez en cuando (se recomienda una vez por semana), se conseguirá reducir la humedad, aportar oxígeno a los restos y no aparecerán insectos molestos, como un exceso de mosquitas de la fruta, por ejemplo, de todas formas, estos organismos también ayudarán en el proceso de compostaje y, en todo caso, su presencia siempre estará limitada al interior del compostador.

  Las babosas u otros organismos, que antes se comían las plantas, ahora las dejarán de lado para ir hacia el compostador, por tanto, servirán para comerse los restos vegetales y no las flores del jardín, es más, si se ve un caracol por el jardín, lo mejor será que se ponga dentro del compostador. Los animales como perros, gatos o ratones no pueden entrar en el compostador, ya que se trata de un recipiente cerrado diseñado para evitar que estos puedan entrar.

  Es necesario, sin embargo, instalarlo a nivel de la superficie, sin dejar ranuras, el compostador casero puede estar en contacto directo con la tierra o bien se puede encontrar en una base en zonas asfaltadas o en terrazas. En el caso de estar en contacto con el suelo, será muy positivo para el proceso de compostaje, ya que los microorganismos de la naturaleza entrarán en contacto con los restos que se depositan en su interior y también para permitir el drenaje del agua sobrante de los vegetales, hay que tener presente que los restos de cocina contienen un 70% de agua, y una parte de esta agua la absorben las hojas secas que hay que añadir, pero el resto se filtra en el suelo muy lentamente.

  Cuando se quiera situar un compostador de jardín sobre una base, será cuando no se disponga de una superficie con tierra, en estos casos, el compostador dispone de una base a la cual se sujeta el compostador y que permite recoger los lixiviados en un recipiente mediante un sistema de recogida de líquidos situado en la base del compostador. Así, el compostador podrá ir situado en cualquier superficie, sea asfaltada o en terraza, funcionando de una forma igualmente correcta a la de un compostador sin base. Sin embargo mi experiencia personal, es que esté directamente sobre la tierra, pero que las paredes descansen sobre una pequeña base perimetral de hormigón, de esta manera si el compostador es de madera, hecho con palets reciclados, nos durará mucho mas.

  Hay que procurar que el compostador no reciba demasiada insolación para evitar tener que regar, lo ideal sería que en invierno estuviera al sol, para así evitar temperaturas demasiado bajas que pueden perjudicar a los organismos y en verano a la sombra, para evitar que esos mismos organismos se mueran a causa de un exceso de temperatura y que el compostador esté demasiado seco, por lo tanto, el lugar ideal sería debajo de un árbol de hoja caduca o en una terraza junto a unas plantas decorativas que le proporcionen suficiente sombra en el compostador.

  Siempre hay que mezclar los restos que se depositan, no hay que hacer capas de materiales frescos y húmedos o capas de materiales secos intercaladas, es decir, tiene que verse todo bien mezclado. Esto no significa que sea necesario remover cada día, si no sólo cuando se deposita una cantidad significante de un mismo material, como por ejemplo el césped cortado o un montón de hojas secas. El compostaje es un proceso biológico que es realizado por los microorganismos (hongos, bacterias, etc.) y otros organismos de mayor tamaño (lombrices, pequeños insectos, etc.). La actividad de los organismos hace que se eleve la temperatura de los materiales alcanzando valores altos que no deben superar los 65-70°C. El proceso necesita tres requisitos fundamentales para realizarse, que los materiales tengan un contenido equilibrado de restos secos y húmedos, que la mezcla tenga una aireación suficiente y que exista una cantidad de agua determinada durante las primeras fases del proceso. Si garantizamos estas condiciones el proceso arrancará de forma normal alcanzando temperaturas elevadas al principio, para luego, al final del proceso, alcanzar la temperatura ambiente. Es importante mantener la humedad en torno al 60 % durante las primeras fases del proceso, ya que los organismos encargados de la descomposición de los materiales necesitan un cierto contenido en agua para desarrollar su actividad. Durante el proceso de compostaje hay que controlar la temperatura. En las primeras fases del proceso la temperatura debe alcanzar valores próximos a los 65°C. No debe superar valores mayores, ya que pueden morir muchos microorganismos. Para controlar la temperatura existen unos termómetros con una sonda larga (1 mts.) que nos dicen la temperatura en el interior. Si no tenemos un termómetro, podemos introducir la mano para realizar una observación directa, también es necesario controlar la humedad para que ésta no baje, durante las primeras fases, del 60%. Este punto de humedad es parecido al de una esponja recién escurrida. La aireación se consigue volteando el material cada cierto tiempo. Los volteos se realizan cuando la temperatura baja demasiado (menos de 30-40°C), de forma que una vez realizado el volteo, esta temperatura vuelve a subir a valores cercanos a los 50-60°C. Cuanto más volteamos más aceleramos el proceso, sin embargo, un volteo cada 15 ó 30 días puede ser suficiente para un proceso entre cuatro o seis meses.

