Mantenimiento
del jardín, la propagación por división.
Como
ya vimos anteriormente, la reproducción asexual es un proceso muy
común en el reino vegetal que puede darse de forma natural o de
forma artificial, cuando este tipo de reproducción se realiza
mediante división natural, tenemos bulbos, cormos, tuberos,
tubérculos, rizomas, o estolones, también pueden haber acodos o
injertos de forma espontánea que den como resultado nuevas plantas;
y si se realiza mediante división artificial, tenemos injertos,
estacas, esquejes, cultivo de tejidos, acodos o espoluración.
La
reproducción por división resulta una técnica de éxito seguro
cuando se trata de plantas que se puede dividir con facilidad, de
hecho, son muchas las plantas que se propagan así en la naturaleza
utilizando diferentes mecanismos, y cuando estas plantas las
cultivamos en macetas o contenedores, cada pocos años necesitan ser
divididas para mantenerse sanas; ahora bien, según el tipo de planta
que tengamos, tendremos que aplicar diferentes procedimientos o técnicas.
Los
bulbos, se reproducen
de manera natural desarrollando nuevos bulbitos que conviene
desenterrar y dividir cada tres o cuatro años para mantener las
plantas bulbosas sanas y controladas, sobre todo si están en
contenedores o macetas, azucenas, jacintos o narcisos son de este
tipo, para ello cavaremos ligeramente con una pala pequeña o con los
dedos en busca de bulbillos pequeños que puedan haberse desprendido
del bulbo parental y separaremos los nuevos bulbos adheridos al bulbo
parental siempre que hayan desarrollado piel entre ellos.
Los
cormos, se reproducen
cada año tras haber desarrollado sus raíces y su parte aérea, al
terminar su período vegetativo en otoño, deberemos desenterrarlos y
cortar sus tallos dejando secar los cuellos, después separaremos los
nuevos cormos formados alrededor de la base del cormo viejo y los
almacenaremos protegidos del invierno para plantarlos de nuevo en
primavera, los crocus o los gladiolos son plantas de este tipo.
Los
tubérculos, su división debe realizarse antes de replantar en
primavera, para ello cavaremos con cuidado para desenterrar el
tubérculo de la planta a dividir y después examinaremos cada
tubérculo para asegurarnos de que cada división tenga al menos un
ojo en buenas condiciones, en ese caso, cortaremos el tubérculo con
una navaja bien afilada y lo replantaremos, agapanto, alocasia o
dalia son plantas de este tipo.
Los
rizomas, su división debe realizarse en primavera o al finalizar
la floración siempre que tengan tiempo de arraigar antes de las
heladas, por lo que comenzaremos cavando con cuidado para desenterrar
el rizoma de la planta a dividir y después examinaremos el rizoma
para asegurarnos de que cada división tenga al menos dos yemas de
crecimiento con hojas, además de bastantes raíces, en ese caso,
cortaremos el rizoma con una navaja bien afilada y lo replantaremos,
cala, cana índica o lirio son plantas de este tipo.
Los
estolones,
son
brotes
laterales,
son
porciones
de tallo
que surgen partiendo del tallo principal, y
mas concretamente
en
la base del mismo,
crece
horizontalmente con respecto al nivel del suelo y
pueden
surgir
perpendiculares
al suelo (epígeo), o
desarrollase de forma subterránea,
tienen
entrenudos largos y cortos alternados que generan raíces
adventicias, y
justo en la
separación de estos segmentos enraizados, es
donde se
generan
las nuevas
plántulas,
que con el tiempo serán plantas autónomas, este
tipo de reproducción es común en algunas
plantas herbáceas y
en
las
plantas estoloníferas como
las
fresas, los tréboles y las cintas, otras
especies con
estolones subterráneos son
la menta, el helecho, o algunas plantas acuáticas como la
vallisneria o la sagittaria.
También
podemos encontrarnos con plantas con un sistema
radicular fibroso, son
fáciles de dividir y cada tres o cuatro años precisan ser divididas
para permanecer saludables y controladas, la mejor época de división
es principios de primavera, aunque también en regiones con inviernos
suaves se pueden dividir en otoño, antes de iniciar la división
debemos desenterrar la planta sin dañarla y examinarla bien,
seguidamente procedemos a dividirla tratando de no dañar su sistema
radicular y utilizando herramientas afiladas para recortar las raíces
más entremezcladas y densas, la begonia es un ejemplo de este tipo.
De
igual manera, hay plantas
con una corona
de raíces carnosas o leñosas,
son las plantas más complicadas de dividir y es necesario
contar con herramientas afiladas y de buena calidad para cortar en
secciones la corona leñosa, antes de realizar los cortes, debemos
desenterrar la planta sin dañarla y examinar bien la corona de
raíces para asegurarnos de que las divisiones que realicemos tengan
un adecuado desarrollo radical como para sobrevivir por sí mismas,
la adelfa es un ejemplo de este tipo, aunque también se puede
propagar mediante esqueje.
La
división mediante chupones, los chupones son rebrotes de la raíz
que brotan con gran fuerza y pueden servirnos para reproducir la
planta separándolos de la planta madre, antes de realizar ningún
corte, exploraremos con cuidado para buscar el estolón sobre el que
crece el chupón y comprobar si cuenta con un sistema radicular
suficientemente desarrollado como para separarlo de la planta madre,
en ese caso, cortaremos el chupón y lo trasplantaremos regándolo
abundantemente para favorecer el crecimiento de raíces, muchos
frutales son ejemplo de este tipo.
La
división mediante renuevos, los renuevos son plantas jóvenes
que brotan a partir de la corona o del estolón de la planta madre y
a veces pueden confundirse con un chupón, aunque la división se
realiza en ambos casos de forma similar, muchas plantas tropicales
cultivadas como plantas de interior, se reproducen naturalmente
mediante la emisión de renuevos que obtienen agua y nutrientes de la
planta madre, siendo conveniente dividirlos una vez han desarrollado
su propio sistema radicular, los períodos más adecuados para
realizar una división de renuevos son la primavera y el otoño, la
aspidstra es un ejemplo de este tipo, la forma de proceder sería,
examinar la planta para identificar renuevos lo bastante
desarrollados, seguidamente desenterraremos la planta sin dañarla o
sacaremos el cepellón del tiesto para poder separar con delicadeza
el renuevo y sus raíces, lo antes posible, lo plantaremos en un
nuevo tiesto o al exterior, regándolo de forma generosa.
Ramón
Gijón, delineante proyectista.
Fuente:
jardinerosenaccion.es
No hay comentarios:
Publicar un comentario