lunes, 8 de enero de 2018

Jardín de Polifilo.

Jardín de Polifilo.


  El Jardín de Polífilo se encuentra en Valencia, ubicado en la zona del P.A.U. Ademúz y el Palacio de Congresos, es una jardín cerrado para dotar a estos nuevos espacios de una zona de esparcimiento, con una superficie de casi 40000 mts2, se creó entre 1998, año en el que se plantó el primer árbol, y octubre del año 2000, año en que se inauguró, con un diseño del estudio de paisajismo Citerea SL.


 Es el mayor espacio verde de la zona, se ha concebido como un jardín romántico y evocador con zonas diferenciadas de sugerentes nombres como, la plaza de las Puertas del Destino, El Guardián de los Huertos, La Isla de Citerea, el Estanque de los Naranjos, La Plaza de los Cipreses, o La Montaña Artificial. Unidos por ondulantes caminos que configuran un espacio creado para el descanso y la relajación. La inspiración, su diseño y su nombre provienen del protagonista de Hypnerotomachia Poliphili, el sueño de Polifilo, del Dominico Francesco Colonna, (Venecia,1467), que pasa por ser, una de las obras cumbre del Renacimiento Italiano.

  El libro comienza con Poliphilo, que ha pasado una noche inquieta porque su amada Polia, lo rechazó, Poliphilo es transportado a un bosque salvaje, donde se pierde, encuentra dragones, lobos y doncellas y una gran variedad de arquitectura fantástica, escapa y se duerme una vez más.
Entonces despierta en un segundo sueño, soñado dentro del primero, en el sueño, algunas ninfas lo llevan a conocer a su reina, y allí se le pide que declare su amor por Polia, cosa que hace, luego es dirigido por dos ninfas a tres puertas, él elige la tercera, y allí descubre a su amada, ellos son llevados por algunas ninfas más a un templo para casarse, en el camino se encuentran con cinco procesiones triunfales celebrando la unión de los amantes, mas tarde, son llevados a la isla de Cythera en un barco, con Cupido como contramaestre, allí ven otra procesión triunfal celebrando su unión.
 
  La narración se interrumpe, y una segunda voz toma el relevo, con Polia describiendo su erotomanía (trastorno mental inusual en el que una persona, generalmente de un estatus social inferior, mantiene la creencia ilusoria de que otra persona, de estatus social superior, está enamorada de ella.) hacia Polifilo, desde su propio punto de vista. Poliphilo reanuda su narración después de un quinto del libro, Polia rechaza a Poliphilo, pero Cupido se le aparece en una visión y la obliga a regresar y besar a Poliphilo, que ha caído en un desmayo mortal a sus pies, de vuelta a la vida, Venus bendice su amor, y los amantes se unen por fin, Cuando Poliphilo está a punto de tomar a Polia en sus brazos, Polia desaparece en el aire y Poliphilo se despierta.

 El parque se estructura a través de dos tramas superpuestas, una ortogonal a los ejes viarios y otra de diseño libre que articula diversos espacios de índole más íntima, con recorridos curvilíneos que establecen una relación más directa con la naturaleza, tiene un especial protagonismo el agua, con diversas fuentes y estanques a lo largo de todo el terreno. La vegetación es principalmente mediterránea, con especies como laureles, naranjos, manzanos, cipreses, almeces, falsos plátanos, tipuanas, árboles del amor y jacarandas, así como rosas y jazmines como principales flores, también hay zonas de césped y setos que enmarcan los caminos, así como también dispone de un área de juegos infantiles.



  En el jardín de Polifilo en la trama ortogonal, se ubican tres plazas, una en la entrada principal, otra en la intersección de los ejes menores del parque, la denominada plaza del cubo, y una tercera en el cruce de otros dos paseos, formando un gran estanque en el centro donde se encuentra una isla, la isla de Citerea.
  Las entradas laterales potencian una interacción directa entre el jardín y las viviendas existentes entorno al jardín, el estanque tiene una función eminentemente ornamental y está constituido por una gran lámina de agua abierta al cielo y punteada por naranjos en alcorques sumergidos en el propio líquido, en el centro del estanque se sitúa la isla que se convierte, así, en un agradable lugar de descanso, cubierto por una pérgola de rosales y clemátides a la que se llega por medio de dos pasarelas.

 Sobre esta trama ortogonal de paseos se incorpora otra trama más suave que aporta al parque todo aquello que la escala de la primera no pormenoriza. Esta se caracteriza por unos paseos curvos que se cruzan con los anteriormente mencionados. Espacios más privados e íntimos, llenos de recorridos curvilíneos que conducen a la sorpresa, y que establecen una relación directa entre nosotros y la naturaleza. De esta manera, suaves pendientes abren distintas perspectivas al paseante. Están cubiertas de tapizantes, masas arbustivas y árboles en agrupación, también en alineación e incluso con ejemplares aislados que pretenden detener la mirada, las perspectivas se enmarcan con ondulantes líneas de setos que actúan como pantallas para resaltar la visual que se abre desde el camino, a la selección, distribución y equilibrio de las especies, cuidadosamente realizadas, se añade el detallado diseño de los espacios.

 Cabe mencionar una zona que se ha mantenido como recuerdo histórico de la huerta de naranjos existente antes de su urbanización, y que se ha denominado el Guardián de los Huertos, está ubicada en una depresión del parque, los naranjos se mantienen con la simplicidad de la retícula original, otro elemento singular del parque es la montaña artificial, situada en una de sus esquinas, accedemos a ella por un camino que asciende hasta su cumbre desde donde se domina todo el jardín y en especial la isla de Citerea con sus juegos de agua, en esta montaña se encuentra el primer árbol plantado en el jardín (una encina), el 26 de noviembre de 1998, y que nos recuerda, de alguna manera, la pequeña montaña existente en el Jardín de Monforte, hay otros espacios que se articulan alrededor de éstos, como la plaza de los cipreses, la plaza de los Sentidos, llamada así por el diseño de su fuente que se encuentra situada en la primera intersección de los caminos transversales, así mismo, cabe destacar, que presenta una enorme diversidad de árboles, como son los laureles, naranjos, manzanos, cipreses, almeces, falsos plátanos, tipuanas, árboles del amor y jacarandas, así como rosas y jazmines como principales flores, también hay amplias zonas de césped y setos que enmarcan los caminos.

 En resumen, estamos ante un jardín muy singular, de los llamados de colección, es un jardín de corte romántico, y como en el jardín de Las Hespérides, nos encontramos con una trama o hilo conductor de carácter mitológico y algo esotérico, es un gran jardín, que vale la pena visitar y que nos hará olvidar por un tiempo, que estamos en la ciudad.


Fuente: valencia.es, jardinesvalencia.es

No hay comentarios:

Publicar un comentario