  El compost que se hace en casa tiene múltiples ventajas, va a dar consistencia a los terrenos arenosos y esponjosidad a los más fangosos, en ambos casos proporciona una textura ideal al terreno y ayuda a retener los nutrientes que antes se perdían, también retiene la humedad con un buen drenaje al mismo tiempo. Está más que comprobado que el compost es un elemento indispensable para evitar la erosión, por ejemplo, de los taludes o los parterres.
La propiedad más conocida del compost, sin embargo, es la aportación de nutrientes de manera progresiva, esto se debe a la degradación, descomposición y transformación de los restos vegetales en un producto asimilable para las plantas, que absorben sus minerales de forma sostenida.

 Además, durante el proceso de compostaje se neutralizan posibles elementos tóxicos o patógenos. Esto ya lo sabían nuestros antepasados y es por ello que compostaban todos los restos en el antiguo estercolero, mezclando las heces de los animales de granja con los restos de la cosecha. Un reciente estudio de Teagasc (Organismo para el Desarrollo de la Agricultura y la Alimentación) y el University College de Dublín ha demostrado que la materia orgánica transformada en compost es capaz de suprimir varias enfermedades transmitidas por el suelo y que las bacterias y hongos presentes en el compost pueden ejercer un control biológico contra patógenos vegetales, en colonizar las raíces y en consecuencia hacer que los patógenos no la puedan colonizar.

  Al no ser necesarios productos químicos, ya que el compost devuelve a la tierra los nutrientes que ésta necesita, también se incrementa la cantidad de microorganismos beneficiosos para el ciclo natural de la vida, así, se favorece la vida en el suelo y esto sirve para que las lombrices y otros organismos aireen la tierra, eviten que ésta se compacte y favorezcan, así, el arraigo de plantas y hortalizas.


Fuente: www.infojardin.com

La reproducción vegetativa.

La reproducción asexual o vegetativa.

  Las plantas, como cualquier ser vivo, tienen un ciclo de vida, en el que nacen , se reproducen y finalmente mueren. Normalmente, el nacimiento de una nueva planta comienza con la fecundación de un óvulo que, una vez desarrollado, se convertirá en una semilla, ésta, a su vez, germinará y dará lugar a brotes que, con el tiempo, formarán una planta adulta, idéntica a su predecesora. Este es el proceso de reproducción más habitual y conocido de las plantas, dentro del reino vegetal, aunque existen excepciones a esta regla general.

  Algunas especies no necesitan semillas para reproducirse, sino que lo hacen a través de una división, es decir, cuando una parte de ellas se divide, pudiendo ser un tallo, una rama, un brote, un tubérculo, un rizoma, etc., esta parte de la planta, trasplantada, se desarrolla por separado hasta convertirse en un nuevo ejemplar. Este tipo de reproducción vegetativa, se halla extraordinariamente difundido y sus modalidades son muchas y muy variadas, entre ellas se encuentran, las mitosporas, los propágulos y la apomixis.

  Las mitosporas, son esporas originadas por mitosis y se considera una modalidad de reproducción asexual en vegetales, y es típica en hongos, musgos, helechos y líquenes. Algunas se mueven por medio de cilios o flagelos, mientras que otras son dispersadas pasivamente por el agua, el viento o los animales. La formación de estas esporas puede tener lugar externamente, a partir de un órgano esporígeno, o en el interior de unos órganos especiales de la planta denominados esporangios. Cada espora consta de una sola célula protegida por una gruesa envoltura que le permite resistir condiciones ambientales desfavorables. Cuando estas condiciones son buenas, la envoltura se desgarra y la célula contenida su interior, empieza a germinar dando lugar a una nueva planta.

