jueves, 20 de diciembre de 2018

Cubiertas verdes, II.

Las cubiertas ajardinadas.

  Las cubiertas ajardinadas o vegetales son aquellas que contienen elementos vegetales vivos como parte integral del sistema de la cubierta, esto es lo que las diferencia de las terrazas ajardinadas o los huertos urbanos, ya que las plantas colocadas en recipientes no forman parte integral de la cubierta y por lo tanto no son cubiertas ajardinadas, el diseño de las cubiertas ajardinadas ayuda a la protección del medio ambiente disminuyendo el impacto negativo que tiene éste en el desarrollo humano en grandes poblaciones, ciertamente, su instalación contribuye a crear edificios y espacios urbanos que mejoran el medio ambiente, ya que purifican el aire, limpian el agua y ahorran energía, entre otras ventajas, se puede decir que la vegetación en el techo del edificio reemplaza a la que fue destruida para construirlo. Como todos los techos, la función más importante de un techo verde es la protección contra el agua y el soleamiento y debido al aporte al medio ambiente que les rodea, y al ahorro energético que le brindan al edificio, los techos verdes son un elemento importante a la hora de diseñar y construir una arquitectura sostenible.


  A diferencia de lo que ocurre en la naturaleza, donde las plantas arraigan profundamente en la tierra y de ella reciben el agua y los nutrientes que necesitan, las plantas de las cubiertas carecen de un sustrato profundo y de esta alimentación natural.
Muchas firmas comerciales han desarrollado sistemas que suplen la carencia de tierra natural y permiten crear un espacio vital sostenible para muchas y variadas formas de vegetación. Todas las cubiertas, ajardinadas o no, necesitan mantenimiento, el mantenimiento de las cubiertas verdes va intrínsecamente ligado al tipo de vegetación utilizado y a la correcta evacuación de las aguas sobrantes. El tipo de vegetación condicionará el tipo de trabajo que deberemos desarrollar y la frecuencia con que deberá realizarse, ya que no es lo mismo una plantación extensiva con sedums y vivaces, que una extensiva con herbáceas, o herbáceas y sedums, o herbáceas, sedums y aromáticas, una plantación semi-extensiva, o una plantación intensiva.


 Por lo general, todas las instalaciones se estructuran en:

1. Las láminas antirraíz
protegen la impermeabilización de perforaciones por las raíces.
2. Las mantas protectoras
protegen las láminas antirraíz de daños producidos por golpes y retienen agua y nutrientes para las plantas.
3. Las capas drenantes
almacenan agua de la lluvia y del riego en las cavidades superiores de las placas y conducen el agua sobrante de manera rápida y segura a los sumideros de la cubierta a través de sus canaletas inferiores. Al tiempo que aseguran una adecuada oxigenación de la tierra vegetal y de las plantas.
4. Las capas filtrantes
evitan que los granos finos de la capa adhesiva superior se corroan y aseguran al mismo tiempo una capa portante estable y un funcionamiento seguro del drenaje.
5. La capa vegetal.
6. La capa del sustrato.
7. Soporte estructural.


  Normalmente es muy común la combinación de las cubiertas ajardinadas junto a instalaciones de agua caliente sanitaria mediante paneles solares, las grandes instalaciones de energía solar las encontramos mayormente en zonas áridas de escasa utilidad para la agricultura, pero en las ciudades, contamos con miles de metros cuadrados de terrazas de escaso uso que se prestarían perfectamente para instalaciones de paneles solares. Y otra ventaja que ofrecen los sistemas combinados de cubierta verde y energía solar es, que la temperatura ambiental de los materiales en los colectores solares influye sobre el rendimiento de las células solares, ya que a medida que aumenta la temperatura del material, disminuye el rendimiento, en las cubiertas verdes está comprobado que se suaviza la temperatura ambiental y con ello baja la temperatura superficial de los paneles y por lo tanto aumentan su rendimiento.


