Las
plantas bulbosas.
Es
conveniente aclarar que se les denomina plantas bulbosas a todas las
plantas que se cultivan a partir de cualquiera de estos órganos, ya que pueden ser bulbos, cormos, raíces tuberosas o rizomas, aunque el nombre de
plantas bulbosas, se refiere más estrictamente a las que poseen
bulbos, en jardinería todas están englobadas ya que tienen el mismo
comportamiento y las mismas características, todas las
plantas bulbosas son vivaces que en algunos casos pueden llegar a
vivir muchos años, existe
una gran variedad de especies bulbosas y son muy empleadas en
jardinería debido a su facilidad de
cultivo, a sus pocos cuidados y a su gran atractivo.
De
esta forma, tenemos a plantas con bulbo, como el Tulipán,
Jacinto, Narciso, Muscari, Azucena, Fritillaria, Iris, Azucena,
Nardo, Tigridia, Hemerocalis, Hippeastrum, Nerine, o
la Clivia.
A
plantas con cormos, como el Crocus, Fresia, Gladiolo, Ixia, entre
otros.
A
plantas con raíces tuberosas, como la Anémona,
Dalia, Begonia, Cyclamen, Agapanto, o el
Ranúnculo.
A
plantas con rizomas, como la Caña de
las Indias, Cala, Lirio (algunos Iris), Convallaria o
el majalis.
Por
lo tanto, disponemos de una gran variedad de ejemplares donde elegir.
Una
de las características que definen a este tipo de plantas es que en
invierno
lo pasan sin hojas, y cuando llega la primavera rebrotan de nuevo,
gracias ha estos órganos que están bajo tierra y que sirven para
acumular las reservas nutritivas que fabricarán las hojas, siendo a
partir de estos bulbos, cormos, raíces tuberosas y rizomas, y tras
el período de reposo vegetativo en que la planta permanece oculta
bajo tierra
donde brotará y se originará una nueva planta cada año.
Otra
de la características de estas plantas es su atractivo floral, ya
que la mayoría
de bulbosas dan flores muy atractivas para el jardín y es posible
contar con flores durante todo el año gracias a que existen bulbosas
de otoño y de primavera que brotan y florecen en distintos meses
pudiendo mantener florido el jardín durante casi todo el año,
siendo
muy fáciles de cultivar en macetas, de
esta manera, tenemos en primavera al Tulipán, Jacinto, Narciso,
Lirio, Anémona, Fritilaria, Ranúnculo, entre otros, en verano a la
Begonia, Caña de las Indias, Dalia, Fresia, Gladiolo, Azucena,
Crocosmia entre otras, en otoño a las Amarilis, Nerine, o el
Azafrán otoñal, y en invierno a los Ciclamen, Escila, Dicentra,
Campanilla de invierno, Muscari o Nazareno entre otras.
La
movilidad
y la
renovación
del jardín, es
otro de sus atractivos, ya que las
plantas bulbosas se pueden trasladar de sitio con mucha facilidad
desenterrando el bulbo cuando la planta se encuentra en reposo
vegetativo y situándolo en otra zona del jardín en la necesitemos
reforzar la presencia de flores y follaje, de
hecho, en zonas de mucho frío, para evitar la muerte de la planta,
es habitual retirar el bulbo de la tierra al final de su floración y
guardarlo en un lugar protegido durante su período de reposo
vegetativo.
Cabe reseñar que hay varias especies que segun algunos autores no se las consideran plantas bulbosas porque en invierno conservan sus hojas, como en el caso del Agapanto, los Lirios, la Hemerocalis y el Liriope, y por tanto no cumple esa característica tan típica de las bulbosas, pero por lo demás su comportamiento es el mismo.
Pero
resumiendo, la mayoría son
muy fáciles de cultivar, son
ideales para reforzar
una zona o crear macizos, siendo su principal atractivo
las vistosas y bellas flores que poseen, podemos
disponer de prácticamente
todos los colores y para todas las épocas del año, tienen como inconvenientes que
en la mayoría de las especies, estas flores duran poco tiempo y que donde tenemos los bulbos tenemos que acotarlos para no plantar otra especie encima, con lo que nos quedarán algunos claros.
Ramón
Gijón, delineante proyectista.
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