  Los propágulos, éstos pueden ser multicelulares como las yemas, bulbos, tubérculos, semillas, o unicelulares como las esporas, entre otros. Dentro del reino vegetal, junto a las semillas para la reproducción sexual, encontramos los propágulos que son la base de la reproducción asexual o reproducción vegetativa, por la que se obtienen nuevas plantas y órganos individualizados. Los tejidos de la porción separada deben recuperar la condición de meristemos para producir todo el conjunto de órganos de la planta. Como formas más importantes de propágulos vegetativos nos encontramos con:


  Los estolones, son ramas que, tras crecer mucho, llegan a tocar el suelo y enraízan engendrando una nueva planta, esto ocurre en las fresas y muchas gramíneas.
  Los rizomas, son tallos subterráneos que crecen alargados horizontalmente. Al  cercenarse, originan nuevas plantas, son típicas en los lirios.
  Los tubérculos, son porciones más o menos esféricas de tallos subterráneos, ricos en material nutritivo. En su superficie se desarrollan las yemas (ojos) capaces de dar origen a una nueva planta, como ejemplos, podemos citar la patata y la chufa.
  Los bulbos, tallos cortos y cónicos con una gran yema terminal rodeada por numerosas hojas que almacenan sustancias de reserva, en las axilas de estas hojas se forman los bulbos de renuevo, estos bulbos se desprenden para dar lugar a una nueva planta, como ejemplos de este tipo, podemos citar la cana índica y el tulipán.

  La apomixis, las plantas que presentan este tipo de reproducción, se denominan plantas apomícticas, producen sus semillas sin que ocurra meiosis ni fecundación, por lo que sus descendientes son genéticamente idénticos a la planta madre, aunque desde el punto de vista evolutivo las plantas apomícticas carecen de las ventajas adaptativas que ofrece la reproducción sexual, la apomixis permite la fijación indefinida de genotipos altamente adaptados a su ambiente. Esta ventaja de la apomixis, es (desde el punto de vista genético), la misma que presenta la multiplicación vegetativa. No obstante, en el caso de las plantas apomícticas los descendientes no permanecen en las inmediaciones de la planta madre, compitiendo con ella por recursos, sino que gracias a la dispersión de las semillas los nuevos individuos pueden explorar y conquistar nuevos ambientes.

  Esta larga introducción, la he querido desarrollar para comprender que el caso que nos ocupa, el de los estolones, sólo es una modalidad mas, de la llamada reproducción vegetativa, y las plantas que la llevan a cabo, son conocidas como estoloníferas.

  Un estolón es un brote lateral, es una porción de tallo que surge a partir del tallo principal, y mas concretamente en la base del mismo, crece horizontalmente con respecto al nivel del suelo y surge perpendicular al suelo (epígeo), o se desarrolla de forma subterránea, tienen entrenudos largos y cortos alternados que generan raíces adventicias, y justo en la separación de estos segmentos enraizados, es donde se generan las nuevas plántulas, que con el tiempo serán plantas autónomas, este tipo de reproducción es común en algunas plantas herbáceas y las plantas estoloníferas que mas conocemos son las fresas, los tréboles y las cintas, otras especies son la menta, el helecho, o algunas plantas acuáticas como la vallisneria o la sagittaria.

  Por lo tanto, la forma de reproducir este tipo de ejemplares, es muy sencilla, ya que podemos seccionar las zonas entre nudos que contengan las raicillas, sin ningún miedo, para separar ambas plantas, y replantar el tallo secundario donde queramos, el estolón puede romperse por esa nueva planta o puede seguir creciendo y produciendo más ejemplares



 Como ejemplos mas comunes, tendríamos con estolones aéreos a la fresa, y con estolones subterráneos a la menta, en ambos casos son muy prolíficos y fáciles de cultivar.
 













Ramón Gijón, delineante proyectista.

El jardín vertical.

El jardín vertical.


  Aunque parece una moda o una tendencia actual, el fenómeno de los jardines verticales es, como en otras tantas cosa, una idea tan antigua como las ciudades, un ejemplo lo tenemos en la Babilonia del 600 A.C., en la América precolombina, en la antigua India o en Japón y en épocas mas recientes ya en el el siglo XX, podemos citar en Europa a Le Corbusier en los años 20, con sus diseños de cubiertas vegetales, o en Estados unidos a Frank Lloyd Wrigth en los años 30, encabezando el movimiento de la llamada, arquitectura orgánica, por lo tanto, como decía antes, no es una idea nueva.

