sábado, 30 de junio de 2018

La lucha biológica.

La lucha biológica.

  Esta técnica es una de las mas conocidas, ya que se aplica desde muy atrás en el tiempo, así como por el empeño que se ha puesto en programas de investigación a nivel internacional; Como ya sabemos, esta técnica consiste en el empleo premeditado de otros insectos enemigos naturales para combatir las plagas, de esta manera, evitamos o reducimos su población y el empleo de plaguicidas que dejan residuos tóxicos en los frutos y las plantas y son sumamente nocivos para la salud humana; Por otra parte, hay que tener en cuenta que las poblaciones biológicas naturales de depredadores en el terreno, tienen una limitación en su desarrollo y en muchas ocasiones no se bastan ellas mismas para controlar a las plagas, es entonces cuando hay que intervenir.

  El control de plagas con productos químicos es cada vez más complicado, por una parte está la exigencia de los consumidores en la reducción de la aplicación de estos productos, también está la legislación que es cada vez menos permisiva con su uso indiscriminado, otro factor a tener en cuenta, es que los productos agroquímicos no siempre dan buenos resultados y no son baratos, por lo que cada vez vá ganando terreno el uso de técnicas de cultivo respetuosas con la naturaleza, dando más importancia a una agricultura más biológica y eco responsable.


  Para iniciar una lucha biológica, cada Comunidad Autónoma tiene su legislación propia al respecto, pero en general, se deben reducir las aplicaciones de pesticidas durante un tiempo determinado y el agricultor está obligado a no usar estos productos hasta alcanzar la certificación de producción ecológica, es decir, una producción controlada biológicamente.
 

  Se entiende por parásito, al organismo que necesita pasar su vida o parte de ella, asociado íntimamente a otro organismo, dependiendo de sus requerimientos alimenticios o de su voracidad, inevitablemente esta asociación lleva a la merma o la muerte del organismo parasitado; El control biológico se define como una actividad en la que se manipulan una serie de enemigos naturales, también llamados depredadores, con el objetivo de reducir o incluso llegar a combatir por completo a los organismos parásitos que afecten a una plantación determinada, el objetivo es controlar las plagas a través de sus enemigos naturales, es decir, otros insectos que son depredadores de la plaga y son inofensivos para la plantación y para las personas.
 

  El método de control biológico puede ser muy eficaz, aunque hay que tener en cuenta algunos puntos para la correcta aplicación de estos enemigos naturales en el huerto como:
Primero, se debe identificar bien el parásito que afecta al cultivo;
Segundo, hay que identificar a su enemigo natural;
Tercero, hay que estimar aproximadamente la población del parásito;
Cuarto, hacer en consecuencia una estimación de la población de su enemigo natural;
Quinto, comprar correctamente a los enemigos naturales y supervisar correctamente la eficacia de estos enemigos.

  Para la identificación del parásito, simplemente es suficiente con hacer una observación directa, también puede realizarse un pequeño muestreo de estas especies y mandarlo a un laboratorio entomológico; Si la población del parásito es demasiado alta, los enemigos naturales no actuarán con tanta rapidez como si fuese una población baja, es decir, la cantidad de enemigos naturales que debe de liberarse, se hace en función de la cantidad de plantas infectadas; Una vez producida una plaga en la cosecha, se introduce el enemigo natural para que impida el desarrollo de la población del parásito y no produzca elevados daños.


 Pero además habrá que tener en cuenta una serie de factores como, las condiciones meteorológicas, ya que la efectividad de la acción de estos enemigos naturales después de su liberación, dependerá por ejemplo, de si la temperatura es alta durante el medio día, siendo su actividad es más eficaz, llegando a despejar la zona de parásitos donde han sido liberados, pero si la temperatura tiende a subir más de la cuenta pueden incluso llegar a morir; También puede afectar a su supervivencia la lluvia, por lo que se debe tener mucho en cuenta las condiciones climáticas a la hora de liberar estos enemigos naturales; otro factor a tener en cuenta, es la incidencia de la luz, dependiendo de esta los enemigos naturales serán más o menos activos, también hay que tener presente que estos depredadores tienen más actividad cuando existe una cantidad masiva de parásitos en la zona a tratar, anima a los primeros a multiplicarse con más rapidez y a permanecer más tiempo en el área de liberación, las plantas con presencia de sustancias con látex o néctar es otra de sus preferencias para prolongar su tiempo de liberación.
 