  En cuanto al riego, de entrada, en un clima seco y cálido, como el Mediterráneo, todos los tipos de cubiertas verdes necesitan riego, incluso las extensivas con Sedums, no tenemos que olvidar, sin embargo, que el objetivo de las cubiertas extensivas es que se naturalicen y dependan lo menos posible de la intervención humana, por lo que deberemos utilizar el riego para asegurar una correcta implantación de la vegetación, reduciéndolo paulatinamente hasta el punto de que solo tengamos que aportar agua en casos de sequía extrema. Por lo tanto, la sostenibilidad de la cubierta verde a largo plazo dependerá en gran medida de la correcta gestión del riego, ya que un exceso en el aporte de agua no permite a la vegetación adquirir la rusticidad necesaria para sobrevivir por sí sola y favorece la aparición de especies oportunistas, aumentando así las necesidades de mantenimiento.

  Partiendo de esta base, deberemos elegir el sistema de riego automático según el tipo de cubierta y sus condicionantes particulares, y dado que las cubiertas, en general, se ven afectadas por el viento, el tipo de riego más comúnmente utilizado es el riego localizado (riego por goteo), éste nos permite aportar agua de forma controlada sin desplazamientos ni pérdidas, y tiene además la ventaja de reducir el consumo de agua.

  De todo lo expuesto en este artículo, se deduce claramente que su implantación paulatina en las grandes ciudades, se traduce en una serie de ventajas a nivel ambiental, a nivel social y a nivel económico, prueba de ello es la legislación al respecto en países como Francia, Holanda, o Alemania entre otros en Europa o Canadá en Norteamérica, a modo de ejemplo, podemos enumerar algunas de ellas como:


 Las cubiertas verdes, ya sean huertos urbanos o cubiertas ajardinadas, además de influir en la mejora del clima de la ciudad, también optimizan el aislamiento térmico y el aislamiento acústico, ya que conservan mas el calor en el edificio, además estos edificios son considerados a largo plazo, más económicos que los que disponen de cubiertas convencionales.
  Las cubiertas ajardinadas, nos llevan en esencia, a una construcción ecológica y económica, ya que este tipo de cubiertas son capaces de retener hasta el 90% de la precipitación, una gran parte de esta agua es devuelta a la atmósfera, el resto fluye de forma retardada a los sistemas de desagüe.
  Mejoran del clima urbano, ya que reducen el calentamiento atmosférico y humedecen el ambiente urbano creando así un clima más agradable.
  Reducen la contaminación, ya que actúan como un filtro que retiene elementos tóxicos, por lo que contribuyen a reducir la contaminación atmosférica. Del mismo modo, el sustrato filtra el agua de la lluvia reduciendo en ella las sustancias nocivas.
  Mejoran la protección contra el ruido, reduciendo la reflexión sonora hasta 3 dB y son capaces de mejorar la insonorización hasta 8 dB. así, son ideales para edificios rodeados de focos ruidosos.
  Nos ofrecen un espacio vital adicional, ya que compensan gran parte de las zonas verdes perdidas a causa de la urbanización, siendo los ajardinamientos extensivos son los que ofrecen mayores posibilidades de compensación.
  Favorecen el reciclaje, ya que los elementos de drenaje de las cubiertas ajardinadas están fabricados con materiales reciclados, como el caucho y el polietileno, contribuyendo así a preservar materias primas.
  Tampoco hay que olvidar que las hierbas silvestres en el techo verde generan aromas agradables y dan alojamiento a insectos y escarabajos, además de ser estéticos, por lo que influyen positivamente en el buen estado de ánimo y en la distensión de las personas.

  Por lo tanto, las cubiertas ajardinadas o los huertos urbanos, como ya vimos en el mes anterior, hacen que el entorno urbano sea mas humano y eco-sostenible, haciendo que encontremos un equilibrio entre el agresivo medio urbano y nuestra salud y bienestar, por lo que también podríamos encuadrarlos en la filosofía de los jardines terapéuticos, tema que trataré mas adelante en otro artículo.


Ramón Gijón, delineante proyectista.

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