  Los jardines verticales son una excelente opción para espacios reducidos o para paramentos de grandes dimensiones, porque no solo permiten disponer de flores y plantas verdes, además aportan enormes beneficios, entre los que podemos citar, la mejora de la calidad del aire, la reducción de la temperatura exterior y de la contaminación acústica, purifican la llamada lluvia gris y evidentemente, aumenta el valor estético.

  En un jardín vertical, las plantas que se pueden utilizar son las mismas que para otro tipo de jardín, es decir, no existen unas plantas específicas para jardines verticales, pero cabe señalar, que no se puede usar cualquier planta alegremente, ya que las plantas se tienen que adaptar a un medio singular, esto viene dado por una serie de condicionantes como son, el soporte físico, que puede ser de celdas, de paneles, etc., o la técnica de cultivo, que puede ser de tipo hidropónica o de sustrato, esto es lo que nos limitará a la hora de elegir nuestras plantas, ya que las plantas que elijamos deben ser resistentes a las condiciones de humedad, a un pobre aporte de sustrato para su crecimiento, o a que no desarrollen un sistema radicular demasiado grande, aunque si favorezca la fijación de la planta.

  Como muestra, voy a exponer algunas plantas que cumplen estos requisitos y por lo tanto, son recomendables para instalarlas en un jardín vertical.

 
  Ficus repens, su nombre común es pumila, ficus trepador o enamorada del muro, pertenece a la familia de las moráceas, es originario de Japón, China o Vietnam. Es un vigoroso arbusto trepador de hoja perenne de color verde oscuro, sus flores son insignificantes y produce unos frutos de color púrpura que no son comestibles. Es muy indicada para cubrir muros, pero en este caso, preferentemente desde el suelo y también se puede usar como tapizante.

 Chorophytum comosum, pero se le conoce como cintas, pertenece a la familia de las liliáceas, y su origen se encuentra en las selvas tropicales de África del sur y actualmente existen más de doscientas especies diferentes. Esta planta perenne tiene hojas, que nacen de una roseta basal, son alargadas, péndulas, afiladas y generalmente de color verde con una banda blanca, sus flores blancas son pequeñas y de ellas se forman nuevas rosetas que son como plantas en miniatura perfectamente formadas y que, al trasplantarlas adecuadamente, se transforman en plantas adultas. Lo mejor de esta planta es, sin duda, que renueva ambientes afectados por monóxido de carbono. Es indicada para jardinería vertical, para borduras y como planta de interior.

  Plectranthus australis, aunque comúnmente se le conoce como planta del dinero o plectranto, pertenece a la familia de las Labiáceas, es originaria de la India. Es una planta herbácea perenne que crece en forma de matas bajas, con un follaje denso muy atractivo compuesto de hojas opuestas, de 5 a 10 cm de largo, ovales o redondas, abultadas, con los márgenes festoneados, de coloración central verde intenso, mientras que los bordes destacan por ser irregularmente blancos o de color crema, de crecimiento erguido y a medida que va creciendo se vuelve colgante, cuando los tallos alcanzan unos 20 cm., en verano aparece la floración, ésta se produce sobre espigas erguidas que dan lugar a pequeñísimas flores de color blanco o lila pálido. Es indicada como planta colgante, en jardineras o como planta de interior.

  Hosta fortunei, su nombre común es Hosta, pertenece a la familia de las Agavaceae, y son originarias de Asia central, son una de las plantas de hoja más espectaculares y con mayor interés ornamental que se puede cultivar en zonas sombreadas del jardín. son de color verde intenso o azul verdoso, pero también poseen una gran diversidad de sutiles colores en su follaje que muy pocas plantas les puede igualar, sus flores forman densos racimos atrompetados o tubulares de color lavanda pálido, lila o blanco, sujetas en largos y delgados tallos que surgen por encima del gran volumen de hojas, las podemos ver a finales de junio. Son indicadas para borduras, para coberteras y para macizos.