Ventajas e inconvenientes del control biológico, el uso del control biológico ofrece la oportunidad de emplear un metodología segura para el ser humano y el medio ambiente, tiene un coste relativamente liviano una vez implementado el sistema y cuenta con una aceptación dada su efectividad, por lo que dentro de los programas de control de plagas, es un pilar fundamental de estos, pero no todo van a ser ventajas, también hay que considerar los inconvenientes.

Ventajas, la incorporación del control biológico, es un medio de lucha respetuoso con el medio ambiente, ya que no emplea insecticidas nocivos o tóxicos para la salud humana; El método de control biológico, reduce o impide las poblaciones de parásitos en las plantaciones agrícolas o en los jardínes, por lo que la producción y la calidad de los productos mejora ostensiblemente; El uso de productos biológicos ya viene ajustado al tipo de parásito y solo llegan a matar una reducida gama de insectos, no produciendo daño a otras especies de insectos beneficiosos.

Inconvenientes, el control biológico requiere mucha paciencia y entretenimiento, así como un mayor estudio biológico; Muchos enemigos naturales son susceptibles a pesticidas por lo que su manejo debe de ser cuidadoso; Los resultados del control biológico a veces no son tan rápidos como se espera, ya que los enemigos naturales atacan a unos tipos específicos de insecto, al contrario que los insecticidas que matan una amplia gama de insectos.



Ramón Gijón, delineante proyectista.
Fuente: www.eco-sitio.com.ar



martes, 19 de junio de 2018

Las plantas hortícolas.

Las plantas de huerta.

  Las hortalizas no son otra cosa que plantas anuales, bianuales y vivaces para uso hortícola, es decir, estas plantas se cultivan con el fin de procurarnos alimentos, aunque se pueden combinar con ornamentales y con aromáticas, ya que esto creará unas interdependencias entre ellas, esto ya se trató en otros artículos, ver "La rotación de los cultivos" o "Técnicas de cultivo", también de esta forma bio-regularemos el control de plagas y el cansancio del terreno, pero esto ya lo comentaré mas adelante. Por lo tanto, estamos ante un grupo de plantas, que permiten disfrutar en nuestra casa de verduras y frutas ecológicas de temporada, existiendo multitud de especies y variedades de hortalizas.

  Cabe reseñar que dentro de este grupo de plantas, también tenemos y debemos plantar, plantas perennes, que sembraremos o plantaremos una vez y que cosecharemos año tras año, al contrario que las plantas anuales o de temporada que realizan todo su ciclo vital a lo largo del año y luego mueren, tanto para huertos ecológicos directamente en el suelo como para huertos urbanos o en macetas, las hortalizas y plantas perennes nos ahorrarán tiempo y esfuerzo y podremos mantenerlas durante años y disfrutando de los frutos que nos ofrecen.


 Estas plantas perennes nos reportarán al huerto una serie de beneficios, ya que no requieren de grandes labores de mantenimiento, las plantas perennes autóctonas tienen gran resistencia a las plagas, enfermedades y fenómenos meteorológicos adversos, en ocasiones las perennes nos dan cosechas en fechas distintas a las anuales, por lo que es una forma de obtener frutos durante todo el año, nos ofrecen bellas formas, flores y colores (como si fueran ornamentales), otras nos ayudan a minimizar la erosión del suelo, otras nos ayudan a delimitar y dividir zonas o caminos, pueden ofrecer sombra a otras plantas, actuar como cortavientos y ser refugio para fauna beneficiosa necesaria en la huerta, entre ellos los indispensables polinizadores.
 

  Otra ventaja es que como en la tierra en la que están sembradas no se necesita laboreo, se desarrolla una gran variedad de microorganismos beneficiosos muy importantes para la fertilidad de la tierra, siendo la tierra rica en materia orgánica, ya que imitamos el ciclo de la naturaleza al igual que en bosques y entornos naturales, cuando las raíces, hojas o incluso frutos caen y se descomponen lentamente, aportando nutrientes al tiempo que se forma un manto que proporciona cierto grado de humedad, actuando como un mulch o acolchamiento. Todas estas acciones tienen como fin prioritario, el mantenimiento de la biodiversidad, que es el pilar fundamental en el que se basa la agricultura ecológica.

