El
ciclo vital cerrado y la economía circular.
El
ciclo vital de la naturaleza, se
desarrolla a lo largo del
año pero especialmente
durante el otoño, es cuando
este proceso es mas visible, vemos que las
plantas dejan caer sus hojas, ramas o
frutos al suelo, obteniendo
como resultado una aportación importante
de materia orgánica en la base del bosque o
del huerto. Pero
lo mas importante es que estas
aportaciones
de materia orgánica
al
poco tiempo desaparecen, ya que toda una serie de condicionantes
climatológicas (sol, frío, viento, calor, lluvia)
o biológicas,
ya que un
gran número de organismos de todas las clases se encargarán
de llevar a cabo su descomposición y de devolver al suelo lo que los
árboles y las plantas han
utilizado para nutrirse y formar sus frutos. Este tipo de ciclo es lo
que se llama ciclo
vital
cerrado,
donde todo material utilizado vuelve a su punto de partida después
de realizar la función por el
que éste
fue obtenido.
Este
sistema natural existe desde hace millones de años y su exitoso
resultado no es casual, en este mundo natural no hay residuos, la
materia fluye y se renueva, la energía la proporciona el sol, y los
seres vivos crecen, se desarrollan, se reproducen y finalmente
mueren, de esta manera los nutrientes son recuperados por el suelo y
serán utilizados por nuevas
plantas, repitiéndose de
nuevo el proceso, por lo
tanto la naturaleza ha adoptado un proceso circular, es decir, hay
elementos que sirven de
sustento a otros mas complejos y éstos a su vez, al acabar su ciclo
vital contribuyen aportando nutrientes.
Lamentablemente
el ser humano, desde hace décadas se decantó por un sistema lineal,
basado en la filosofía de fabricar, usar y tirar, es un modelo
nefasto a nivel económico y a nivel medio ambiental, ya que necesita
de ingentes cantidades de recursos energéticos que son caros,
contaminantes y con fecha de caducidad, pero lo mas penoso es que
desprecia, maltrata y esquilma los recursos naturales. Esta
tendencia, afortunadamente
está empezando a cambiar y
ya se está legislando al respecto, pero aún queda mucho camino por
recorrer, ya que hay que cambiar mentalidades, medios de producción
y los intereses de las multinacionales y grupos de presión.
Como
he comentado en otros artículos, la agricultura ecológica es un
buen ejemplo de la viabilidad y la conveniencia de imitar este
proceso circular, implantando
un conjunto de prácticas
encaminadas
a
la
eliminación de los residuos,
ya sean inertes o biológicos, transformando
los huertos en centros de reciclaje, tan solo hay que imitar a la
naturaleza, de esta forma, los residuos de los cultivos o el
estiércol se pueden transformar en fertilizantes (Ver
art. El compostaje casero),
a
fomentar
la biodiversidad,
que es uno de los pilares fundamentales para
el desarrollo
sostenible, para
ello se harán prácticas respetuosas con la naturaleza, mediante
el
uso de variedades locales, la
rotación y la diversidad de cultivos, (Ver
art. La rotación de los cultivos)
un
control de plagas mediante
un uso
integrado y
una
lucha
biológica, aprovechando
la flora y la fauna local en el control de plagas (Ver
art. La lucha biológica),
el
laboreo
cultural, la
fertilización
orgánica y el
pastoreo controlado, (Ver
art. Las enmiendas),
a
fomentar
el uso de energías renovables,
(eólica o solar), en general se trata de organizar sistemas para
implementar
la economía circular,
como
la
gestión
del agua, ya
que ha de ser sostenible, no
aplicando pesticidas biocídas o
fertilizantes químicos y
no
contaminando con productos que no sean biodegradables, y
aprovechar
el
agua de lluvia para el riego localizado (Ver
art.
riego
localizado),
y
por último, un
control de gastos,
con todas estas medidas ahorraremos en costes y materiales,
con
lo que tendremos un crecimiento económico, así como
una mejor calidad de vida, con
alimentos mas
nutritivos,
y
con una mejora de
nuestro
entorno,
(fertilidad
del
suelo,
incremento
del
reciclaje de nutrientes, control de la erosión,
etc).
En
nuestro planeta los recursos son limitados, la presión demográfica
cada vez es mayor y crece exponencialmente, como
consecuencia de todo esto, está
siendo cada vez mas evidente la relación entre enfermedades
pandémicas como el sida, ébola, sars o el covid-19, así
como
el cambio climático, provocado por la destrucción de ecosistemas
naturales y de esta forma se
degrada
cada
vez mas
nuestra diversidad,,
en
consecuencia, tenemos
que abandonar la filosofía dañina y perversa de usar y tirar, y
es
vital imitar a la naturaleza en su ciclo vital cerrado, ya que al
medio natural le ha ido muy bien durante millones de años, como
ya he expuesto en otros artículos, la
agricultura ecológica y de proximidad es viable y sostenible,
ya
que respeta
los ciclos naturales.
Ramón
Gijón, delineante proyectista.
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