  Aptenia cordifolia, pero comúnmente se le conoce como Rocío, Escarcha o Aptenia, pertenece a la familia de las Aizoaceae (Aizoáceas), y es originaria de Sudáfrica. Es una planta suculenta, rastrera y de rápido desarrollo, de hojas ovales, lisas y verdes, produce flores de color rosa fucsia, parecidas a las margaritas, hay dos variedades seleccionadas, una con flores rojo intenso y otra con flores púrpuras y hojas más pequeñas, la variedad 'Red Apple' es muy popular, tiene flores más grandes de color rojo, otra es la Aptenia cordifolia var. variegata, la cual presenta hojas bordeadas de blanco. Es ideal como planta colgante y para cubrir el suelo.

  Peperomia, su nombre común es ombligo de tierra o cola de rata, pertenece a la familia de las Piperáceas, es un género integrado por unas 1.000 especies de plantas anuales y vivaces, las especies más comunes son, Peperomia caperata, Peperomia magnoliifolia, Peperomia marmorata, Peperomia metallica, Peperomia hederiefolia, Peperomia scandens, Peperomia angulata (Peperomia quadrangularis), son originarias de las regiones tropicales y subtropicales de la zona del Pacífico. Son plantas de hojas carnosas, que varían los colores de una especie a otra, pero todas son de gran vistosidad, la composición de varias especies resalta su belleza, no desarrollan tallos largos, si no que aumentan el tamaño de las hojas, las flores son insignificantes reunidas en espigas blancas. Es ideal como planta colgante, para borduras y como planta de interior.

 También dan muy buen resultado, las plantas epífitas, los helechos o las suculentas en general.



Ramón Gijón, delineante proyectista.

El jardín de Ayora.

Jardín de Ayora.


I.- Cronología histórica.


  El jardín histórico es de final del siglo XIX, tiene un estilo ecléctico. El jardín presenta árboles centenarios y de gran tamaño que obsequian innumerables sombras, está fragmentado por numerosos macizos y arriates que permiten caminos sinuosos plazuelas triangulares, redondas, ejecutadas con tierra y bordeados con rodeno, por lo que consigue un ambiente fresco con un aura misteriosa a descubrir.


  El Jardín se extiende hacia el sur de la edificación y está dividido en tres secciones mediante muros y rejas de alambre. La primera circunda al palacete y presenta árboles originarios, la segunda forma un espacio rectangular donde han sido instalados juegos infantiles y también subsisten árboles originarios, como plátanos, falsas acacias, naranjos, limoneros… y cubriendo los muros, una magnifica hiedra, la tercera parte, la más amplia, es rica en especies vegetales y se extiende formando un amplísimo rectángulo cerrado por altas tapias de obra mixta de mampostería careada y ladrillo. En sus cuatro caras han sido abiertos accesos independientes que se cierran con puertas de hierro forjado. En la parte central se encuentran dos amplias glorietas, una de las cuales está provista de bancos de obra recubiertos con cerámica vidriada, al lado está situada la rosaleda engarzada en pérgolas metálicas, y muy cerca se encuentra el macizo de viejos magnolios. Al fondo, también se sitúa una placeta irregular donde se encuentra una fuente pública de principios de siglo en hierro fundido con una columna de capitel jónico, cuyo fuste decora un escudo de la ciudad.


  Este Jardín se caracteriza por la extremada variedad de especies vegetales con numerosos ejemplares, autóctonos y exóticos que le da cierto carácter de jardín botánico, entre las numerosas especies de árboles y plantas que se pueden contemplar destacan, acacias y falsas acacias, eucaliptos, pinos canadienses, palmeras, jacarandas, aligustres chinos, cinamomos, grevilleas, limoneros, naranjos, magnolios, ficus, laureles, tuyas, pitas, canas, hibiscos, adelfas,alteas, mimosas, bambúes, esparragueras, buganvillas, matas de margaritas, rosales, cactus, etc.


  Hace unos años, parte del entorno del Jardín de Ayora histórico se ajardinó, ampliando considerablemente su superficie, dotando a los vecinos de nuevos servicios junto al metro. El nuevo parque vecinal complementa al antiguo Jardín de Ayora, aportando aquellos espacios propios de un parque público actual, una gran plaza e instalaciones deportivas, por él se accede al vestíbulo principal de la estación de metro del mismo nombre.