  Además de los árboles frutales, estas son algunas plantas y hortalizas perennes que podemos incluir en nuestro huerto jardín, Achicoria, Alfalfa, Aloe vera, Ajos, Alcachofas, Berros, Capuchina, Cebollas, Chayote (una variedad de calabacín trepador), Chufas, Clavel, Col o repollo, Espárragos, Frutos del bosque (fresas, grosellas, frambuesas, arándanos…), Hinojo, Jengibre, Judías verdes, Lavanda, Lechuga, Madreselva, Malva, Menta, Orégano, Patatas, Puerros, Romero, Rosal, Ruibarbo, Salvia, Tomillo o Valeriana entre otras.

  En cuanto a que hortalizas podemos tener en nuestro huerto, habría que tener en cuenta la superficie con que contamos y nuestros gustos o nuestras necesidades curinarias, según la parte comestible de las hortalizas, podemos tener:

Hortalizas de hoja, como Acelgas, canónigos, cardos, diente de león, endibias, escarola, espinacas, hinojo dulce, lechugas o puerros.
Hortalizas de raíz, como Ajos, apio, cebollas, chirivías, nabos, rabanitos, remolacha o zanahorias.
Hortalizas de fruto, como Berenjenas, Calabacín, Calabaza, Fresas, Maíz, Melón, Pepinos, Pimientos, sandía o tomates.
Hortalizas de flor, como la Alcachofa o el Girasol.
Hortalizas de tubérculo, como Batatas, patatas o cacahuetes.
Leguminosas, como Guisantes, Habas, Judías, o Lentejas.
Coles, todas las variedades existentes actualmente proceden básicamente de la especie silvestre, Brassica sylvestris, son hortalizas muy antiguas originarias de Europa occidental y meridional, hoy en día se dispone de una gran variedad de coles como, Berzas, Brócoli, Col de Bruselas, Repollos, Lombardas, Coliflor, Colinabos o Colirrábanos.
Pero si tenemos en cuenta las necesidades de nutrientes que necesitan, y esto no es una cuestión baladí, ya que nos servirá para tener una rotación de cultivos racional y no agotar la tierra, según este criterio, podemos agruparlas en:

Hortalizas exigentes, son las hortalizas que para su desarrollo necesitan gran cantidad de nutrientes del suelo, especialmente de algunos elementos, por lo que precisan un buen abonado del suelo antes de su cultivo y una vez finalizado su ciclo productivo, el suelo queda pobre y con escasos nutrientes, este sería el caso de las coles, las berenjenas o los tomates.


Hortalizas semi-exigentes, son hortalizas con un consumo medio de nutrientes, y pueden mantenerse varios años en el mismo suelo, este sería el caso de las acelgas, las lechugas o las zanahorias.


Hortalizas poco exigentes, son hortalizas que necesitan pocos nutrientes para su desarrollo, pudiendo crecer en suelos donde antes se hayan cultivado plantas exigentes o semi-exigentes, en estas plantas, al final de su ciclo productivo, el suelo sigue manteniendo nutrientes, este sería el caso de los canónigos, los ajos o los rabanitos.


  Por lo tanto, aplicando técnicas de cultivo ecológicas, racionales y respetuosas con los ciclos de la naturaleza, podemos obtener una serie de ventajas como suelos mas fértiles, un menor consumo de recursos naturales, alimentos de una gran calidad y una agricultura de cercanía en la que podemos socializar con nuestros vecinos o simplemente disfrutar en familia, a la vez que resulta una terapia gratificante y enriquecedora.

  Actualmente, la horticultura con fines terapéuticos toma cada vez más fuerza, sobre todo en países desarrollados, se trata de establecer una relación directa entre el hombre y el medio natural convirtiéndose en un instrumento educativo y socializador, los resultados y la utilidad de esta terapia han ganado prestigio en las últimas décadas tanto para el cuidado de la salud como para el tratamiento de algunas enfermedades.



Ramón Gijón, delineante proyectista.

jueves, 14 de junio de 2018

Parque de Benicalap.

Parque de Benicalap.


  Lo que en la actualidad es el Parque de Benicalap, anteriormente fué propiedad del Ministerio de Agricultura, donde estuvo ubicada durante muchos años la Estación de Horticultura dedicada a la investigación y experimentación. Más tarde, estos terrenos fueron adquiridos por el Excelentísimo Ayuntamiento de Valencia en 1975 para la creación del parque y fue en mayo de 1984 cuando la Fundación Pública Municipal de Parques y Jardines Singulares se hizo cargo de su gestión y mantenimiento; también existían unos antiguos campos de naranjos, existentes en el barrio de Benicalap, en la periferia de la ciudad, se trata de un parque emblemático y muy visitado, y uno de los de mayor tamaño.

