El
jardín barroco Francés.
En
el jardín clásico Francés,
el
elemento principal
es el Palacio
y
su
inseparable
jardín, ya
que toda
la arquitectura se articula con el paisaje, en
el siglo XVIII el jardín de estilo Francés va adquiriendo peso
específico sobre el modelo Italiano, fué introducido en Francia por
Le Notre (1613-1700), este hombre era el jardinero del rey Luis XIV,
su
entusiasmo por este tipo de jardín, es porque reflejaban en el
terreno el poder y el pensamiento cartesiano de la época, también
fueron relevantes Le Vaux y le Bru, y
su máximos exponentes son los jardines de Versalles (1661-1685), los
jardines de Chantilly (1663-1700), o los jardines de Vaux le Vicomte
(1656-1661).
Como
he comentado, este jardín parte del modelo renacentista Italiano
siendo en general, un
estilo imitador en muchas de
sus características, pero en este caso, el modelo
Francés es mas abierto
mimetizándose mas en el entorno y evidentemente, la escala es mucho
mas grande, en estos jardines los parterres son mas grandes, los
setos son recortados de una forma exquisita y las fuentes y los
estanques son monumentales y espectaculares, por no hablar de las
esculturas que también juegan un papel importante.
Son
jardines muy estructurados y en el diseño de estos jardines, siempre
encontraremos una serie de pautas o elementos característicos, uno
de ellos es un eje principal potente que parece no terminar nunca,
los aterrazamientos, es una técnica muy utilizada con la que a
simple vista se tiene una visión de conjunto y al mismo tiempo los
bosquetes de fondo con sus espacios cortesanos que actúan como
limitadores del cuadro general, otro recurso omnipresente es el agua,
es la que organiza y limita el espacio, o el uso de los parterres,
que como sabemos, en el medievo eran usados como separadores de las
hierbas medicinales o de las hortalizas, cabe reseñar que la
articulación de todos estos elementos es armoniosa y proporcional
con el paisaje.
Por
lo tanto, si vemos en detalle los elementos característicos del
diseño, tendremos:
La
perspectiva, está siempre determinada por dos ejes, un gran eje
central que marca y determina el jardín y el conjunto en general, y
un eje transversal que siempre es el palacio-castillo, ambos
representan y remarcan el poder absoluto. El eje longitudinal,
como he descrito, parte del palacio-castillo determina el recorrido
visual hacia el infinito, este eje no es uniforme, ya que se juega
con efectos visuales como arboles, laminas de agua, parterres,
esculturas, etc. haciendo que se ensanche o se estreche aunque
manteniendo siempre el sentido longitudinal del eje.
La
simetría y la geometría, este es otro elemento heredado
y característico que da la geometría y el orden, dando al conjunto
su aspecto de sobriedad y de disciplina, ciertamente los diseños
geométricos son una de las características más visuales,
cuadrados, rectángulos, triángulos y círculos son creados usando
setos bajos, recortados de arbustos y matorrales. Estas figuras
geométricas se rellenan con césped, y pequeñas islas de flores,
hierbas y verduras, siempre manteniendo un patrón de color
predeterminado, otra característica común a todos ellos es que
deben observarse desde un punto alto, la planta o un mirador al que
se accede desde unas escalinatas, ya que debido a su tamaño no se
pueden apreciar.
El
agua, es un recurso que se utiliza para organizar y delimitar un
espacio determinado, originalmente era un recurso defensivo ya que
era un canal que rodeaba al palacio-castillo, estas láminas de agua
son un recurso de relevante importancia en los diseños, muy visuales
y efectivos y siempre van combinados con fuentes, cascadas, puentes a
través de los canales o las láminas de agua, crea un efecto
romántico, y da una sensación de frescura y el murmullo del agua
proporciona un suave sonido. La escala, aunque espacialmente
es gigantesca no produce estridencias y todos los elementos parecen
tener sentido y armonía adaptándose a la escala humana y al
entorno.
Los
parterres,
son siempre rectangulares, forman figuras geométricas hexagonales,
suelen ser muy recargados y barrocos, parecen tapices o alfombras,
otros en cambio son más sencillos, y están constituidos por césped,
líneas sin césped y especies arbóreas, es el recurso más
decorativo junto al palacio y su función es rellenar el vacío que
dejan los árboles cortados alrededor del mismo.
La
topiaria
(la taille), es
una disciplina que consiste en recortar y podar los árboles y
arbustos para que adquieran formas singulares, imitando figuras
geométricas como pirámides, prismas, etc., de esta manera se logran
elementos estructurales del jardín que enfatizan la verticalidad, el
recurso
de los topiarios en el jardín Francés
refuerza
la consolidación del
eje central con los
trazados
horizontales de los
parterres
geométricos y simétricos, sus
setos bajos, son tallados
de
diferentes formas geométricas, así
como
los árboles formados y tallados en cortina, siendo
un recurso muy utilizado.
