Las
cubiertas ajardinadas.
Las
cubiertas
ajardinadas
o vegetales son aquellas
que contienen elementos vegetales vivos como parte integral del
sistema de
la cubierta,
esto
es lo que las diferencia de las terrazas ajardinadas o
los huertos urbanos,
ya que las
plantas colocadas en recipientes no forman parte integral de la
cubierta
y por lo tanto no
son
cubiertas
ajardinadas,
el diseño de las cubiertas
ajardinadas
ayuda a la protección del medio ambiente disminuyendo el impacto
negativo
que
tiene
éste en el
desarrollo humano en
grandes poblaciones,
ciertamente,
su
instalación
contribuye a crear edificios y espacios urbanos
que
mejoran
el
medio ambiente, ya que purifican el aire, limpian el agua y ahorran
energía, entre otras ventajas, se
puede decir que la vegetación en el techo del edificio reemplaza a
la que fue destruida para construirlo. Como todos los techos, la
función más importante de un techo verde es la protección contra
el agua y el soleamiento y
debido
al aporte al medio ambiente que les rodea, y al ahorro energético
que le brindan al edificio, los techos verdes son un elemento
importante a la hora de diseñar y construir una
arquitectura
sostenible.
A
diferencia de lo que ocurre en la naturaleza, donde las plantas
arraigan profundamente en la tierra y de ella reciben el agua y los
nutrientes que necesitan, las plantas de las cubiertas carecen de un
sustrato profundo y de esta alimentación natural.
Muchas
firmas comerciales han desarrollado sistemas
que
suplen la carencia de tierra natural y permiten crear un espacio
vital sostenible para muchas y variadas formas de vegetación. Todas
las cubiertas, ajardinadas o no, necesitan mantenimiento, el
mantenimiento de las cubiertas verdes va intrínsecamente ligado al
tipo de vegetación utilizado y a la correcta evacuación de las
aguas sobrantes. El tipo de vegetación condicionará el tipo de
trabajo que deberemos desarrollar y la frecuencia con que deberá
realizarse, ya
que no es lo mismo una plantación
extensiva con sedums
y vivaces, que
una
extensiva con herbáceas, o
herbáceas
y sedums,
o herbáceas, sedums
y aromáticas, una
plantación semi-extensiva,
o
una plantación intensiva.
Por
lo general, todas las instalaciones se estructuran en:
1.
Las láminas antirraíz
protegen
la impermeabilización de perforaciones por las raíces.
2.
Las mantas protectoras
protegen
las láminas antirraíz de daños producidos por golpes y retienen
agua y nutrientes para las plantas.
3.
Las capas drenantes
almacenan
agua de la lluvia y del riego en las cavidades superiores de las
placas y conducen el agua sobrante de manera rápida y segura a los
sumideros de la cubierta a través de sus canaletas inferiores. Al
tiempo que aseguran una adecuada oxigenación de la tierra vegetal y
de las plantas.
4.
Las capas filtrantes
evitan
que los granos finos de la capa adhesiva superior se corroan y
aseguran al mismo tiempo una capa portante estable y un
funcionamiento seguro del drenaje.
5.
La capa vegetal.
6.
La capa del sustrato.
7.
Soporte estructural.
Normalmente
es muy común la combinación de las cubiertas ajardinadas
junto a instalaciones de agua caliente sanitaria mediante paneles
solares, las grandes
instalaciones de energía solar las
encontramos mayormente en
zonas áridas de escasa utilidad para la agricultura, pero
en
las ciudades, contamos con
miles de metros cuadrados de terrazas de escaso uso que se prestarían
perfectamente para instalaciones de paneles solares. Y otra ventaja
que ofrecen
los sistemas combinados de cubierta verde
y energía solar es,
que la
temperatura ambiental de los materiales en
los colectores solares
influye sobre el rendimiento de las células solares, ya
que a medida que aumenta la
temperatura del material, disminuye el rendimiento, en
las cubiertas verdes
está comprobado que se
suaviza la temperatura
ambiental y con ello baja la temperatura superficial de los paneles y
por lo tanto
aumentan su
rendimiento.