  El Parque de Benicalap fué inaugurado en 1983, siendo uno de los más grandes con los que cuenta la ciudad, ocupa una superficie total de 80.000 metros cuadrados, situados en el barrio de Benicalap entre la Avenida de Burjasot, la calle Luis Braile y la calle Francisco Morote Greus, y fué el primer parque que se proyectó y se construyó en base a las nuevas concepciones de una jardinería más eficiente y tecnificada contando además con modernos sistemas de mantenimiento, la oferta de este parque, al igual que el parque del Oeste, o el parque de la Rambleta, (ver las entradas publicadas), ofrece un conjunto de espacios variados que se conjugan sin distorsiones, con grandes instalaciones deportivas, piscinas, zonas de juegos infantiles, zona de conciertos, etcétera, así como una serie de ambientes diferenciados donde prima la selección de las plantas, de esta forma se consigue abarcar la satisfacción de una amplia gama que cubre cualquier segmento de edad.

 
 La variada y abundante vegetación es la encargada de delimitar las zonas, aquí podemos ver a arboles del amor, cipreses, coscojas, moreras, naranjos, palmeras datileras y de California o tilos entre otros, así como aligustres, palmitos, pitosporos o yucas, el tratamiento y la sutileza con la que se enlazan los sucesivos ambientes que lo integran, y su conjunción con las instalaciones, conforman un hermoso parque, en el que podemos destacar, La zona deportiva que cuenta con instalaciones de pistas de tenis, frontenis, fútbol y baloncesto (balonmano- fútbol sala); Las piscinas abiertas, una para adultos y otra para niños; La zona de descanso, diseñada con un cierto estilo árabe y diversa fuentes ornamentales; La zona infantil, con diversos juegos; La zona de Teatro-Foro, donde se realizan actos sociales y culturales y el Local social para jubilados ubicado en diversas dependencias del Teatro-Foro.


  Además de estas singularidades, en el Parque Benicalap existen otras dependencias tales como vestuarios en la zona deportiva y piscina, vestuarios para el personal de esta Fundación, dependencias de la Universidad Popular, un almacén de maquinaria y herramienta, dos servicios generales (señoras-caballeros) y diversas dependencias. Cabe destacar que los vestuarios e instalaciones de la zona deportiva y piscina, son gestionados y mantenidos por la Fundación Deportiva Municipal, siendo sólo responsabilidad de la Fundación Pública Municipal de Parques y Jardines Singulares la conservación de la vegetación existente en estas zonas.


  Al conjugar acertadamente su evidente carácter urbano y por otra parte el equipamiento de que dispone (piscinas, zonas deportivas, juegos, etc.), hace del Parque de Benicalap, que sea uno de los más visitados y disfrutados de la ciudad de Valencia, tanto por los vecinos de la zona como por otros vecinos de la ciudad así como de otros pueblos cercanos, haciendo que este uso constante requiera de un esfuerzo continuo y adecuado para su mantenimiento.



Ramón Gijón, delineante proyectista.
Fuente: www.valencia.es

domingo, 10 de junio de 2018

El trasplante.

Mantenimiento del jardín, la plantación, (III).

6.- El trasplante.

  Esta técnica sobre el papel es sencilla, y los pasos a seguir para plantar nuevos ejemplares ya se expusieron en una entrada anterior, (ver la entrada, la plantación de plantas) lo primero que habría que señalar, es que las plantas no están habituadas al trasplante, ya que en su medio natural no se van de un sitio a otro, por lo tanto es una técnica artificial y mas o menos agresiva para la planta, ahora bien, si tenemos un contenedor pequeño y la planta alojada en él ya no tiene sitio, tendremos que mudarla a otro contenedor mas grande o la situaremos en el exterior, en un emplazamiento definitivo en el suelo.
 
  Por lo tanto, tendremos que valernos de la observación para saber cuándo disminuye su actividad, es decir, cuándo entra en parada vegetativa, porque este será el momento idóneo para trasplantarla, siempre tendremos más éxito cuanto más joven sea la planta a trasplantar y menor sea su desarrollo y dimensión, hay que tener en cuenta que hay especies que aceptan mejor que otras el trasplante, por ejemplo, las especies de crecimiento lento que desarrollan un sistema radicular amplio y profundo, son más reacias al trasplante, de todas formas si nos vemos en la necesidad de trasplantar una planta fuera de época, especialmente si se trata de una planta que quieres pasar de maceta a tierra o viceversa, hay que tener mucho cuidado en no desmoronar el cepellón y no dañar las raíces.