  El conjunto cercado presenta partes originales y la zona de jardín más alejada de la casa es la que mejor conserva la vegetación original, sin embargo la zona más cercana solamente conserva algunos de los árboles originales, como las palmeras que flanquean el camino de acceso al palacete. La línea 5 de metro se prolonga hacia el puerto-playa proporcionando una parada intermedia en el Jardín de Ayora, la propia estación propicia una ampliación de zona verde junto al jardín histórico situada al este del mismo, se completa así los usos de jardín histórico con otros propios de un parque más actual, dotado de juegos infantiles y áreas para el deporte. 


  El elemento vertebrador del parque es el paseo central que enlaza las calles Justo y Pastor y Jerónimo de Monsoriú buscando un efecto de variedad y de cierre de perspectivas, a uno y otro lado de este paseo se van creando diferentes espacios, los jardines de acceso a la estación semi enterrada, la pérgola longitudinal lateralizada sobre el paseo central, otro espacio ajardinado entre el paseo y el jardín histórico, la piscina cubierta, una pista deportiva al aire libre y una gran pradera en el borde este a rediseñar tras la ejecución de un aparcamiento subterráneo.


  También se establece un nuevo vallado en el cerramiento este del jardín histórico para crear una permeabilidad entre ambos espacios ajardinados sin vulnerar el carácter cerrado del Jardín de Ayora que conserva el protagonismo. La pérgola de madera con estructura metálica del paseo enmarca las vistas al jardín histórico y permite disfrutar de la sombra que aporta. El paseo se asoma a modo de balcón al espacio de acceso a la estación, es un espacio pavimentado de carácter polivalente, bordeado por jardines en suave talud y constituye un excelente mirador sobre el jardín de Ayora. En esta ampliación se sitúan árboles y especies vegetales tales como, palmeras, plátanos, naranjos amargos, jacarandas o tipuanas.


II.- La arquitectura.


  En el jardín histórico de Ayora se presenta un palacete que fue construido a finales del siglo XIX,entre 1889-1990. tiene un marcado carácter modernista, con mezcla de estilo clasicista y con una combinación de diversos materiales en sus muros, que le dan mucho colorido.Se sitúa en el barrio de Algirós, entre las calles Santo Justo y Pastor, Jerónimo Monsoriu, Conserva y Plaza Organista Cabo.


  En sus orígenes fue levantado como una villa de recreo en la zona suburbana de la ciudad, aunque en la actualidad está totalmente integrado en ella. Se trataba de un Palacio de descanso realizado para por el comerciante José Ayora según proyecto de Pelegrín Mustieles, que se asienta sobre elevado en la zona norte del jardín, obteniendo una terraza en altura que se cierra con una balaustrada y que rodea al edificio, el desnivel se salva mediante una escalinata en la fachada principal que da acceso al palacio. Se trata de un edificio cuadrangular compuesto de planta baja, planta noble y ático bajo la cubierta, con una torre cuadrada en la parte central de esquinas achaflanadas que en cada uno de sus lados abren dos arcos de medio punto, la cubierta es a cuatro aguas y presenta una cúpula que adopta forma bulbosa con teja dorada.


  Las fachadas presentan los vanos encuadrados presentando varios modelos según la categoría de puertas o ventanas, de esta forma nos encontramos con puertas recercadas y rematadas mediante frontones ornamentados, arcos adintelados, rebajados o geminados de medio punto, los huecos que se disponen en el ático bajo cubierta son rectangulares apaisados entre paños cerámicos con motivos geométricos. Las fachadas combinan bicromía con pilastras de piedra natural y paños de ladrillo rojo, los huecos están recercados también con piedra natural.


  Destacan la fachada principal y la trasera por su remate de frontón curvo, en la fachada principal alberga la imagen de mercurio bajo la que aparece la fecha de realización del edificio. Los huecos de la planta noble de estas dos fachadas presentan un antepecho abalaustrado, mientras que en las fachadas laterales únicamente está la central.


  Estuvo a punto de ser demolido en 1983, y al ser declarado monumento artístico se rehabilitó, en los ochenta el edificio es destinado a Guardería Infantil y Sección de Policía Municipal. Se conserva la claraboya central de hierro y vidrio en diversos colores con algunas pinturas decorativas, la escalera está realizada con mármol y madera.



Fuente: jardinesvalencia.es,