sábado, 9 de febrero de 2019

Grupos de plantas, VI

Las plantas trepadoras y enredaderas.

  Antes que nada, hay que aclarar que cuando se habla de plantas trepadoras, no debemos confundirlas con las plantas enredaderas, muchas personas creen que se habla de lo mismo, pero lo único que tienen en común, es que ambos tipos crecen de manera desmesurada alargando sus tallos de una manera exagerada, pero en el caso de las enredaderas, para que crezcan y puedan extenderse, necesitan un soporte artificial, como una ventana, unas varillas o una celosía para poder sujetarse y además, hay que guiarlas en el camino, cuando se trata de balcones, estas plantas adoptan la forma de cascadas, es decir son plantas colgantes, porque éstas se dejan vencer por la gravedad.

  Sin embargo, en el caso de las plantas trepadoras, al igual que ocurre con las enredaderas, también crecen de manera desmesurada, y además trepan para decorar vallas, arcos, pérgolas o paredes, pero a diferencia de las enredaderas, éstas no necesitan ningún soporte artificial, ya que por sí solas y de manera natural, son capaces de trepar por cualquier sitio, ya que disponen de ventosas, zarcillos y otros mecanismos con los que van agarrándose a todo lo que ven, desde otras plantas, rejillas, troncos de árboles, etc. para alcanzar alturas y espacios, sin necesitar de colocar ningún soporte artificial, es decir son autoportantes.

  Otra característica común es comienzan sus vidas en el suelo y luego, a medida que van creciendo, van subiendo y alcanzan grandes alturas, en el caso de las enredaderas con algo de ayuda. Las trepadoras pueden ser arbustivas o herbáceas dependiendo de si tienen tallos leñosos o herbáceos y se pueden utilizar para la formación de un seto de poco grosor, para recubrir una pérgola generando intimidad, sombra y abrigo, o para disimular estructuras poco estéticas.

  Las plantas trepadoras, se dividen en cuatro grupos, de esta manera y atendiendo a su estrategia de fijación, tenemos trepadoras con raíces aéreas, con zarcillos, sarmentosas y con espinas.

  Las trepadoras con raíces aéreas, se caracterizan por que se adhieren a las superficies verticales a través de raíces aéreas, siendo capaces de ascender hasta muchos metros de altura, las mas características de este tipo son las hiedras, la hortensia trepadora o las clemátides.


  Las trepadoras con zarcillos, tienen la capacidad de que algunas hojas se transforman en filamentos que sirven de ventosa a la planta, por lo que pueden trepar, como ejemplos de este tipo, podemos citar a la pasiflora, los guisantes o la parra virgen.


  Las trepadoras sarmentosas o con tallos volubles, en este caso, sus tallos o peciolos son finos, largos y flexibles pudiendo enrollarlos y entrelazarlos para adaptarlos a mallas metálicas, rejas, pérgolas o espalderas, estas trepadoras no trepan por sí solas, es necesario guiarlas, como ejemplo de este tipo, podemos citar el velo de novia, la wisteria o la madre selva.


  Las trepadoras con espinas, en este caso, se valen de estructuras rígidas y agudas con las que se enganchan a soportes verticales, como ejemplo de este tipo, podemos citar a la bugamvilla, el rosal trepador o la zarza.


  Para terminar, en el caso de las enredaderas, como he comentado al principio, son aquellas cuyos tallos no son erguidos, por lo que la planta no puede sostenerse por sí misma y tiende a crecer al ras del suelo o desarrolla diferentes formas, como raicillas, que le permiten trepar por un elemento vertical, como la corteza de los árboles, en busca de luz, pero sin duda, en balcones o plantadas en cestos colgantes o a los pies de otra planta de mayor tamaño son espectaculares, voy a citar tres ejemplos de plantas enredaderas o colgantes, que particularmente me gusta poner como, la trasdencantia, la aptenia o el mesen rosado.


  Como se puede ver, disponemos de una gran la variedad donde elegir atendiendo a su porte, a su follaje o a su floración, una vez instaladas y con unos pocos cuidados son un verdadero espectáculo, solo queda sentarse en la terraza, tomar algo y a disfrutar.



Ramón Gijón, delineante proyectista.

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