Como regla general, y a modo orientativo, habrá que seguir su calendario genético para saber cuándo podemos intervenir y cuándo no, así pues:

En las plantas de huerto, que estén sembradas en semillero se deberán de pasar a macetas más grandes o al suelo en cuanto tengan un mínimo de dos pares de hojas verdaderas, si fuese en otoño y la zona tiene inviernos fríos, no se deberán de trasplantar hasta que no llegue primavera, a no ser que dispongamos de un invernadero con calefacción.
En las plantas vivaces, las anuales y las bianuales, con estas plantas se seguirá el mismo consejo que con las de huerto, es decir, trasplantar cuando tenga un par de hojas verdaderas, poniéndolas a pleno sol o a semisombra.
En los árboles, tanto caducos como perennes, se deben de trasplantar a finales de invierno, antes de que la primavera se establezca y empiecen a crecer, en el caso de los caducos se pueden trasplantar en otoño, cuando ya han perdido todas las hojas.
En los arbustos, se trasplantarán antes de primavera.
En los Cactus y suculentas, por lo general se pueden trasplantar en primavera y en verano, siempre y cuando se tenga especial cuidado en sacar el cepellón sin que se desmorone.
En las plantas carnívoras, es conveniente trasplantarlas en primavera antes de que despierten de la hibernación, pero también se puede hacer en verano.
En las palmeras, la mejor época de trasplante sería la primavera.

  Por lo tanto, hay momentos del año que resultan más adecuados para realizar el trasplante, aunque siempre, se deben evitar a toda costa los días de fríos fuertes y las heladas, para las plantas herbáceas y para los arbustos y los árboles de hoja perenne, la mejor época para el trasplante es finales de invierno o principios de la primavera, antes de que la planta inicie su explosión vegetativa primaveral; Para los arbustos y los árboles de hoja caduca, la época más acertada para realizar el trasplante es mediados o finales de otoño, una que vez la planta ha perdido sus hojas e iniciado su período de reposo vegetativo, cabe reseñar que el otoño es una buena época para plantar en general, en un clima benigno, incluso mejor que la primavera, ya que plantando a principios de otoño posibilitas que las lluvias de invierno se ocupen del riego y se establezcan para cuando llegue la primavera.

  Por último, antes de iniciar el trasplante de la planta, la prepararemos podando la planta hasta un tercio de su tamaño aproximadamente, esta poda es para compensar el recorte y la pérdida de raíces que sufrirá la planta en el momento del trasplante, esto no es un paso baladí, ya que si no se realiza la poda, las raíces que queden no serán capaces de alimentar toda la parte aérea de la planta y ésta no sobrevivirá; Lo siguiente será ubicarla en su lugar definitivo siguiendo los paso descritos en la entrada, (La plantación de plantas).




Ramón Gijón, delineante proyectista.

jueves, 7 de junio de 2018

El jardín en la edad media.

El jardín en la edad media.

  Desde la caída del imperio Romano, durante la Edad Media el jardín doméstico cayó en desuso, y solo pervivió en los monasterios y abadías, el “hortus conclusus” (jardín cerrado), por otro lado, el jardín laico o cortesano surgió en los castillos y palacios, el hortus deliciarum” (jardín de delicias), por otra parte, cabe reseñar que tras la reconquista numerosos jardines Islámicos fueron adaptados al gusto de los conquistadores Cristianos, y se produjo una mezcolanza de estilos en lo que se vino a denominar arte mudéjar.

  Las características generales de los jardines de la edad media, es que fueron jardines de pequeñas dimensiones, que solo estaban localizados en los monasterios o en los castillos, su carácter no era público, eran recintos cerrados y su finalidad era básicamente el disfrute estético, mediante el cultivo de unos pocos arbustos y plantas florales, así como el uso práctico, mediante el cultivo de hortalizas, verduras y árboles frutales, así como plantas aromáticas y medicinales, pese a su carácter eminentemente práctico, debido a las dificultades y penurias económicas y alimenticias de la época, que no dejaban lugar a grandes lujos, la jardinería de la época seguía recordando el concepto de jardín como evocador del Paraíso, como un “locus amoenus” (lugar delicioso).

