domingo, 17 de mayo de 2020

Los estanques

Los estanques.

 El agua en los jardines es un elemento que ha estado siempre presente y desde muy antiguo, ya que los Egipcios ya incorporaban láminas de agua y albercas en sus jardines, (Ver art. Los jardines en el antiguo Egipto) a lo largo del tiempo esta incorporación siempre ha estado motivada por la necesidad de almacenar, regular y regar, pero también ha estado motivada por la estética, la frescura, y las sensaciones que trasmiten, por lo que la presencia de estanques, albercas, regueros, saltos de agua o fuentes en los jardines pueden llegar a ser unos elementos con gran protagonismo y muy sugerentes.


  El agua en un jardín aporta vida, sonido y frescura, y la podemos incorporar a nuestro jardín sin tener que hacer un gran desembolso, ya que en jardines pequeños podemos optar por maceteros cerámicos o metálicos sellados a los que podemos incorporar un pequeño surtidor que nos aportará un leve murmullo, otra opción es un humilde bebedero de pájaros, que arropado por una pequeña isla de plantas da muy buen resultado, en los jardines mas grandes con la planificación adecuada, podemos optar por láminas de agua, estanques naturalizados, arropándolos con plantas acuáticas, (Ver art. Plantas acuáticas) también les podemos incorporar pequeños juegos de agua.


  En el caso de los huertos, si en la parte mas alta del terreno tenemos la suerte de disponer de una alberca, aparte de ser un elemento de gran valor histórico, de hecho, en muchos municipios están protegidas, las antiguas suelen tener un pozo o una noria de donde se extraía o se extrae el agua, es un elemento de gran valor estético y práctico, ya que podemos regar por gravedad con su agua. Si no disponemos de una, una buena opción es incorporar una nueva, podemos aprovechar el agua de lluvia, por lo que vale la pena ya que un sistema sostenible y ecológico de riego.


  A la hora de realizar un estanque o una alberca, aparte de elegir el emplazamiento adecuado, hay que ser cuidadoso en la estanqueidad del vaso, sobre todo si el agua va ha estar en movimiento. En ambos casos el proceso siempre será el mismo, se excava con la forma y profundidad deseadas, evitando piedrecillas o raíces, se echa una capa de mortero con una relación 1:6, de unos 3 cms. de grosor, seguidamente colocamos el recubrimiento, que puede ser de butilo, pvc, o pvc reforzado, estos productos se venden en rollo por lo que nos cortarán la medida precisa, teniendo en cuenta las dimensiones, hay que añadir 50 cms. mas en todo el perímetro, sobre el recubrimiento verteremos otra capa de mortero de 2 o 3 cms. por último podemos pintar el vaso con una pintura hidrófuga, y colocar las piedras y la decoración de los bordes.


  También disponemos de otras opciones como usar elementos prefabricados de plástico o de fibra de vidrio, o usar hormigón armado para la realización del vaso. También hay que pensar en la elección de la bomba eléctrica, si vamos a poner en circulación el agua o si queremos un pequeño surtidor, y la ubicación de una toma eléctrica con toma de tierra para que funcione la bomba, que necesariamente debe de estar cerca del estanque.



Ramón Gijón, delineante proyectista.

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