La
biodiversidad y la agricultura ecológica.
La
biodiversidad o diversidad
biológica
es
el
conjunto y la
variedad de formas de vida que
existe en
nuestro
planeta,
esta
biodiversidad,
de una forma directa es la
que
garantiza
el equilibrio
de los ecosistemas de todo el mundo,
y
la especie humana no
es una excepción en
ella,
ya que depende
de la biodiversidad para sobrevivir. Irónicamente, la principal
amenaza para la biodiversidad es la acción humana a través de la
deforestación, los incendios forestales, la
urbanización indiscriminada
y los cambios en el clima y por
consiguiente en
el ecosistema.
El
daño que se causa
a
la biodiversidad no sólo afecta a las especies que la
habitan en ese lugar, sino
que perjudica mucho
a las
interconexiones
que existen
en las
relaciones entre las especies y el medio ambiente en el que viven.
Es muy triste que debido
a la deforestación, la
presión urbanística y los
incendios, muchas especies se han extinguido antes de que pudieran
ser estudiadas, o antes que se tomara alguna medida para tratar de
preservar la especie y
cuando se ha hecho, ya ha sido demasiado tarde.
Para
la agricultura ecológica,
la diversidad biológica, es uno de los pilares fundamentales para el
desarrollo sostenible, ayudando al mantenimiento de esta diversidad
biológica y cultural, esto es así, porque el
fundamento de la
agricultura
ecológica
está basado
en las prácticas
respetuosas con la naturaleza, mediante
el
uso de variedades locales, la
rotación y la diversidad de cultivos, (Ver
art. La rotación de los cultivos)
un
control de plagas mediante
un uso
integrado y
una
lucha
biológica, (Ver
art. La lucha biológica)
el
laboreo
cultural, la
fertilización
orgánica y el
pastoreo controlado, (Ver
art. Las enmiendas)
así
como el uso
de energías alternativas y la
gestión
del agua, ya
que ha de ser sostenible, no
aplicando pesticidas, biocídas y fertilizantes químicos y
no
contaminando con productos que no sean biodegradables, lo que se
traducirá en una mayor presencia de insectos parásitos y
depredadores de plagas; lo que quiere decir que
además de considerar el conocimiento científico en los procesos
ecológicos, conviene y se debe retomar el conocimiento local que ha
demostrado ser útil durante generaciones y preservar la cultura
agraria de nuestros antepasados.
Por
lo tanto,
la denominada
agricultura
ecológica
o sostenible,
es
un conjunto de prácticas
encaminadas
a
centrarse
no
sólo
en la viabilidad económica de los cultivos, sino
que también
se
hace incapié en el
uso
eficaz de los recursos no renovables,
transformando
los huertos en centros de reciclaje, tan solo hay que imitar a la
naturaleza, de esta forma, los residuos de los cultivos o el
estiércol se pueden transformar en fertilizantes, (Ver
art. El compostaje casero)
el
agua de lluvia la aprovecharemos para el riego localizado (Ver
art.
Riego
localizado)
y
aprovecharemos la flora y la fauna local en el control de plagas*, y
los beneficios se traducirán en que ahorraremos dinero, obtendremos
alimentos mas
nutritivos,
mejoraremos
nuestro
entorno,
(fertilidad
del
suelo,
incremento
del
reciclaje de nutrientes, control de la erosión,
etc),
así
como
nuestra
calidad
de vida.
*
En agosto empecé a colgar en la sección de medio ambiente, una
serie de artículos sobre plantas beneficiosas para el jardín y el
huerto, en ellos describiré a las especies que acogen y su
influencia en los cultivos.
Ramón
Gijón, delineante proyectista.
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