  En los jardines monásticos, es en el claustro donde generalmente se situaba el jardín con un pozo o fuente de agua, servía de lugar de recogimiento para los monjes, como he comentado anteriormente, es un tipo de jardín donde se cultivaban árboles frutales, una huerta y plantas medicinales, anteponiendo la funcionalidad a la estética, generalmente era estructurado partiendo del huerto, o alrededor de la fuente o del estanque, con bancos de piedra para sentarse y siempre de dimensiones relativamente modestas, su forma es sencilla, se compone de una planta cuadrangular subdividida en otras rodeadas por vallas adornadas con enredaderas, luego se le añaden parterres geométricos, hechos con setos recortados y el centro del jardín está ocupado por un pozo o una fuente. El jardín monástico floreció gracias a los conocimientos conservados por los monjes, especialmente benedictinos, que guardaban tratados agrícolas de procedencia Romana, al tiempo que asimilaron conocimientos de la agronomía Islámica gracias sobre todo a los monjes mozárabes que repoblaron la línea del río Duero y el sur de Galicia.

  Por lo tanto, la visión del claustro, tal como nos ha llegado a nuestros días, ya que hoy en día hay ejemplos en muchos lugares de Europa, (en España contamos con el real monasterio de Santa María de Poblet en Tarragona, muestra de una jardinería medieval, es el mayor conjunto monástico de Europa occidental, fue el panteón de los monarcas de la Corona de Aragón durante los siglos XIII y XIV, se trata de uno de los monasterios más importantes de la Iglesia latina), la visión del claustro, es la de un recinto porticado abierto al aire libre y rodeado del resto de estancias monásticas, que servía y sirve de lugar de descanso y también de meditación para los monjes, generalmente se buscaban emplazamientos protegidos del viento, con tierras fértiles y con buena irrigación.

  El claustro siempre es un recinto cerrado, esto simboliza el encierro del hombre en su interior y su dedicación a Dios, podía ser rectangular, pero generalmente era cuadrado, es también una forma simbólica, que aludía a los cuatro elementos, los cuatro evangelios, las cuatro virtudes cardinales, o los cuatro ríos del paraíso, este simbolismo también viene dado en las plantas, así vemos que las rosas representan el amor de Dios, las azucenas la pureza virginal, las manzanas el pecado original, las hojas trifoliadas de las fresas el misterio de la santísima trinidad, el lirio representaba a la estirpe de David, la vid aludía al árbol de Jesé, el higo chumbo apelaba a la Pasión de Cristo, Los cipreses imponen su espiritualidad levantándose verticalmente hacia el cielo, los elementos de agua, albercas o fuentes representan el bautismo y la purificación así como la vida eterna, símbolo de vida y reflejo del cielo, en ocasiones se introducen laberintos como símbolo de la búsqueda de la belleza y la verdad.


  De los jardines cortesanos, de castillos o de palacios, no han quedado apenas vestigios, y es solo conocido mediante documentos literarios o pinturas, de lo que se deduce que solían ser de pequeñas proporciones, completamente cerrados por muros o mimbreras, disponían de diversos elementos, como mesas de piedra o mármol, templetes, pérgolas, fuentes y albercas, y con paseos formados por celosías y treillages, (arcadas con enrejados de madera que proporcionaban sombra), en cuanto a la jardinería, mantenían una similitud con los jardines monásticos, estando mas enfocados a la subsistencia y la autonomía, en algunos jardines de palacios reales surgió la costumbre de alojar animales como patos, cisnes o pavos reales, convirtiéndose algunas veces en pequeños zoológicos que podían albergar animales más exóticos, como leones y leopardos.


  En España hay noticias de este tipo de jardín en Valladolid, Aranjuez, Barcelona, Uclés, Burgos y en el Palacio Real de Valencia, en Valencia, los Jardines del Real se remontan a una antigua almunia, (huerto de recreo árabe) del siglo XI, que serían posteriormente ampliados en estilo mudéjar, con un trazado cruciforme de trama ortogonal, donde destacaban los setos de boj o arrayán recortados en topiaria con diversas formas, desde edificios y altares hasta guerreros y elefantes, como se puede ver, ya en esta época los jardines mantienen unas constantes y unos elementos heredados de los jardines de las civilizaciones Romana e Islámica y que a su vez han perdurado hasta nuestros días.



Ramón Gijón, delineante proyectista
Fuente: botanical-online.com