jueves, 23 de mayo de 2019

Jardín del Centre Cultural del Carmen.

Jardín del antiguo convento del Carmen.

  Callejeando por el casco viejo de la ciudad, en la calle museo del entrañable barrio del Carmen, nos encontramos con un conjunto arquitectónico monumental y emblemático, cargado de siglos de historia y que forma parte de nuestros orígenes y memoria como Valencianos. Este conjunto arquitectónico fue declarado Monumento Histórico-Artístico Nacional en 1983, mas tarde, se realizaron unos estudios previos, para proceder a una larga rehabilitación realizada en varias fases, iniciada en 1989 y concluida en 2011, en la actualidad la Generalitat lo ha convertido en un centro de cultura contemporánea, que acoge distintas manifestaciones artísticas, siendo además sede del "Consorci de Museus de la Comunitat Valenciana".


  Un poco de historia, el Real Monasterio de Nuestra Señora del Carmen se estableció en el año 1281 en el barrio de Roteros de Valencia, estaba situado fuera de las murallas árabes de la ciudad, en ese momento era habitual, ya que otros conventos fundados tras la conquista cristiana, como los de Santo Domingo (1239), San Agustín (1250) y Zaidía (1268), tambien se encontraban fuera de las murallas. Mas tarde, en 1356, con la nueva muralla tardomedieval quedó dentro del perímetro urbano. Su huella en la ciudad sigue con nosotros ya que le ha dado su nombre a uno de los barrios más castizos y populares, el barrio del Carmen. Tras la Desamortización de Mendizábal (1835-37), se inicia un periodo de cambios en el edificio, que coinciden históricamente con la progresiva transformación urbana de Valencia hacia una ciudad moderna.

  El conjunto arquitectónico del antiguo convento desamortizado, y su iglesia, que pasó a ser parroquia de la Santa Cruz a partir de 1842, rebasa los límites de la historia de la ciudad y puede ser utilizado como eje para dar una amplia visión panorámica de la arquitectura Valenciana y aún Mediterránea. Ciertamente es un conjunto arquitectónico de una gran complejidad arquitectónica, debido a las numerosas modificaciones sufridas desde su fundación a fines del siglo XIII. A la lógica dinámica de reformas operada en un monasterio activo durante varios siglos, como se puede observar en sus diferentes espacios, hay que añadir las trasformaciones subsiguientes a la desamortización, ya que sus funcionalidad tuvo adaptarse a Museo de Bellas Artes, como albergue de las obras de arte de los conventos suprimidos y siendo sede de la Real Academia de Bellas Artes de San Carlos desde 1848 y Escuelas de Bellas Artes y de Artes y Oficios, hasta 1986, posteriormente se acometió el estudio previo para su restauración y habilitación actual.

  La arquitectura, en el conjunto monumental destacan importantes puntos de referencia arquitectónica, como el refectorio, la sala capitular, el dormitorio, el claustro gótico o la primitiva iglesia en el centro de la actual, estos elementos medievales estan datados en los siglos XIV y XV, el claustro renacentista es del siglo XVI, la innovadora reforma del interior de la iglesia es de la primera mitad del siglo XVII, junto con la portada retablo de la misma.

  La jardinería, en el claustro gótico originalmente tuvo que ser la típica de la época, es decir dos ejes perpendiculares que convergerían en un elemento de agua, fuente o pozo, según se desprende de los grabados de la época, hoy se limita a una bordura de aligustre que delimita una triste explanada de albero. Aun así, cuando nos sentamos en un banco y admiramos sus severos arcos apuntados cubiertos con bóvedas de crucería simples y sus ménsulas con animales monstruosos, o sus figuras antropomorfas y escudos heráldicos sostenidos por angeles, nos podemos imaginar lo impresionante que sería estando ajardinado, al igual que en otros conventos cistercienses en los que se ha mantenido la tipología original.


  La jardinería, en el claustro renacentista, si que la vemos con esta típica configuración de aspecto monacal, vemos los dos ejes perpendiculares y en el centro una peana octogonal que alberga un pozo con dos bebederos convertidos en maceteros, en los cuadrantes resultantes hay grandes arboles que proporcionan sombra y frescura y en el perfil bajo tenemos una bordura de aligustre que arropa, acantos y aspidistras, hay tambien dos escudos de piedra, todo el conjunto tiene un aspecto de desorden melancolico. 
 

  El claustro de planta ligeramente irregular, está compuesto de cuatro galerías sustentadas por arcos de medio punto con columnas toscanas de capitel estriado, también presentes en el Palau de Scala o el antiguo Hospital General de Valencia, que se levantan sobre un banco corrido. El sobreclaustro, al que se accede por una escalera barroca de mediados del siglo XVII, con barandas de madera, peldaños de barro cocido rojo, contrahuellas de azulejos policromados y mamperlanes de madera en los bordes, la caja de la escalera se cubre por una cúpula sobre pechinas, estas últimas decoradas con medallones con tarjas, también está formado por arcos de medio punto, pero estos más pequeños, pues dispone de dieciséis arcos de medio punto sobre columnas toscanas por panda (dos arcos por cada arco del claustro inferior). Se cubre con vigas de madera y revoltones o bovedillas de yeso entre ellas. Se trata de un pequeño jardín, pero aun se puede palpar el recogimiento, la tranquilidad y el sosiego, el marco es incomparable, un lugar para visitar.



Ramón Gijón, delineante proyectista.
Fuente: Consorcimuseus.es y jdiezarnal.com


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