sábado, 13 de abril de 2019

Jardinería sostenible.

La xerojardinería.


  La xerojardinería, como concepto comenzó en los Estados Unidos en los años 80 aplicándose especialmente en los estados del sur, como California, Texas, Arizona o Florida, en el estado de Colorado a finales de los 70, hubo un gran esfuerzo conjunto del Departamento de Aguas de Denver, la Universidad Estatal de Colorado y la Asociación de Paisajistas de Colorado, motivado por el fuerte crecimiento de la población urbana en este estado, lo que provocó la consiguiente escasez de agua.

 Endémicamente, los estados del oeste de los Estados Unidos reciben gran parte de la precipitación anual en primavera y otoño, sufriendo sequías periódicas durante el resto del año, si ha esto le sumamos la sequía generalizada en varios estados en 1977, tenemos los detonantes que dieron la señal de alarma.

  Ante este tipo de situación, la jardinería siempre es la principal afectada, ya sea por restricciones de agua, por adaptarse a las nuevas necesidades o bien resignarse a sufrir una merma en la calidad paisajística. Con el tiempo, el concepto del Xeriscape se extendió a lo largo de los Estados Unidos, incluso en los estados de elevada pluviosidad, como Georgia, esto se debe a que la mayor parte del agua es consumida durante los meses de verano, debido principalmente al riego del césped, los jardines privados y el uso generalizado de las piscinas.


  Durante todos estos años la xerojardinería ha ido cobrando una mayor importancia también fuera de los Estados Unidos, especialmente a raíz de los períodos de sequía, pero a diferencia de lo ocurrido en Estados Unidos en 1986, con la creación en su momento del National Xeriscape Council o con la creación y el desarrollo posterior de numerosos programas educativos, en el resto de países este concepto ha llegado con retraso. España no es una excepción y nos ha llegado, como tantas otras cosas, con bastantes años de retraso, de hecho hasta 1991 solo se hablaba de xerojardinería en algunos artículos, y el primer libro sobre el tema se publica en 1993, (5. Xerojardinería, compendios de Horticultura, de Ediciones de Horticultura), de la Dra. Silvia Burés considerada pionera de la xerojardinería en nuestro país.


  Cabe reseñar que en nuestro país, padecemos unas endémicas carencias hídricas, especialmente graves en ciertas cuencas hidrográficas y en determinadas regiones, y lamentablemente no ha habido ninguna iniciativa a nivel Estatal o Autonómica que aglutine, divulgue o canalice esta nueva filosofía o forma de entender la jardinería, hasta hoy todas las iniciativas han partido de colectivos o asociaciones de carácter privado o de algún patrocinio empresarial, que de forma responsable y ecológica trabajan en este sentido pero lamentablemente de forma aislada.

  La mayor parte de las Comunidades Autonómicas Españolas, pero especialmente las de la vertiente Mediterránea, ya tendrían que tener a estas alturas, elaborados programas educativos y una legislación adaptada a las circunstancias, para que de una vez por todas se abandonara paulatinamente esa jardinería paisajista Inglesa a base de enormes y costosas praderas de césped, habría que reconvertir y adaptar las zonas verdes existentes que lo necesiten y en los diseños de los nuevos jardines, ya sean públicos o privados, que fueran acordes con los principios y las técnicas de la xerojardinería.


  A nivel estético un xerojardín o jardín seco, no tiene necesariamente que estar lleno de cactus y chumberas, ni tampoco tiene que parecerse a un secarral, sin césped y dominado por los colores terrosos y marrones, en general, cualquier planta si se situa en el lugar idóneo y con los cuidados adecuados, se puede utilizar en xerojardinería, de hecho, se dispone de un abanico enorme de posibilidades en cuanto a especies y en cuanto a diseños y materiales, cobrarán mas protagonismo los pavimentos y los suelos, así como las rocallas y esto es así porque uno de los principios fundamentales es el uso eficiente del agua. El mencionado anteriormente National Xeriscape Council, de los Estados Unidos, estableció siete principios fundamentales en la xerojardinería, estos son:

1.- Planificación y diseño adecuados.
2.- Análisis del suelo.
3.- Selección adecuada de plantas.
4.- Reducción de las zonas de césped.
5.- Sistemas eficientes de riego.
6.- Uso de mulching o acolchados.
7.- Mantenimiento adecuado.

  En realidad, estos principios no solo deben ser aplicables a los xerojardines sino a cualquier tipo de jardín, ya que no es una cuestion de estilo, es solo de sentido común. Por otra parte, tampoco es una cosa nueva, ya que en los jardines Islámicos como los jardines de La Alhambra y el Generalife en Granada, tenemos un buen ejemplo de un jardín sostenible, enormemente bello y embaucador como cualquier jardín tradicional. 
 

  Por último, si nos decidimos por un jardín de xerófitas, tendremos un jardín eco sostenible, ya que nuestro diseño estará basado en el uso racional y eficiente del agua; Mayoritariamente usaremos especies autóctonas ya que son, de un modo natural eficientes hídricamente hablando, además, las especies autóctonas proporcionan alimento y refugio a un mayor número de especies silvestres, entre ellas numerosas aves, insectos y mariposas; Aprenderemos del paisaje natural que nos rodea, esto es fundamental, a imitación de éstos y de los jardines históricos, tenemos que disponer de una gran cantidad y variedad de árboles y arbustos y pocas praderas de césped, y utilizar en general, especies poco exigentes en cuanto a riego, esto es importante ya que al tener una elevada diversidad de plantas y ambientes (zonas de arboledas, arbustos, rocallas, zonas de plantas aromáticas, tapizantes, recubrimientos vegetales e inorgánicos, etc.) son de gran atractivo para la fauna silvestre; Aunque resulte paradójico, el xerojardín puede ser un lugar con mucha riqueza y vida, aunque, eso sí, con menos agua.



Ramón Gijón, delineante proyectista.

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