martes, 14 de enero de 2020

Las rocallas.

La rocalla.

 Es un elemento que suele estar en nuestros jardines, si tenemos suficiente espacio y una orientación adecuada, es un atractivo recurso que nos aportará un buen encuadre en nuestro jardín. La rocalla, “rocaille” en Francés, se caracteriza en general por un terreno con un buen drenaje, y la presencia de grandes piedras formando desniveles, con gravas y piedras más pequeñas formando un pequeño roquedal, suele tener una pendiente no muy pronunciada y una orientación sur o suroeste, podemos tenerla de forma natural o crearla artificialmente nosotros. Una vez realizada, y pasados unos meses las plantas y arbustos ya se habrán acomodado, y el resultado dependiendo del clima y las especies será espectacular.

  Fue un recurso muy utilizado en los jardines Barrocos Franceses, hoy en día es muy utilizado dada su versatilidad, ya que nos permite adaptarlo a muchos tipos de estilos, alpino, rústico con aromáticas, con coníferas o con xerófitas y es que podemos utilizar mucha variedad de especies, a modo de ejemplo, se pueden combinar en perfecta armonía con la rocalla, ya que se adaptan muy bien a ella, plantas y arbustos como el tomillo, el romero, los tulipanes, las clavelinas, el brezo, el rododendro, o coníferas enanas, entre otras tantas especies. (ver art. Las plantas aromáticas)

 
  El mantenimiento de una rocalla es sencillo, ya que las plantas rastreras o de porte bajo se encargarán de que no haya competencia, por lo que nos ahorrarán mucho trabajo, las plantas mas grandes y los arbustos situados en la parte alta del roquero aportarán algo de protección en invierno contra el viento y el frío, habrá que cuidar en las juntas el afloramiento de las hierbas no deseadas, pequeñas escardas en primavera y poco mas, además, tenemos que tener en cuenta que la rocalla es un espacio sostenible, ya que mayoritariamente las especies son autóctonas de la zona y xerófitas. (ver art. Jardinería sostenible)

 
 Si no disponemos de una rocalla natural y nos hace ilusión tener una, la podemos crear nosotros, su construcción es laboriosa pero no es complicada. Lo primero será replantear en el terreno su situación, forma y orientación, teniendo en cuenta que los árboles no estén cerca, un truco de los jardineros es hacer una especie de maqueta con piedras pequeñas al lado del emplazamiento. Un buen momento para comenzar esta tarea es en el otoño, de esta forma, la tierra y las piedras estarán asentadas en la primavera y podremos comenzar la plantación. Añadir que si realmente estamos inspirados, la rocalla se puede complementar con un pequeño estanque adosado con el agua fluyendo desde una pequeña oquedad de la rocalla como podemos ver abajo.

 
  El tipo de rocas tiene que ser la que se dé en el entorno, esto es importante, ya que el resultado estará mas naturalizado, hay que tener en cuenta que si usamos rocas planas y alargadas como la pizarra tendremos una rocalla poco alta, mientras que si usamos rocas graníticas de tipo cuadrado obtendremos una rocalla de mas altura, en cualquier caso siempre las colocaremos con los estratos en la misma dirección y siempre que predomine la horizontalidad, otro detalle importante, siempre habrá que desechar la piedra blanda, ya que las raíces y las heladas acabarán rompiéndolas.


Ramón Gijón, delineante proyectista.

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