domingo, 17 de noviembre de 2019

Los muros.

Los muros.


  Este es un elemento que siempre está presente en el jardín, según su función pueden ser de mayor o menor envergadura, los podemos tener para contener una terraza, para delimitar un arriate, para dividir espacios, o para delimitar la parcela entre otras cosas. Pueden estar hechos con piedras, con ladrillos macizos, con bloques prefabricados de hormigón vibrado, con tablas o traviesas de madera, y en diseños mas contemporáneos los podemos ver de acero corten, madera o también de gavión, las posibilidades son muchas. En cualquier caso, se trata de un elemento que no pasa desapercibido y no deja indiferente, ya que con un buen diseño se integran en el jardín y en su entorno, llegando a ser un elemento decorativo por su belleza.

  La presencia de los muros en la jardinería y en la agricultura es muy antigua, (ver el art. “El bancal escalonado), aunque su función en la jardinería no es la misma que en la agricultura, el concepto siempre es el mismo, retener y afianzar los desniveles y así conseguir un mayor aprovechamiento del terreno. Por lo tanto como es un elemento que está sometido a unos esfuerzos, necesitará nuestra atención ya que para cumplir su función tiene que estar en buenas condiciones de firmeza y estabilidad, sobre todo cuando se trata de muros de mampostería en seco.


  Si tenemos que hacer un murete nuevo, primero se cavará una zanja con una anchura superior a la del muro y una profundidad que dependerá de la consistencia del terreno, pero lo normal serán unos 5 o 7 cms. cuidando de que esté nivelada, a continuación se verterá hormigón, apisonando y nivelando la masa dejando que fragüe. Posteriormente colocaremos las piedras de mayor tamaño en la primera hilada recibiéndolas con mortero, en la siguiente hilada se irán colocando las piedras cuidando de la horizontalidad y el buen asiento, así hasta la altura requerida, a ser posible es conveniente que las llagas entre las piedras queden rehundidas ya que facilitará que las plantas trepadoras se agarren mejor.


  Si el murete fuese de ladrillos, se procede de la misma manera y la colocación sería con un grosor de medio pie para muretes pequeños y de un pie para muretes mas altos o de contención, siendo los aparejos mas usados el “ingles” o el “flamenco”, en bloques de hormigón es lo mismo, pudiendo usar bloques de 10 cms. o de 20 cms. de grosor pero en las esquinas o cada cierta distancia hay que reforzar con unas varillas de acero. En muchos sitios se utiliza una técnica mixta, es decir, un muro interior de medio pie hecho con ladrillo macizo y por delante de este un muro de piedra, que es el que se verá, la cámara que queda entre uno y otro interiormente facilita el drenaje.


  Cuando se trata de muros de delimitación, el mantenimiento estará centrado en mantener en buenas condiciones los paramentos con una buena pintura pétrea si son enfoscados, en caso de ladrillos vistos habrá que cepillar aquí y allá de vez en cuando, y en los de madera aplicar un protector de buena calidad cada cinco o seis años. En caso de tener cerca arbustos grandes o pequeños arbolillos, hay que tener cuidado de que las ramas no golpeen los paramentos para evitar daños en las ramas y en los cerramientos.



Ramón Gijón, delineante proyectista.

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