Los
estanques.
El
agua en los jardines es un elemento que ha estado siempre presente y
desde muy antiguo, ya que los Egipcios ya incorporaban láminas de
agua y albercas en sus jardines, (Ver art. Los jardines en el antiguo Egipto) a
lo
largo
del tiempo esta incorporación siempre ha estado motivada por la
necesidad de almacenar, regular y regar, pero también ha estado
motivada por la estética, la frescura, y las
sensaciones
que trasmiten,
por lo que la presencia de estanques, albercas, regueros, saltos de
agua o fuentes en los jardines pueden
llegar
a ser unos
elementos con
gran protagonismo
y
muy sugerentes.
El
agua en un jardín aporta vida, sonido y frescura, y la podemos
incorporar a nuestro jardín sin tener que hacer un gran desembolso,
ya que en jardines pequeños podemos optar por maceteros
cerámicos o metálicos sellados a
los que podemos incorporar un pequeño surtidor
que
nos aportará un leve murmullo, otra
opción es un humilde bebedero de pájaros, que arropado por una
pequeña isla de plantas da muy buen resultado, en los jardines mas
grandes con
la planificación adecuada, podemos
optar por láminas de agua, estanques naturalizados, arropándolos
con plantas acuáticas,
(Ver art. Plantas acuáticas)
también
les podemos incorporar pequeños juegos de agua.
En
el caso de los huertos, si
en
la parte mas alta del terreno tenemos
la
suerte de disponer de una
alberca, aparte de ser un elemento de
gran valor histórico,
de
hecho, en muchos municipios están protegidas, las
antiguas suelen tener un pozo o una noria de donde se extraía
o se extrae
el agua, es un
elemento de
gran valor estético
y
práctico,
ya que podemos regar por gravedad con su agua. Si
no disponemos de una, una buena opción es
incorporar una
nueva, podemos aprovechar el agua de lluvia, por lo que vale la pena
ya que un sistema sostenible y ecológico de riego.
A
la
hora de realizar un estanque o una alberca, aparte de elegir el
emplazamiento adecuado, hay que ser cuidadoso en la estanqueidad del
vaso, sobre todo si el agua va ha estar en movimiento. En
ambos casos el
proceso siempre será el mismo, se excava con la forma y profundidad
deseadas, evitando piedrecillas o raíces, se echa una capa de
mortero con una relación 1:6, de unos 3 cms. de grosor, seguidamente
colocamos el recubrimiento, que puede ser de butilo, pvc, o pvc
reforzado, estos productos se venden en rollo por lo que nos cortarán
la medida precisa, teniendo en cuenta las dimensiones, hay que añadir
50 cms. mas
en todo el perímetro, sobre
el recubrimiento verteremos otra capa de mortero de 2 o 3 cms. por
último podemos pintar el vaso con una pintura hidrófuga, y colocar
las piedras y la decoración de los bordes.
También
disponemos de otras opciones como usar elementos prefabricados de
plástico o de fibra de vidrio, o usar hormigón armado para la
realización del vaso. También hay que pensar en la elección de la
bomba eléctrica, si vamos a poner en circulación el agua o si
queremos un pequeño surtidor, y la ubicación de una toma eléctrica
con toma de tierra para que funcione la bomba, que necesariamente
debe de estar cerca del estanque.
Ramón
Gijón, delineante proyectista.
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