Los
bosquetes, son un tipo de bosque de jardín que se suele podar y
acondicionar para albergar espacios destinados a la reunión o al
recreo, pueden ser irregulares o en “quincunx”, es decir,
grupos de cinco árboles dispuestos como en el dibujo del número
cinco de los dados, y que repetido sucesivamente genera unas
arboledas alineadas en ángulo recto o diagonal, son un sistema de
avenidas en diagonal que se flanquean con bosquetes que a su vez,
enmarcan la zona de los parterres, de esta manera la vista no se
pierde en los laterales y se fija en la lejanía, lo que acentúa el
efecto de amplitud y perspectiva del jardín. Esto nos lleva a la
subdivisión lateral, que como acabo de mencionar adoptan
diferentes formas ubicándose en estos lugares los parterres, los
laberintos de setos, los bosquetes, las arboledas y otros espacios
mas o menos singulares. Los paseos, son siempre rectilíneos,
generalmente se disponen uno o varios paseos transversales que cortan
el eje principal y delimitan los parterres y bosquetes.
Las
terrazas, es otro elemento importante y muy característico, el
palacio-castillo generalmente está ubicado en una pequeña colina o
promontorio, con lo que se aterraza la superficie para ofrecer una
vista completa del jardín, donde los visitantes pueden disfrutar de
una visión de conjunto y ver la belleza del mismo, este sistema de
aterrazamientos también se aplica a las láminas de agua. Y por
último, mencionar la ornamentación, en el jardín Francés
este recurso es vital, se usan mucho las pérgolas, los bancos, las
esculturas que emergen de los paseos o de las láminas de agua,
lámparas, escaleras, pajareras, zoológicos, templetes, en todo caso
enfatizan zonas determinadas del jardín, siendo un recurso muy
efectivo.
Un
ejemplo en España de este tipo de jardín lo tenemos en el Palacio
real de la granja de San Ildefonso, en Segovia, con
una extensión de 146 hectáreas, de las cuales 67 son de bosque, los
jardines que
rodean
el palacio son uno de los mejores ejemplos del diseño de los
jardines
de la Europa del siglo XVIII.
Su creación, en el año 1720, se debe a Felipe V, se
concibieron con
la idea de que tuvieran más importancia que el propio Palacio,
fué
el
primer Borbón Español
que, conocedor de los grandes jardines Franceses
en que había discurrido su infancia y primera juventud, quiso
emularlos en un paraje singular muy
próximo
a Segovia. Estos
jardines fueron proyectados
por el ingeniero Merchán, la
jardinería fué
diseñada
y
realizada
por
Carlier y
Boutelou,
Carlier falleció en 1722, y su trabajo fue continuado por su
compatriota Esteban Boutelou.
Son
unos jardines excepcionales fieles
a este estilo,
están
adornados
ricamente con estatuas, jarrones y bancos, son
especialmente
conocidos por sus juegos de agua, cascadas y fuentes, que componen
con sus surtidores y sus
estatuas
maravillosos y asombrosos espectáculos, entre
las fuentes hay que destacar la de la Fama, con un altísimo
surtidor, o la barroca de los Baños de Diana, la de Latona, la del
Abanico, con sus finísimos surtidores, la magnífica Carrera de
Caballos, o la impresionante Cascada frente a la fachada de palacio,
sin olvidar su restaurado laberinto.
Frente a Palacio se dispuso un jardín con tres ejes paralelos
delimitados por las
Fuentes
de la Cascada
Nueva,
la Carrera
de Caballos
y La
Ría.
Los
jardines se
desarrollaron con parterres
y bosquetes
marcados por setos,
así como con alineaciones de tilos
y castaños de Indias.
Delante de la Colegiata destacan las magníficas sequoias
en los llamados Jardines
del Medio Punto.
Hay
que destacar sus espectaculares fuentes,
sus grupos
escultóricos
y las estatuas
de Thierry, Demandré, Pitué, Fremin y Bousseau.
Pasear
por los Jardines
de La Granja
es pasear por el ambiente palaciego de tres siglos atrás, allí
nos esperan las impresionantes fuentes
de influencia mitológica y respiraremos el aire puro de la sierra
combinado con el aire fresco de la centenaria vegetación del lugar.
Sin darnos cuenta, dejamos atrás las ordenadas plantaciones del
jardín
y nos adentramos en la zona
boscosa
del Palacio. Si seguimos los caminos que ascienden a la parte alta
llegamos al
denominado
“el
Mar”,
es
un depósito
en forma de lago que no nos dejará indiferentes y cuya
agua, canalizada, nutre a todas fuentes, usando
inteligentemente
las pendientes naturales de las colinas que circundan el palacio como
ayuda para la perspectiva visual y como fuente de energía para hacer
brotar el agua de cada una de las veintiuna fuentes monumentales que
decoran el parque. Al contrario que en Versalles, donde tenían
muchos problemas para conseguir la presión del agua para las
fuentes, en el Palacio de la Granja se utilizó la propia pendiente
natural del terreno para conseguir una presión no vista hasta
entonces en la época lo que permite que algunas fuentes superen los
40 metros de altura.
Ramón
Gijón, delineante proyectista.
Fuentes:
jardinfrances.wordpress.com,
segoviaunbuenplan.com
y
botanical-online.com
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