En
cuanto al riego, de entrada, en un clima seco y cálido, como el
Mediterráneo, todos los tipos de cubiertas verdes necesitan riego,
incluso las extensivas con Sedums, no tenemos que olvidar, sin
embargo, que el objetivo de las cubiertas extensivas es que se
naturalicen y dependan lo menos posible de la intervención humana,
por lo que deberemos utilizar el riego para asegurar una correcta
implantación de la vegetación, reduciéndolo paulatinamente hasta
el punto de que solo tengamos que aportar agua en casos de sequía
extrema. Por lo tanto, la sostenibilidad de la cubierta verde a largo
plazo dependerá en gran medida de la correcta gestión del riego, ya
que un exceso en el aporte de agua no permite a la vegetación
adquirir la rusticidad necesaria para sobrevivir por sí sola y
favorece la aparición de especies oportunistas, aumentando así las
necesidades de mantenimiento.
Partiendo
de esta base, deberemos elegir el sistema de riego automático según
el tipo de cubierta y sus condicionantes particulares, y
dado
que las cubiertas, en general, se
ven afectadas por el viento,
el tipo de riego más comúnmente utilizado es el riego localizado
(riego por goteo), éste
nos permite aportar agua de forma controlada sin desplazamientos ni
pérdidas, y
tiene
además la ventaja de reducir el consumo de agua.
De
todo lo expuesto en este artículo, se deduce claramente que su
implantación paulatina en las grandes ciudades, se traduce en una
serie de ventajas a nivel ambiental, a nivel social y a nivel
económico, prueba de ello es la legislación al respecto en países
como Francia, Holanda, o Alemania entre otros en Europa o Canadá en
Norteamérica, a modo de ejemplo, podemos
enumerar algunas de ellas como:
Las
cubiertas verdes, ya sean huertos urbanos o cubiertas ajardinadas,
además de influir en la mejora del clima de la ciudad, también
optimizan el aislamiento térmico y el aislamiento acústico, ya que
conservan mas el calor en el edificio, además estos edificios son
considerados a largo plazo, más económicos que los que disponen de
cubiertas convencionales.
Las
cubiertas ajardinadas, nos llevan en esencia, a una construcción
ecológica y económica, ya que este tipo de cubiertas son capaces de
retener hasta el 90% de la precipitación, una gran parte de esta
agua es devuelta a la atmósfera, el resto fluye de forma retardada a
los sistemas de desagüe.
Mejoran
del clima urbano, ya que reducen el calentamiento atmosférico y
humedecen el ambiente urbano creando así un clima más agradable.
Reducen
la contaminación, ya que actúan como un filtro que retiene
elementos tóxicos, por lo que contribuyen a reducir la contaminación
atmosférica. Del mismo modo, el sustrato filtra el agua de la lluvia
reduciendo en ella las sustancias nocivas.
Mejoran
la protección contra el ruido, reduciendo la reflexión sonora hasta
3 dB y son capaces de mejorar la insonorización hasta 8 dB. así,
son ideales para edificios rodeados de focos ruidosos.
Nos
ofrecen un espacio vital adicional, ya que compensan gran parte de
las zonas verdes perdidas a causa de la urbanización, siendo los
ajardinamientos extensivos son los que ofrecen mayores posibilidades
de compensación.
Favorecen
el reciclaje, ya que los elementos de drenaje de las cubiertas
ajardinadas están fabricados con materiales reciclados, como el
caucho y el polietileno, contribuyendo así a preservar materias
primas.
Tampoco
hay que olvidar que las hierbas silvestres en el techo verde generan
aromas agradables y dan alojamiento a insectos y escarabajos, además
de ser estéticos, por lo que influyen positivamente en el buen
estado de ánimo y en la distensión de las personas.
Por
lo tanto, las cubiertas ajardinadas o los
huertos urbanos, como ya vimos en el mes anterior, hacen que el
entorno urbano sea mas humano y eco-sostenible, haciendo que
encontremos un equilibrio entre el agresivo medio urbano y nuestra
salud y bienestar, por lo que también podríamos encuadrarlos en la
filosofía de los jardines terapéuticos, tema que trataré mas
adelante en otro artículo.
Ramón
Gijón, delineante proyectista.
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