sábado, 19 de junio de 2021

Plantas de verano.

Clavel, una planta para el verano.

  La mayor parte de las especies Dianthus poseen hojas angostas, anchas, acintadas, van desde el verde pálido, verde mate o verde azulado, que emergen desde una densa masa basal, o a partir de la propagación de tallos esbeltos. La especie procede del sur de Europa, principalmente de la zona mediterránea. Es una de las más comunes y populares de las aproximadamente 300 especies del género, Pero todas las variedades tienen en común que forman matas poco ramificadas, pero con muchos tallos de porte erguido, y al final de ellos aparecen sus características flores aisladas.

  Las flores se encuentran en una infinidad de colores que van desde el rojo asalmonado al carmín, pasando por el rosa, el blanco o bicolores, por lo general se la cultiva como anual. Son plantas de floración estival y por ello precisan una exposición a pleno sol para que puedan formar una buena y abundante floración, se hecho, en regiones con un clima moderado estas plantas llegan con flor hasta mediados del otoño.

  Se deben regar con moderación durante todo el año, teniendo especial precaución con los riegos si se cultivan en maceta, toleran mejor cierta sequía que el exceso de agua, incluso en pleno verano. Hay que evitar a toda costa los estancamientos del agua, ya que acabarían con estas plantas. No son muy exigentes en cuanto al suelo, siempre y cuando sea poroso y permita expulsar el agua sobrante del riego, mejor si es ligeramente alcalino.


  La alegre floración tiene lugar prácticamente durante todo el año, pudiendo alcanzar hasta los 80 centímetros de altura. Existen híbridos y variedades de tamaño enano y con flores más pequeñas y de diferentes colores únicos o más o menos mezclados. Esta variedad es ampliamente utilizada como flor cortada para la realización de ramos.

  En general, requiere ubicaciones a pleno sol y riegos abundantes en los periodos de desarrollo y florecimiento, de esta manera, su etapa de floración se puede alargar notablemente retirándole todas las flores marchitas. La fertilización es esencial ya que tiene una considerable necesidad de nutrientes por lo que hay que abonarla una vez a la semana. La multiplicación no resulta demasiado difícil, se realiza por esquejes a finales verano, se cortan los tallos con un par de hojas y se ponen a enraizar en ambiente cálido, también se propaga por semillas aunque pueden tardar en germinar dos o tres semanas.



Ramón Gijón, delineante proyectista.

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